Al paso de los días resulta más que obvio que Querétaro, a pesar de ser un hueso duro de roer para la 4T, no es el menos interesante en su tablero de ajedrez político. Las señales, señores, son tan claras que solo un ciego voluntario podría ignorarlas. Y aquí los “políticos” locales parecen estar aplicando la máxima de que “si no hablas del diablo, no existe”.
Las continuas visitas de Gerardo Fernández Noroña (ese que dicen que no marca agenda); el paso de la presidenta del Comité Ejecutivo Nacional, Luisa María Alcalde, y para rematar, la reciente aparición de la presidenta, no son producto de la casualidad. Solo un imbécil o un enajenado de la realidad podría creer que estos son hechos aislados, meros caprichos de la ocurrencia.
Para entender el juego solo hay que hilar un poco el discurso, salir de la burbuja estatal y recordar algunas lecciones de historia. El “sistema Morena” está operando con la misma vieja escuela del PRI: los morenistas no se mueven sin la voluntad de la presidenta. Y la voluntad de la presidenta, aunque no lo grite a los cuatro vientos, es arrebatar el último feudo panista que sirve como ejemplo de “buen gobierno” a nivel nacional.
Y es que, seamos honestos, si tienes que elegir dónde dar el golpe, ¿prefieres un lugar próspero y tranquilo como Querétaro o un chiquero violento y salvaje como Guanajuato? La respuesta es obvia, Guanajuato sirve mejor como prueba del fracaso panista.
Así que a los panistas en todas sus variantes les vale más expandir sus horizontes y prepararse para la tormenta que se avecina. Si se limitan a observar actores y escenarios locales con la arrogancia de siempre, la “operación sistémica” que se orquesta desde el poder central los va a tomar por sorpresa. Y ese día, el diablo sí existirá.
“Camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.
La receta secreta de la regidora: ¿restaurante o narcolaboratorio?
Dicen que en el menú político siempre hay sorpresas, pero lo que se cocinó en un negocio presuntamente de la regidora priista de Pedro Escobedo, Paloma Silva Olvera, es un platillo de pésimo gusto.
La Fiscalía General de la República (FGR) se apareció en el restaurante “La Palma”, un inmueble vinculado a la excandidata a la presidencia municipal, buscando algo que definitivamente no estaba en el menú.
El cateo no fue un acto de cortesía, el olor a delitos federales era demasiado fuerte. Y aunque una versión oficial que aclare el misterio seguramente tardará en llegar, las malas lenguas no susurran, gritan que en las ollas de “La Palma” no había mole ni barbacoa, sino ácido acético, ese ingrediente estrella para la fabricación de metanfetaminas.
Vaya, parece que la “cocina” de la regidora tenía una receta secreta mucho más lucrativa que la de cualquier fonda.
Claro, ante este incómodo hallazgo la regidora ha optado por la táctica infalible del político acorralado: el silencio. Un silencio, por cierto, tan ensordecedor que es la única confesión que necesitamos. Su mutismo no es falta de respeto, es un insulto a los ciudadanos de Pedro Escobedo, a quienes supuestamente representa.
Habrá que esperar a ver cómo evoluciona el tema, pero por lo pronto Paloma tendrá que dirigir sus esfuerzos a limpiar su imagen, en lugar de seguir con sus rencillas contra el presidente y los demás miembros del cabildo. Su silencio ya es un escándalo. ¿Cómo enfrentará la verdadera tormenta?
“El que calla, otorga”.
Terremotos en Morena: El anuncio de la presidenta sacude la horda local
Las palabras de la presidenta nacional de Morena cimbraron también a las “estructuras” locales (si es que a la horda de primates belicosos se les puede llamar así), y no precisamente de emoción o esperanza.
Su anuncio de buscar una alianza con el PVEM y el PT, y de incluir a sus propuestas en las encuestas, le dio retortijones a más de un adelantado tribal que ya daba por sentado que el partido guinda iría solo, y que con ello, sus momios aumentarían.
Esta declaración es un golpe directo para quienes se creían dueños de la candidatura, particularmente para aquellos que de dientes para afuera menosprecian a Ricardo Astudillo, pero que en realidad le tienen un temor reverencial por su experiencia y capacidad de adaptación política. Esas son características que lo ponen siempre en condiciones de competirle a cualquiera y cuya historia le avala como un ganador.
Además y por si fuera poco, Luisa María Alcalde, con un admirable pragmatismo, fue contundente al abrir la posibilidad de ir con candidatos externos, incluso con expanistas o expriistas. Esta es una señal clara de la estrategia que jugarán en 2027: hacerse del mayor número de posiciones en el estado, sin importar si los candidatos son naturales o advenedizos. Al final es política, así de sencillo.
“No vendas la piel del oso antes de cazarlo”.
-Breves nociones de política: cuidar la marca, la regla de oro
Hay actores panistas que en su afán por generar “estampidas”, creen que sus compañeros de partido son tontos y no detectan el “fuego amigo”.
Lo que no se dan cuenta estas graciosas criaturas es que al golpear a un compañero, golpean a la marca; y eso es algo que nunca se debe permitir.
En cualquier curso de márquetin político, por más sencillo o costoso que sea, la primera lección es clara: la marca es lo primero que se debe cuidar. Aunque se intente con trucos baratos separar a la marca del personaje, la asociación siempre permanece.
Piénselo así: si en un McDonald’s de carretera le sale una hamburguesa con hongos, ¿dirá que esa franquicia es mala, pero que McDonald’s en general es genial? Claro que no. Usted va a criticar a la marca, a McDonald’s.
En política es exactamente lo mismo. Si golpean a un actor panista, golpean al PAN, no solo al individuo. Se trata de cuidar la marca, no de sabotearla por ambiciones personales.
“El que a su casa no va, a la ajena se le va”.
Aporte de Armando: ¿el golpe estratégico al PAN?
Dicen que los analistas políticos se vuelven locos con los “puntos porcentuales”, pero la realidad es mucho más sencilla y, francamente, más entretenida. Por eso, y para no caer en el mercadeo de aceite de culebra, me limitaré a decir que el verdadero, tangible y medible aporte de Armando Alejandro Rivera Castillejos al ínfimo pero siempre electorero partido naranja, se resume en tres sencillas pero muy valiosas cosas: estrategia, mecenas y —lo mejor de todo— conocimiento de la plaza.
Y que quede claro para los despistados: Estas tres cualidades terminarán, inevitablemente, por mermar a Acción Nacional, no a Morena.
¡No se confundan!, pensar lo contrario sería como creer que un topo se mete a un jardín a regar flores. La naturaleza primigenia del personaje, su profundo conocimiento de las entrañas del panismo y su capacidad para operar y financiar proyectos lo convierten en una amenaza real y perfectamente calibrada.
Su movimiento al partido naranja no es una simple suma de votos. Es, en esencia, una transferencia de inteligencia política y de recursos propios de Acción Nacional, que pondrán en aprietos al blanquiazul. Al final no se trata de una defunción política, sino de un cobro de factura perfectamente calculado, pues Movimiento Ciudadano tiene en Armando un general que lleva bajo el brazo el manual de sabotaje y la chequera para financiarlo.
“El que siembra vientos, cosecha tempestades”.
Lenguas viperinas
Cuentan que el tránsito político de Diego Cabrera Leal es la nueva comedia de enredos en Querétaro. Después de su paso por el PRI y de servir diligentemente al panista Roberto Cabrera en San Juan del Río, parece haber recibido una revelación divina: su verdadero destino estaba, siempre, en la Cuarta Transformación.
Su “conversión” es, por supuesto, un milagro político patrocinado por la mano santa de Santiago Nieto Castillo, el único que ve en Cabrera el “talento” que el morenismo necesita para ganar la presidencia municipal de su “natal por resolución judicial” San Juan del Río.
Y es que algo es innegable de Nieto: cumple con sus leales. Ahí está el ejemplo de Sharon López —por cierto, esposa de Diego—; se dice que le creó una representación donde no se necesitaba para que pudiera cobrar donde sí importaba. Una lealtad que, sin embargo, no parece ser eterna, pues se comenta que a “el Ches” ya lo ha desechado.
“El que a dos amos sirve, con uno queda mal”.
Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.
