Para Morena, el reto es grande después de convertirse en la primera fuerza política del país; ahora tiene la necesidad y la obligación de dar el paso a ser un verdadero partido político. Morena, como su nombre lo dice, nació, creció y ganó como un “movimiento”, y como tal, cumplió su objetivo: llevar a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia, pero ¿qué sigue para una militancia que se siente más cómoda siendo la oposición perenne de la “mafia del poder”? ¿Quién se atreverá a dar el paso de los sueños quijotescos al estatismo?

A menos de un mes de haber ganado casi todo, Morena ha evidenciado su falta de disciplina, su carente institucionalidad y su dispersión de liderazgos. Ha dejado ver que sigue tratándose de una horda que ve, camina, se mueve y oye únicamente a través de AMLO. No se percibe un discurso fuerte y creíble de parte de Yeidckol Polensky, no se ve a Ricardo Monreal exponer sus credenciales de oficioso político, no se siente la estabilidad de un partido, sí la euforia de un “movimiento”, y como tal, se encuentra sujeto a la caducidad.

En las diversas entidades, los presidentes estatales traen su propia pachanga; muchos candidatos electos parecen haber sido sacados del mil chistes y/o el libro vaquero, y la única cohesión real es en torno a AMLO; por cierto, cohesión que después del primero de diciembre deberá acabar, salvo que como el “PRI” Morena se convierta en el PARTIDO ESTADO y se cumplan todos los presagios de las plumas de la “Mafia del poder” que vislumbran mismos modos en diferente gente.

El tiempo ya juega en contra del Movimiento de Regeneración Nacional, pero parece que la euforia de la victoria no permite ver que se acabaron las campañas. Aquellos que basaron sus campañas en fotos con “PG” les informo que se acabó la magia, ahora les toca caminar solitos; veremos el nacimiento de nuevas tribus, pero difícilmente veremos la consolidación de un partido político serio, pues Morena está lleno de ilusionados y carente de estadistas.

De estacionamientos y cosas peores

Parece que al “Tlatoani del Cimatario” ninguno de sus “sesudos” asesores le ha dicho que, a pesar de haber regresado a liquidar a sus cómplices, su poder está en decadencia y sigue sumando enemigos gratis, pues pese a que diversos estacionamientos de la capital ganaron a la buena juicios de amparo en contra del reglamento y se eximieron de las 2 horas gratis no han podido “ejercitar” su derecho, pues el Tlatoani les tiene retenida su licencia municipal, por si se “brincan las trancas” mandar a su golpeador por excelencia a clausurar, como ya pasó con Antea.

No cabe duda, lo que Marcos no gana como abogado lo defiende como hampón.

A petición de parte

Pues resulta que Sinuhé Piedragil y Carlos Peñafiel Soto, de Morena, no le pagaron a los coordinadores de defensa del voto que estuvieron horas y días enteros trabajando para el proyecto, pues a pesar de que prometieron un “apoyo”, este nunca llegó, y cuando al final les pidieron lo pactado los mandaron a cobrar al PES.

¡No se vale!

A título personal

Felicitación aparte merece doña Connie Herrera, quien después de casi 20 años de “picar piedra” logró consolidar en Querétaro Independiente lo que muchos menospreciaron. ¡Enhorabuena, señora diputada! Ojalá y ese ímpetu de lucha se haga valer en el Congreso local.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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