El entonces candidato a gobernador le dijo: “Te necesito, ayúdame y dime qué quieres”. Palabras más palabras menos, él respondió que ser diputado federal o secretario estatal. “Con lo primero no puedo hacer nada, pero con lo segundo sí”, le reviró el aspirante; “pero ayúdame, necesito tu estructura, tu carisma y tu arrastre electoral”. “¿Cómo te ayudo, candidato?”, preguntó él. “Siendo candidato a diputado local”. “Yo no quiero volver a ser diputado local”, atajó. “Y no lo serás. Pero necesito, necesitamos todos de tu fuerza electoral, y en ese distrito no hay nadie más fuerte que tú… y sí tú ganas, yo gano; y si yo gano, pedirás licencia y serás mi secretario. Es un compromiso”.
El pacto estaba hecho: Memo Vega sería el candidato al X Distrito, y después pediría licencia y quedaría en su lugar su suplente, Sebastián Ledesma (el famoso Chelito), para irse él como secretario del Trabajo.
Sin embargo, el candidato ganador, ya como gobernador electo, se dio cuenta que de los 14 próximos diputados blanquiazules, solo uno contaba con el carisma, capacidad negociadora y experiencia para liderarlos: Memo Vega. El panorama cambió. Pero el compromiso no.
“Te sigo necesitando, pero con tu experiencia y capacidad en el Congreso… el compromiso sigue: la Secretaría del Trabajo es tu posición, tú elige quién de tu confianza va ahí; y tú ayúdame como diputado. Te lo pide el próximo gobernador de Querétaro”. ¿Y cómo se le dice que no al próximo gobernador? Memo se quedó en la Legislatura y sugirió para Trabajo a una mujer de todas sus confianzas —tanto, que dos veces fue su presidenta municipal interina en San Juan del Río—: Liliana San Martín Castillo.
Para nadie es un secreto. Liliana pertenece al grupo de Memo, y este, al de Ricardo Anaya. Ahí están sus lealtades políticas. Pero ambos saben también de lealtades institucionales, y esas están con Mauricio Kuri, que es el que manda.
Y durante más de 3 años —sin renunciar a sus lealtades políticas— Liliana San Martín ha respondido con trabajo, eficacia y eficiencia a la encomienda del gobernador, siendo hoy una funcionaria de todas sus confianzas. Tanto así, que desde hace más de un año se le “placea” en todo evento que tenga lugar en San Juan del Río (hay que recordar que santo que no es visto, no es adorado), y se perfila para ser la primera mujer candidata a presidenta municipal de San Juan del Río que postule el PAN (hasta ahora solo lo han sido hombres).
¿El problema? ¿Oriundez? Muchos no lo han sido. ¿Arraigo? Quizá sí. Y por ello su múltiple presencia en eventos tanto municipales como estatales.
Las señales enviadas desde el PAN estatal desde el año pasado presagian que hay un 90 por ciento de probabilidad de que el blanquiazul lance candidata mujer para San Juan del Río en 2027. La entonces dirigenta, Leonor Mejía (hoy diputada local) se lo dijo a Liliana San Martín y a otras cuatro: Marcia Solórzano (hoy regidora y exdiputada federal), Bibiana Rodríguez (hoy secretaria de Desarrollo Social Municipal, exrectora UTSJR, exdiputada federal y exregidora), Ana Eugenia Patiño Correa (hoy directora del Centro Educativo y Cultural del Estado “Gómez Morín” y exrectora UTC) y Judith Ortiz Monroy (hoy Titular de la Secretaría de la Mujer municipal y exregidora). “Sin descuidar sus encargos, muévanse y hagan política en sus horas libres; si el partido manda mujer, la candidata saldrá entre una de ustedes”.
Y todo parece indicar que sí. Pero solo una de ellas tiene la “bendición” del señor.
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