124 mil 300 millones de pesos serán recortados del gasto público federal, afirmó el Secretario de Hacienda, incidirá en Pemex, CFE y gasto corriente del gobierno federal; significa el 0.7% del PIB.
Serán 21 Dependencias federales las que no recibirán dinero “pre-supuestado”; sí, dinero que no ingresará a las arcas de Hacienda, como consecuencia de la tremenda baja en los precios del petróleo. Vamos se trata de un dinero que no se tendrá para gastar, como suele suceder en cualquier presupuesto familiar cuando no alcanza para algunos gastos y se cuida el patrimonio para no tener deudas irresponsablemente. Lo de menos sería pedir un préstamo y enfrentar el “gasto planeado”, pero muy riesgoso.
Recortes desde Pemex hasta la Secretaría de la Función Pública. Pemex no gastará 62 mil millones de pesos para invertir y mejorar y 10 mil la CFE. En tanto que el gobierno federal reajustará 52 mil millones, de los cuales el 65% serían del gasto corriente -34 mil millones- y el 35% para inversión.
De tal suerte que el ajuste en gasto corriente reducirá el gasto en servicios personales, gasto de operación, así como en programas de subsidios. Se implementarán medidas de austeridad y disciplina presupuestaria, una reducción de 10% en el gasto en servicios personales para mandos medios y superiores, una disminución de 10% en plazas de carácter eventual y por honorarios y la reducción de 10% en el gasto destinado a comunicación social.
Considero importante que no se verán afectados por la medida del ajuste el programa Prospera, el subsidio a la vivienda, los recursos para las universidades públicas estatales y federales, el programa de empleo temporal, así como los recursos que se transfieran a las entidades federativas a través de los ramos 23 y 33 incluyendo el fondo de aportaciones para la nómina educativa y el gasto operativo. Y, por supuesto que no habrá incrementos en los impuestos, tampoco la creación de nuevos impuestos, y no se contratará mayor deuda pública.
De suyo el recorte no es bueno, de ninguna manera porque suspendió el proyecto de modernización como el Tren de Alta Velocidad y el Transpeninsular. Este duro golpe a las finanzas gubernamentales seguramente debe obligar a corregir el camino de los ingresos y tal vez de los egresos, nuestra economía sigue siendo petrolizada lo que nos afecta como país.
Habrá que seguir apretando a esos millones de mexicanos que siguen en la informalidad y no pagan impuesto alguno para ayudar al país; esa debe ser una importante solución, en donde todo el que gana debe pagar el precio de su riqueza, el porcentaje justo y equitativo. La modernidad de un país cuesta, no es gratuito y todos debemos aportar a ello. Por lo pronto considero que el “apretón” aun nos deja respirar sin llegar a la asfixia.
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