Resultado de las sentencias emitidas por el Pleno del Tribunal Electoral del Estado, todo indica que ya no habrá movimientos en las asignaciones de diputaciones de representación proporcional en la LVIII Legislatura y el PAN se queda con la mayoría simple.
Tanto Movimiento Ciudadano como Nueva Alianza, guardaban la esperanza de alcanzar una diputación plurinominal en la Legislatura del Estado, lo que hubiera traído como con secuencia que al PRI o al PAN se le redujeran diputaciones. Y no fue así. En la inteligencia que estos partidos seguramente agotarán la instancia federal, harán el último esfuerzo que pudiera modificar cifras de votos y asignaciones de diputaciones locales, aunque todo parece definitivo.
Las y el magistrado de la Sala Electoral, han sido muy atinados en sus razonamientos y justificaciones de derecho, lo que ha traído como consecuencia la confirmación de sus resoluciones cuando estas se han ido al tribunal de alzada. Este martes volvieron a resolver otras tantas impugnaciones y no movieron los “grandes” números, lo que trajo como consecuencia la confirmación de los triunfos de Carmelita Zuñiga, Antonio Zapata y José González. No hubo sorpresas como en el caso de Tolimán, el cual por cierto se esperaba después de computar los votos que habían sido ignorados, lo que en estos supuestos no aconteció.
Es importante conocer bien a bien cuál será la composición numérica de la LVIII Legislatura, integrada de 25 diputados. 13 son suficientes para hacer mayoría simple y esos son los diputados que tendrá el PAN, lo cual le permitirá, de ser necesario, aprobar o no, leyes, acuerdos y decretos con esa simple mayoría.
Incluso con esos números podrá nombrar a los funcionarios de primer nivel sin necesidad de recurrir a alianzas con alguna otra fuerza política. Vaya que será importante saber cuál será el espíritu conciliador o beligerante de este grupo parlamentario, el cual seguramente estará dependiendo del titular del Poder Ejecutivo. Por ejemplo, en el reinado de Francisco Garrido -LIV y LV- a pesar de tener la mayoría, gustaban de armonizar los consensos con todas las fuerzas políticas; y el PRI, segunda fuerza, regularmente aprobaba las propuestas del Ejecutivo, ahí está Jaime Escobedo, entre otros, como fiel testigo.
Hoy día las mayorías en las cámaras no funcionan como “aplanadoras” de antaño. No, ahora suelen conseguir el apoyo de otros grupos políticos para legitimar todo aquello que se apruebe por el Pleno. El claro ejemplo en la Legislatura federal que está feneciendo, son los acuerdos del PRI, con el PAN y PRD, lo que permitió grandes reformas a la Constitución Federal y leyes reglamentarias.
Querétaro, seguramente no será la excepción. El PAN deberá negociar las reformas con el PRI necesariamente, salvo excepciones. Y es que, entre estos dos partidos sumarán 21 votos, suficientes para aprobar incluso reformas a la Constitución Local. Ahora que también sería bueno incluir a las pequeñas fuerzas emergentes como Morena o el tradicional PRD; a la izquierda no se le deberá marginar de los acuerdos.
En el PAN se mencionan dos nombres como posibles coordinadores y por lo tanto negociadores de las iniciativas, Eric Salas y Antonio Rangel. El primero será por tercera ocasión legislador, sabe bien. El otro por segunda ocasión estará en la Legislatura. Aunque este último como gente de Ricardo Anaya, pareciera que lleva las de ganar. Por parte del PRI está Mauricio Ortiz, hombre joven de experiencia legislativa y política, será un buen representante de la segunda fuerza política en el Estado. El resto de fracciones legislativas son una incógnita hasta ahora. Habrá que esperar a conocer si actúan como representantes populares o de sus partidos, ahí es en donde sabremos si hay voluntad o intransigencia para negociar.
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