“¡Apoteósico!” Sí, apoteósico fue el arranque de la izquierda en San Juan del Río. Apoteósico, con alrededor de 12 mil eufóricos seguidores que no solo llenaron, sino que desbordaron la Plaza Independencia. Apoteósico, con esas mismas 12 mil gargantas gritando al unísono “vamos a ganar, vamos a ganar”. Apoteósico, al ver a esos 12 mil agitando cientos de banderas. Apoteósico, al ver 12 mil rostros enardecidos por la creencia, la fe y la esperanza. Apoteósico, sublime y espectacular hasta el estremecimiento.
“¡Apoteósico!”, fue como el semanario impreso El Canto de los Grillos tituló como nota principal la histórica visita de Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la coalición “Por el Bien de Todos”, integrada por Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo y Convergencia, en 2006. Ninguno de estos tres partidos tenía fuerza en Querétaro. ¡Panistas y priistas no daban crédito!
En 2012 y 2018 Andrés Manuel volvió a llenar la plaza, pero ya no a desbordarla. Claro, todo gracias a su indiscutible arrastre y carisma.
Hoy, a una semana de iniciadas las campañas, si bien yo no esperaba la apoteosis de 2006, sí preveía que la Plaza Independencia se volvería a llenar dos veces. Al menos 6 mil 500 personas en cada ocasión (que es su capacidad actual).
¡Pero, oh decepción! He fallado como clarividente.
Primeramente el “apóstol”, que ni con “seguidores” de los 18 municipios logró llenar la plaza de su tierra, cuando todo haría suponer que de acuerdo al arrastre que presumen sus allegados que tiene, con sanjuanenses le hubiera bastado.
Pero ya que ni con la visita de la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum –que ciertamente no es López Obrador, pero tiene el beneficio de tener una marca consolidada a nivel nacional y el apoyo incondicional del gobierno federal–, logren llenar la emblemática plaza sanjuanense, es una muestra inequívoca de falta de liderazgos tanto locales como estatales.
Y aunque Nieto trate denodadamente en redes sociales de probar lo contrario, quienes sí vivimos en San Juan del Río y hemos vivido todas sus elecciones desde 2006, le podemos refutar: “No, Santiago, no hubo 7 mil personas”, “No, Santiago, no se llenó la plaza”. (Si hubiera estado aquí Martí Batres, él sí me convence de que hubo 30 mil).
Claro está que la indefinición en las candidaturas locales suma, si no a la apatía, sí al desánimo, ya no de los suspirantes, sino de quienes los siguen. Y si continúa la postergación, es indudable que para el 16 de abril ya no habrá solo desanimados, sino decepcionados. Ojalá en breve haya humo blanco.
En fin, hoy no fue apoteósico, o al menos, sensacional como preví. En mi descargo, estoy seguro que ni Mhoni Vidente hubiera previsto esto.

07
Mar 24
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