Aquellos que solo viven de la política y no saben hacer otra cosa, pragmáticamente cambian de partido sin importarles la doctrina de uno u otro partido, lo importante es continuar “usufructuando cualquier franquicia” llamada Partido Político.
Ya nadie se espanta por el hecho de que alguno de los militantes “distinguidos” -de cualquier partido- cambie de colores. Saben perfectamente que a los mexicanos eso poco les interesa en el momento en que votan. Por eso -entre otras cosas- el enorme abstencionismo que se suscita en las urnas el día de las elecciones; los abstencionistas nada quieren saber de los políticos, muchos de los cuales cada tres o seis años están en las boletas, de ahí que prefieren la abstención antes de votar por esos políticos.
Por eso Carlos Navarrete Ruiz, abiertamente reconoce y declara que “están abiertas las puertas del PRD para quien quiera irse”. Lo amenazan con “el petate del muerto”, haciéndole creer que si dejan ese partido personajes como Alejandro Encinas o cualquier otro, el partido se vendrá abajo. Ejemplos intimidatorios en la historia reciente han muchos y nada trasciende. Más bien abren espacios para otros que esperan de inmediato llenar esos “huecos políticos”.
Baste recordar la corriente democrática dentro del PRI, allá por el año de 1988, que diera origen posteriormente al PRD; se fueron entonces figuras “importantes” del priismo y nada sucedió, excepto el susto que algunos se llevaron cuando pensaron que podría ganar la Presidencia de la República Cuauhtémoc Cárdenas. Esa si hubiera sido una sorpresa histórica. Pero no, nada de fondo sucedió y los cambios de los transfugas de un partido a otro se siguen dando.
El caso del PRD no puede diferenciarse de otros supuestos semejantes. Tal vez los importante es la urgente necesidad de Andrés Manuel López Obrador, de fortalecer a su partido Morena, el cual no creció como esperaba, a pesar de que con toda anticipación anunció que conformaría, primero su Organización, después su partido, amenazando que lo formaría con 6 millones y apenas pudo reunir 496,729 mil militantes.
Por eso el PRD seguirá dándole “transfusión de sangre” para que aquel logre conservar su registro; de eso dependerá para que Amlo vuelva a ser candidato por tercera ocasión a la Presidencia de la República ¡El PRD ya no lo aceptaba¡ El problema está en el PT y Movimiento Ciudadano, esos dos partidos sí están en riesgo de perder su registro. De ahí que el PRD y PT hayan logrado ir en alianza en 130 Distritos Electorales, para darle “oxigeno de boca a boca” con la posibilidad de hacer lo mismo en elecciones locales. Morena sin embargo no ha logrado hacer coaliciones y descaradamente prefiere “hurtarle” militantes al PRD.
En el PRD no todos son amloistas como aquel llegó a pensar, prueba indiscutible, de 103 diputados federales menos de 10 se han ido con Morena y senadores aun menos.
Escribe un comentario!