Con el Jardín Guerrero como marco, este domingo manos queretanas rompieron el récord Guinness al elaborar el taco de carnitas más grande del mundo, con 102 metros lineales gracias a más de una y media toneladas de carnitas, todo esto bajo la coordinación de Alejandro Paredes Reséndiz, organizador del evento, que contó con el apoyo de Municipio de Querétaro, así como de Cámaras Empresariales y universidades públicas y privadas.
Gerardo Cuanalo Santos, secretario de Turismo en el municipio, felicitó la unión y trabajo de los organizadores con las cámaras empresariales y el gobierno, pues señaló que sin ello no hubiera sido posible esta acción.
“Implica 102 metros de largo del taco de carnitas, con una y media toneladas de carnitas y le tenemos que agradecer a la Asociación de porcicultores que ha donado esta materia prima, 1.2 toneladas de Tortilla, por lo que participó la Asociación de Masa de Querétaro, un esfuerzo que agradecemos a todos los patrocinadores”, dijo al recordar que este platillo es el que más se consume en Querétaro.
Alejandro Paredes Reséndiz fue el encargado de dar las cifras oficiales, por lo que explicó que el certificado del jurado del Guinness midió 102 metros lineales de tortillas para cerrar el taco, superando la meta que se tenía en un inicio de 100 metros. El peso a romper eran mil 200 kilos de carnitas y hoy se pusieron en el taco mil 507.15 kilogramos de carne.
“Hoy cabalmente se ha cumplido lo estipulado”, dijo, y señaló que todos los proveedores y la calidad fue avalada por Guinness, así agradeció a todos los involucrados en este récord mundial, en especial a jóvenes de las universidades Anáhuac, Autónoma de Querétaro, IGES, Cuauhtémoc y CONALEP; a la CANACO, y la Asociación de Porcicultores de Querétaro.
Fue Panchito Reséndiz, presidente del Patronato de la Cocina Queretana, el encargado de hacer sonar el silbato frente a los más de 10 mil asistentes, para que en forma de “ola” los 103 metros de tortillas fueran cerrando con los más de mil 500 kilos de carnitas, desde la calle de Guerrero hasta llegar a Allende, para después ser degustados por las familias queretanas.
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