Si usted pensaba que me iba a referir a algún abanderado del PAN o del cuasi extinto tricolor, lamento decepcionarle; pues el diputado “fifí” es nada más y nada más que el “pesista” Ricardo Caballero, quien llega a la Legislatura en un costoso Suv, flanqueado por un par de guaruras mal encarados que vigilan su llegada, salida y accesos, como si alguien quisiera atentar contra su graciosa majestad.
Aparte de su irrisoria y anticonstitucional iniciativa de revolver pensiones alimenticias con obligaciones fiscales, este personaje anda muy obnubilado y contrario a la agenda de quien lo hizo llegar, Morena, que tendrá que deslindarse de sus desatinos y presunciones pronto, porque “haiga sido como haiga sido” entró en el “PG paquete”.
Las luchas del PAN se morenizan
A pesar de que falta mucho para la renovación de la dirigencia estatal del partido del presidente, la exdiputada Herlinda Vázquez anda muy movidita en las negociaciones para suceder a el exdiplomático Carlos Peñafiel.
Lo curioso es que las negociaciones no son con las tribus morenistas, sino con quienes despachan en el Centro Cívico, con quienes ya agarraron plazas familiares de las regidoras y cercanos a Herlinda. ¡Caras vemos, negociaciones ya sabemos!
Ni en pintura lo quieren
En días pasados se había hablado del posible “brinco” de Marcos Aguilar a Morena para conseguir su “cuarto sueño”. Sin embargo, a pesar de que se anda moviendo en las esferas nacionales, sus cochupos ya son tema y le están complicando su adopción y purificación con el “Mesías tropical”.
Empero, Aguilar tiene encendida la veladora. Más aun ante la evidente falta de oficio del exrector Gilberto Herrera, quien sigue muy contaminado de la “grilla universitaria” y no se da cuenta lo que carga a cuestas.
“A Marcos Aguilar se le puede acusar de todo, menos de timorato”.
En Centro Cívico se respira el miedo
A estas fechas nadie tiene segura la chamba en el Centro Cívico, pues a pesar de que la administración de Luis Nava tuvo una llegada bastante atípica, ya está sentando sus reales y aquellos que menospreciaron su persona, operaron en contra y extendieron banderas de su indeseable antecesor, hoy están temblando, pidiendo piedad y declarándose más “navistas” que Nava, pero ya es demasiado tarde para su arrepentimiento y veremos una purga.
A título personal
Difícil empresa lleva a cuestas Manuel Gómez Morín Martínez del Río, nieto del mítico fundador de Acción Nacional del mismo nombre, quien pretende ser líder nacional de ese instituto.
No me queda duda que representa a lo mejor del PAN; sin embargo, enfrente tiene a un Marko Cortés con todas y cada una de las mañas del cerillo Anaya.
“Lo Cortés no quita lo anayista”.
Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.
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