Es gratificante ver que el presidente municipal de San Juan del Río, Guillermo Vega Guerrero, está tomando el toro por los cuernos, empieza a hablar con hechos y a disminuir quejas contra su antecesor.
Tengo conocimiento que en 2009, el ex alcalde Jorge Rivadeneyra le dijo a su sucesor, Gustavo Nieto Chávez, palabras más palabras menos: “Si quieres cúlpame a mí durante tres meses de todo lo malo, no hay problema, yo aguanto vara; pero aguas, después de tres meses la gente ya no te la a comprar”.
Quizás este consejo se lo dio Rivadeneyra a su correligionario, y éste, a menos de esos tres meses, está cambiando el discurso y los hechos.
Y para ejemplo, lo manifestado por el alcalde Vega hace tres días respecto a la entrega del tanque terapéutico para rehabilitación a principios del 2016.
El DIF Estatal, presidido en su momento por Sandra Albarrán, entregó recursos por dos millones de pesos para la compra de dicho tanque, y el gobierno municipal se encargaría de la infraestructura externa. De los 5 millones de pesos que el ex presidente Fabián Pineda Morales dejó como adeudos a proveedores, está un millón de pesos al contratista de esta obra, recursos que, obviamente, vienen de la recaudación del municipio mes con mes.
El alcalde Guillermo Vega Guerrero anuncia su voluntad de que se finiquite la obra (cumpliendo obviamente con todas las especificaciones técnicas) para que sea entregada quizás el próximo mes, con la presencia del gobernador del estado, Francisco Domínguez Servién, y de su esposa Karina Castro, presidenta del DIF Estatal.
Bien por el alcalde y bien por el gobernador, porque más allá de colores partidistas, este tanque terapéutico beneficiará a miles de personas con problemas de motricidad.
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