Parece que en política la soberbia es contagiosa y más en Querétaro. Particularmente, hoy quiero referirme a la búsqueda de culpables en la debacle del municipio capitalino, donde los panistas pretenden creerse y hacer creer que el único culpable es el interino Correa Sada; y claro, es el más visible y evidente, pero dicen los clásicos de la cuasi extinta teoría política que para ganar una elección siendo partido en el poder se necesitan tres elementos: Un buen candidato, un buen partido y un buen gobierno que le anteceda. Faltando dos, seguramente se perderá la elección y la falta de uno lo complica.

En nuestro particular caso hubo no una mala, sino una pésima, repudiada y corrupta administración que le antecede, la del premiado diputado federal Marcos Aguilar Vega, quien a través de sus cercanos se encargó de sembrar odio y discordia social en torno a la marca que lo postuló y que aún lo siguen haciendo a través de “editoriales” en ciberpasquines de su propia creación.

Parece que los panistas no entienden o no alcanzan a comprender que la sociedad no votó a favor de su más cercano adversario. ¡Votó en contra de su verdadero enemigo y su cártel!

Por otro lado, y continuando con la búsqueda objetiva de respuestas, el candidato tampoco logró conectar del todo con el pueblo, se mostró timorato en deslindarse del peor presidente municipal de la historia, su campaña parecía haber sido diseñada por un enemigo. ¿Mejor todavía? ¿Acaso piensan que los queretanos se sienten bien? Y ¿Qué podemos decir de su coordinador de campaña?, un tipo gris pagado por sí mismo, que no ha ganado ni una elección de colonia y que teniendo toda una estructura no pudo más que hacer ganar a su candidato por mil 500 votos. ¿Dónde quedó el voto duro? Acaso, ¿el ave azul no voló o la “desplumaron” en el camino? Sin duda, Arturo Molina Zamora, quien debe todo a la senadora Murguía, tiene muchas cuentas que rendir. ¡Muchísimas!

Si la cosa era buscar culpables, ahí los tienen. Pero más que buscar culpables, los panistas deben tomarse una poción de humildad con un toque de realidad, que mucha falta les hace.

Ríos, ¿soberbio o ignorante?

También en el equipo del portero “se cuecen habas”, pues si bien ellos presentaron los recursos en Monterrey, la anulación de la elección como muchos otros recursos que han promovido la ganaron por la “suplencia de la queja”, no por los excelentes oficios jurídicos que presumen.

Por otro lado, el argumento de defender el voto de la mayoría es bueno para quienes le siguen por dogma de fe; pero siendo objetivos, el portero defiende el voto de “su mayoría”, que no es la mayoría de los queretanos, pues casi el 80% de los registrados en la lista nominal no votaron por él; incluso algunos ¡no votaron por nadie! Pues hubo un 40% de abstención. Así que mi portero de oro no honra aquello de “no mentir” del mesías tabasqueño y el octavo mandamiento de quien tanto invoca en su discurso y no es el futbol.

A petición de parte

Muy enojados están los vecinos de Loma Dorada, pues se acaban de enterar que Marcos Aguilar les heredó un cambio de uso de suelo para la construcción de tres edificios de densidad media que le partirá la... vista al fraccionamiento y afectará su plusvalía.

¡Servido, señor Oso!

A título personal

Acción Nacional tiene muy desperdiciado y olvidado a un buen operador y mejor candidato que pudiera salir al rescate en el municipio de Querétaro, y aunque dudo lo tomen en cuenta, diré: es Armando Rivera.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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