Amlo y Morena son lo mismo, uno sin el otro no podrían entenderse. Morena nace por la necesidad y ambición política de Amlo para subsistir él y su grupo. En el PRD iba a morir de inanición política al quedarse con la posibilidad de designar candidatos afines a su tercer intento de lograr la candidatura a la Presidencia de la República, para el 2018.
Los Chuchos y compañía no le iban a permitir jugar de nueva cuenta. Dos intentos electorales para ganar las elecciones presidenciales fue más que suficiente. Amlo no ha entendido el juego de la democracia, insiste en las imposiciones de la “dedocracia”, siempre y cuando él y su gente más cercana la jueguen y la dirijan. Ya no le iban a permitir hacer de las suyas.
Lo advirtió muy a tiempo -eso sí, habría que reconocerlo- y formó su propio partido político; por supuesto se nutrió de la disidencia al interior del PRD, tal y como lo hicieran en el proceso electoral de 1988, cuando formando parte de la Corriente Democrática al interior del PRI, dejó él y otro grupo de disidentes priistas de recibir las “bondades” de las candidaturas; y con la suma de la izquierda disidente conformaron el PRD. 26 años después volvió a realizar la misma jugada, aunque no con el mismo éxito.
Quien se dice enemigo de la corrupción ha caído en ella; o al menos su gente cercana. Quien se dice demócrata, decide candidaturas en lo más recóndito de su mente y simplemente levanta la mano de los elegidos, no permite el juego de la democracia. Eduardo Cervantes, exdirigente capitalino de Morena, renunció apenas hace unos días a la dirigencia en el DF, exhibió a Amlo por tener “dirigencias de facto”, las que por supuesto sustituyen a las dirigencias legales de ese partido político.
Cuando aquel renunció le dijo a Andrés Manuel López Obrador y a Martí Batres, presidentes del Consejo Nacional y del CEN de Morena: “Por diferencias insuperables con la dirección de facto en el Distrito Federal, con esta fecha y por dignidad renuncio de manera definitiva”. Y es que, la dirigencia de Morena nombró a los coordinadores de cada delegación como precandidatos a las jefaturas delegacionales desde el momento de la creación de ese instituto político, por lo cual Cervantes no tuvo la menor oportunidad de realizar un proceso de selección de precandidatos, tampoco tuvo posibilidad de efectuar procesos internos para las diputaciones locales, toda vez que el Consejo Nacional formará la lista.
Y con el deseo de exhibir la falta de democracia al interior de Morena, a través de la red del Twitter, Cervantes dijo sobre el tema de la lista de candidatos: “lo dicho: en el reino de la partidocracia #MORENA puede hacer la diferencia, pero necesita echar por la borda todas las prácticas viciadas”. Y así las cosas el Comité Ejecutivo Nacional de Morena, decidió las candidaturas para las 16 jefaturas delegacionales y los 40 distritos de mayoría en esa ciudad. En Querétaro está sucediendo lo mismo, desde junio del año anterior designó candidata al gobierno del Estado.
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