Continúan las rencillas al interior de la militancia panista por mantener y no compartir el poder. El resultado del proceso electivo del domingo pasado de la dirigencia estatal, es una prueba irrefutable de ello, apenas recibieron 3 mil 78 votos válidos de los que 2 mil 643 fueron a favor de Báez, 292 votos en contra y 143 votos nulos; y una abstención altísima de un padrón que casi suma los 13 mil militantes.
Mientras tanto el grupo de los “duros” que fuera literalmente ablandado por los “neos”, se ha conformado con la candidatura al gobierno del Estado; algo parecido a lo sucedido en el proceso electoral del 2007, cuando los “duros” jamás imaginaron que podrían ganar la gubernatura. En aquel entonces fueron con todo por la presidencia municipal con Francisco Garrido.
Cierto o falso, de ahí surgió la famosa frase: “¿Y ahora qué voy hacer?” cuando le informaron a Ignacio Loyola que había ganado la elección. Entonces los “duros” no apoyaron a Loyola, por lo cual se arrepintieron y quedaron fuera de la jugada. Esta es una muestra de otras más por las que han transitado los panistas, saben que, divididos les espera la derrota en las urnas electorales; es “cultura” del perdedor obsequiar el voto al contrario que darlo a su compañero que los derrotó en las internas a la mala.
Este lunes que han oficializado y ungido a Francisco Domínguez Servién, desde la capital de la República como el único candidato del PAN, es la esperanza de quienes forma parte del grupo de los “duros”, para convencer o doblegar -si es posible- a sus compañeros opositores. Y es que no han terminado de repartirse todas las candidaturas y otras han sido impugnadas. Bueno hasta por falta de equidad se han inconformado un grupo de féminas.
Una vez que Domínguez nombre a las personas de su confianza y les otorgue el “poder” de organizar y coordinar la campaña en todo el Estado –dicen- las cosas cambiarán y se equilibrarán. Por lo pronto el “agandalle” de las candidaturas ha estado en manos de los “neos”. Sin embargo podrían cambiar de manos algunas candidaturas, no olvidemos que los registros de candidatos serán del 27 al 31 de marzo, de tal suerte que muchas cosas pueden suceder hasta entonces.
Aunado a la repartición de nombres y nombres que deberán corresponder a los cotos de los “grupos” en cada municipio por las 197 candidaturas –propietarios- de regidores de mayoría relativa, 65 de representación proporcional y 36 sindicaturas. 197 espacios de elección popular y ni así alcanzan para todos. Las suplencias, dicen los políticos, ni de Dios.
El mismo Francisco Domínguez, debe estar consciente del problema, al cual deberá darle prioridad, atenderlo y resolverlo a la brevedad, antes de enfrentarse a una derrota y todo por las divisiones internas; ellos lo saben, la soberbia no cabe en estos momentos y al candidato –sus amigos- no lo caracterizan de sensible, más bien por “duro”.
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