“Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones públicas”. La frase, creo, es de George Orwell. ¿La entenderá Andrés Manuel López Obrador? Supongo que sí, Andrés es un hombre muy inteligente. Pero, por lo visto, el periodismo no le gusta. O solo le agrada si él no aparece negativamente en el reportaje, la entrevista, el artículo, etcétera.
Cuando los medios se ocupan de su persona, Andrés Manuel prefiere las relaciones públicas. Le encanta que lo mencionen para elogiarlo. Pero no soporta que difundan sus acciones cuestionables.
Proceso lo ha hecho esta semana. El semanario fundado por Julio Scherer dijo lo que en otros medios se había comentado: que AMLO no ha condenado al alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y al gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre. No lo han hecho porque han sido sus aliados. De ahí que a Proceso le haya parecido perfectamente “explicable” el silencio de López Obrador.
El semanario no puso en tela de duda la honorabilidad de Andrés Manuel, de ninguna manera. Pero Andrés reaccionó muy mal. En Twitter expresó que Proceso le hace el juego al régimen con notas tan de mala leche.
AMLO se equivoca. En Proceso nada más se hizo periodismo. Pero eso es algo que Andrés Manuel no soporta. Se trata de su principal defecto, ni hablar.
Es un gran líder. Sería un dirigente extraordinario si aprendiera a ser tolerante.
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