La visita de Estado que inicia este lunes el presidente de México, Enrique Peña Nieto, a invitación del primer ministro Justin Trudeau, marca el inicio de una nueva era en la relación bilateral, aderezada con el anuncio esta semana de la suspensión de visa a mexicanos.
Este 2016 Canadá y México están cumpliendo 72 dos años de relación diplomática, 22 como socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y 42 como signatarios del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales, que el año pasado dio empleo a más de 21 mil jornaleros.
Hace 12 años crearon la Alianza México-Canadá, un mecanismo que reúne a representantes del sector público y privado de ambos países para desarrollar iniciativas en torno a cooperación económica y ambiental, principalmente.
Con un intercambio comercial bilateral que en 2015 alcanzó los 34 mil millones de dólares, Canadá y México se mantienen como el tercer socio comercial uno del otro, siendo el país de la hoja de maple el cuarto mayor inversionista en el país azteca con más de 22 mil 780 millones de dólares entre 2000 y 2014, según cifras oficiales.
La balanza comercial con Canadá se mantiene favorable a México con mil 620 millones de dólares en abril de este año, lo cual fue 7.64 por ciento más que la balanza registrada en enero pasado (1,505 millones), según cifras del organismo oficial Estadísticas de Canadá.
Ottawa y la Ciudad de México unieron fuerzas contra el etiquetado de carne en Estados Unidos, caso que llevaron ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) exigiendo a su socio del TLCAN suspender el etiquetado de carne -conocido por sus siglas en inglés como COOL- por considerar que afectaba a los productores de ganado.
El fallo de la OMC fue favorable para los querellantes y la administración del presidente Barack Obama aceptó finalmente derogar en Estados Unidos el requisito de etiquetado a la carne importada.
Trudeau ofrece este martes una cena de Estado a Peña Nieto, luego de que en los últimos diez años la relación bilateral se enfrió por la imposición de la visa a México por parte del anterior primer ministro conservador Stephen Harper, quien la justificó como una medida para frenar el alto número de solicitantes de asilo en Canadá.
El freno migratorio impactó en el número de peticionarios de asilo de origen mexicano, que de ocho mil en 2009 cayó a 321 en 2012.
Desde su campaña y al tomar posesión en noviembre pasado, el nuevo primer ministro liberal Justin Trudeau afirmó y refrendó su compromiso de quitar la visa a los mexicanos.
“Así es, quitaremos al visa a los mexicanos”, dijo Trudeau en declaraciones a Notimex a finales del año pasado.
La espera ha sido larga debido a las negociaciones entre funcionarios de migración y seguridad de ambos países respecto a cómo evitar que el levantamiento de visado no se convierta en una nueva ola de peticionarios de asilo mexicanos o latinos con pasaportes falsos.
El jueves pasado se dio a conocer una fecha tentativa, el 1 de diciembre de este año, para quitar la visa, según fuentes oficiales consultadas por el diario nacional más influyente de Canadá, The Globe and Mail.
El anuncio, según las fuentes, lo haría Trudeau este martes al final de su encuentro con el presidente Peña Nieto.
No obstante, el enfriamiento político por la visa nunca frenó el acercamiento comercial, académico y cultural entre ambos países.
El año pasado la mexicana Bimbo compró a la canadiense Canada Bread, con lo que –como afirma el embajador Agustín García-López— “ahora las inversiones son de dos vías”.
En los últimos seis meses han visitado Canadá seis secretarios de Estado mexicanos para estrechar lazos políticos y económicos. La canciller Claudia Ruiz Massieu se reunió con sus contrapartes de Estados Unidos y Canadá el 29 de enero en Quebec.
Entre febrero y mayo el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, vino a Winnipeg y Calgary para un encuentro trilateral y para dar seguimiento a convenios de intercambio académico firmados con dos universidades canadienses.
Mientras que en febrero y marzo vinieron los titulares de Sagarpa y Economía a sendos encuentros en sus respectivas áreas.
Además, los secretarios de Turismo y Hacienda han realizado giras de trabajo por Montreal y Toronto.
En el primer día de su visita de Estado, el presidente Peña Nieto será recibido por el gobernador general de Canadá, David Johnston, con honores militares en la residencia de La Citadelle, en Quebec, donde también se reunirá con el gobernador de la provincia francófona, Philippe Couillard.
En Toronto, sostendrá un encuentro con la gobernadora de Ontario, Kathleen Wynne.
El martes 28, en Ottawa, Peña Nieto plantará un árbol conmemorativo en los jardines de Rideau Hall, la residencia del gobernador general en la capital canadiense y será el invitado de honor, junto con su esposa Angélica Rivera, en la cena de Estado que se ofrecerá en la residencia de Rideau Hall y a la que asistirá el primer ministro Justin Trudeau, acompañado de su esposa Sophie Grégoire Trudeau.
El 29 de junio el mandatario mexicano participará en la octava Cumbre de Líderes de Norteamérica, que debió realizarse hace un año pero que fue cancelada por el anterior primer ministro conservador por asperezas políticas con sus contrapartes.
En la agenda trilateral figuran temas centrales como cambio climático y medio ambiente, competitividad, seguridad y asuntos globales.
Para analistas como Laura Dawson, del Instituto Canadá y especialista en política internacional, la Cumbre de los Tres Amigos -como se le conoce informalmente- tiene el propósito adicional de analizar la relación trilateral en caso de que Donald Trump ganara la presidencia de Estados Unidos, pues se ha referido al TLCAN como “un desastre”.
“Yo creo que ni Peña Nieto ni Trudeau consideran que Trump pudiera encajar en una reunión de tres amigos”, asegura la analista.
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