La Facultad de Ingeniería (FI) de la Universidad Autónoma de Querétaro se unió al Programa de Bioética que implementó la Dirección de Investigación y Posgrado de esta Casa de Estudios, cuyo objetivo es salvaguardar la integridad y dignidad de los seres humanos que participen en investigación como sujetos, la protección de animales y de bioseguridad.
Dicho Comité está a cargo del Dr. Enrique Rico García, coordinador de la Maestría en Biosistemas de la Facultad, el cual tiene como tarea específica vigilar que los proyectos e investigaciones que desarrolla la comunidad de las distintas áreas de Ingeniería cumplan con las normas internacionales atendiendo principios éticos.
Actualmente, la FI tiene registrados diversos proyectos con financiamiento interno y externo. El comité a cargo del Dr. Rico García tiene la función de emitir una carta de aprobación o exención de revisión de las investigaciones que cumplan con los criterios establecidos en las “Pautas éticas internacionales para la investigación biomédica con sujetos humanos”, la Norma Oficial Mexicana y la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, para que puedan llevarse a cabo.
La Comisión Nacional de Bioética de la Secretaría de Salud del gobierno federal define a la Bioética -en el ámbito de la salud y la tecnología- como: el estudio sistemático de las dimensiones morales (incluyendo visión moral, decisiones, conductas y políticas) de las ciencias de la vida y de la atención a la salud, mediante el empleo de una variedad de metodologías éticas en un contexto interdisciplinario.
Además de Ingeniería, otras facultades que se han unido al programa de Bioética de la UAQ son Medicina, Enfermería, Química y Ciencias Naturales, cuyos proyectos se rigen bajo los cuatro principios básicos de la Bioética: el primero, respeto a la autonomía; es decir, la capacidad de decisión de las personas sobre la elección de tratamientos y acceso a la información clínica de los proyectos en los que participa.
El segundo precepto es el de Beneficencia, que considera la evaluación sobre las ventajas de los tratamientos y los beneficios otorgados a los pacientes; No maleficencia, principio que obliga a los profesionales a no hacer daño ni poner en riesgo a los participantes en la investigación o proyecto en cuestión; y, finalmente, Justicia, que garantiza equidad en atención, costos y beneficios para los involucrados.
Los puntos anteriores los contiene el Informe Belmont -elaborado por la Comisión Nacional para la Protección de Personas Objeto de la Experimentación Biomédica y de la Conducta. Con base en lo anterior, los comités tienen la tarea de emitir recomendaciones sobre la pertinencia de realizar cada investigación.
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