Si usted es lector asiduo de estas líneas, se habrá dado cuenta de que soy un tipo escéptico y que pocas veces un “proyecto político” me hace levantar la ceja.
Primero, porque estoy convencido de que en política queda poco o nada por inventar, y segundo, porque sé que el discurso es, por lo regular, discorde con la realidad. Si no me cree, vea a algunos diputados locales. ¡Prometen obra pública! Pero bueno, al punto.
Tuve la oportunidad de conocer el proyecto de desarrollo que se tiene planeado para Huimilpan, un municipio que a pesar de su cercanía con la zona metropolitana, ha sido excluido de la modernidad y guarda un vejo de olvido. Quizá por ello mi sorpresa ante la idea de la administración entrante de hacer de ese “patito feo” el cisne del “ecoturismo” y el desarrollo industrial en el estado.
Sin embargo, a 11 días de haber tomado las riendas del municipio, doy constancia de las ganas y puedo contarles que en próximos días se anunciará el primer duatlón internacional en el estado, con patrocinios y todo.
Por el lado económico, los verdes traen pactadas ya, al menos, dos industrias manufactureras del gigante asiático para establecerse en el municipio, con la intención de mitigar el fenómeno migratorio.
Esto último suena utópico y no por la administración, ellos hacen lo suyo, más bien por la idiosincrasia enquistada en el pueblo, esa que les hace ver a los gringos como dioses, a Estados Unidos como la tierra prometida y rinde culto enfermo al auto.
La intención es buena y yo no soy quién para quitárselas. Además, empleos nunca sobran y si no son ocupados por los habitantes de Huimilpan, seguro traerán beneficio al estado.
Queda claro, los verdes encabezados por Juan Guzmán no están nada verdes para la administración pública, traen ganas y proyecto a seis años, pues se saben con la ventaja de la reelección; eso les permite estar holgados y pensar en proyectos a corto, mediano y largo plazo para el municipio.
Van empezando y pintan bien, falta mucho.
Rentabilidad política
En columnas anteriores mencioné que el Partido Verde Ecologista de México resultaba una franquicia sumamente rentable en el estado, lo cual provocó la furia de algunos revolucionarios de sillón que se asumen analistas políticos desde el privilegio que otorgan las creaciones emanadas bajo el imperialismo neoliberal; sí, las computadoras y el Internet.
Pero bueno, le explico. La rentabilidad se traduce en la relación “costo-beneficio” de un bien o servicio; en el caso de los partidos es sencillo, la rentabilidad es cuánto gasta un partido y cuántos ciudadanos gobierna de manera directa, di-rec-ta, no se vaya con la falacia de la representación proporcional.
Entonces, tenemos que Morena recibió para el pasado proceso electoral casi 33 millones de pesos y hoy gobierna únicamente a 13 mil 142 habitantes; el PRI, por su parte, recibió 27 millones de pesos y gobierna a 133 mil 962 ciudadanos; pero vamos a lo que hizo enojar a los simpatizantes de Morena, que aparte de violentos, no se les dan las matemáticas. El Partido Verde, el que ven para abajo, el que les punza y saca salpullido, recibió 11 millones de pesos para el proceso. Si Pitágoras no miente, un tercio de lo recibido por Morena y gobierna 45 mil 167 ciudadanos, tres veces más que Morena, la “segunda fuerza política”, que si no fuera por las plurinominales de las que tanto se quejan, sería poco menos que nada, pues estaría incluso debajo de candidatos independientes. De Acción Nacional no tiene caso hablar, no quiero ser redundante.
Bien valdría la pena que los homínidos cibernéticos que simpatizan con Morena le bajen al “Face” y le metan más al “Book”, pues tienen más “amigos” en sus redes que ciudadanos gobernados.
*Nota: Los datos de este párrafo son públicos, del IEEQ y el INEGI. Si tiene dudas, búsquelos y no dé lata.
Adelantados y maliciosos
Dicen que el político comienza su nueva campaña el día después de la elección; puede ser, no estoy preparado para ese debate, o quizá creo en los periodos de espera entre la elección y toma de protesta; pero no me crea, ya sabe, con los años uno se hace ideático.
Lo que sí no he perdido es la capacidad de asombro y no deja de sorprenderme la narrativa de algunos entusiastas del análisis político, aves de tempestades, que avizoran una épica batalla entre dos presidentes municipales metropolitanos, me refiero a Luis Bernardo Nava y Roberto Sosa.
No voy a negar que ambos tienen grupos de pertenencia distintos y ambos tienen intenciones de seguir en la política con argumentos suficientes para hacerlo; pero en este momento ambos están concentrados en sus municipios, son los externos, los ávidos de nota, a los que ya les encantaría ver pactado y anunciado en marquesina el “topón” de Roberto el “Tino” Sosa vs. Luis “el Finito” Nava.
¡Y cómo no! Eso vendería muchas columnas y daría empleo a más de algún vendedor de espejos, perdón, de “márquetin digital”; pero por el momento no hay tal. Si usted vive en Querétaro o Corregidora, esté tranquilo, sus respectivos presidentes municipales son dos hombres sobrios que están concentrados en lo suyo, comparar sus trabajos es innecesario y absurdo, la conformación geográfica, social y política de los municipios es muy distinta y únicamente exhibe desconocimiento de quien hace la comparación.
No lo niego, habrá un momento en el que las condiciones y proyectos de ambos les lleven a contender al interior de su partido; pero ese no es hoy ni mañana. Es más, si la concertación se mantiene como hasta ahora, veremos ese “trompo” hasta 2027.
¿Ciber concertación?
Dentro del mercado que se abre ante la llegada de las nuevas administraciones y el avance tecnológico, nació una nueva especie de vendedores de chorizos: Los “ciber concertadores”, quienes ofrecen “negociación con tuiteros”. ¡Hazme el chingado favor!
¿A qué gobernante en su sano juicio le interesaría “negociar” con desconocidos adictos de atención, cuya opinión es igual de trascendente que un cacahuate en un bote de crema de maní?
Opinión que al ser tan reiterativa, termina por ser solo ruido de fondo en el microuniverso que cohabita con otros de su especie, quienes, por cierto, comparten su atención dispersa.
Hay algo más que redes, se llama mundo, ¡vida real! Pero “no tiene la culpa el vendedor, sino quien le compra piñas”.
Lenguas viperinas
Hay un exsecretario del Gobierno estatal que está muy, pero muy preocupado porque se hable de él y de una hasta el momento supuesta incorporación al gobierno estatal en un puesto de tercer nivel. Tanto, que anda filtrando notas con su foto, aunque no haya posicionamiento oficial, salido por los canales adecuados. Nomás no entiende que el patrón se llama Mauricio Kuri González, le guste o no le guste, le cuadre o no le cuadre; y si no le gusta, pues a… quí le mandamos un sentido: ¡Ya siéntese, señor!
Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.
11
Oct 21
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