“Para los que no tenemos creencias,
la democracia es nuestra
religión.“
Paul Auster
Lo sucedido esta semana con el movimiento estudiantil del Instituto Politécnico Nacional, fue inédito. Por varias razones, por un lado pudimos observar a miles de estudiantes que tomaron las calles de la Ciudad de México, y no se reportó daño alguno, disturbio o cualquier práctica fuera de la ley (claro, además de tomar las calles).
Pero algo que llamó la atención es que al llegar los
estudiantes a la Secretaría de Gobernación, fuera el mismo Secretario Miguel
Ángel Osorio Chong quien los recibiera, y no solo eso, sino que tomara el
micrófono y participara en dialogo franco y abierto con los miles de jóvenes
que se dieron cita en el lugar. Inédito.
Los movimientos estudiantiles tienen una marca
dentro de la memoria histórica de nuestro país, me refiero al movimiento del 68
del 2 de octubre, justamente en estas fechas. Han pasado 46 años de la matanza
de Tlatelolco, pero aún sigue en nuestra memoria. Quedo escrito como el “día
que no se olvida”.
Quedo grabado de esta manera, para hacer ver a las
siguientes generaciones y administraciones que nunca más la sociedad toleraría
las brutales acciones cometidas contra el movimiento estudiantil.
El martes los jóvenes del Politécnico Nacional por
su parte mostraron que también la sociedad civil ha cambiado, la democracia y
la participación social han evolucionado. El papel que juegan las redes
sociales para promover el activismo social ha sido fundamental, pero más
importante que la convocatoria fue el comportamiento de los jóvenes durante la
marcha. Esto probablemente fue uno de los aspectos que en la Secretaría de
Gobernación ponderaron para poder llevar personalmente al Secretario Osorio
Chong ha recibir frente a los miles de jóvenes el pliego petitorio.
Se estipuló que el próximo 3 de Octubre la SEGOB
tenga respuesta a las exigencias estudiantiles planteadas en dicho documento,
de entrada ya se dio la salida de la Directora General.
Lo del martes fue una muestra del crecimiento cívico
y político que ha tenido nuestra sociedad y el gobierno. En donde ambos se
reconocen como actores con los mismos intereses y en ese respeto mutuo dialogan
y buscan soluciones.
Sin duda alguna son avances claros, por una parte
una sociedad que no se queda callada ante la injusticia y por la otra una
autoridad cercana y abierta al dialogo. Grandes pasos se han dado en estos 46
años, no se debe dar ni uno atrás.
Envíame tus comentarios a:
Twitter:
@Pospital