[Me Lleva el Diablo] En el PAN, orden y organización; en Morena, el caos e infiltración

¡Qué cosas tiene la vida, Mariana!, dice la canción. Muy aplicable a lo que sucede tanto en el PAN como en Morena en lo que se refiere a las candidaturas, principalmente a la del Senado.

Mientras que en el PAN todo marcha en orden y organización, tomando mucha ventaja a los demás partidos, en Morena reina el caos, la rebatiña y el oportunismo.

La semana que terminó, la fórmula de precandidatos del PAN al Senado de la República, integrada por Lupita Murguía y Agustín Dorantes, externaron una invitación conjunta a Arturo Molina Zamora para integrarse a su equipo de precampaña en esta etapa de proceso interno del Partido Acción Nacional.

Molina Zamora es un panista de convicción y lealtades, al margen de su capacidad y experiencia en la política local y en campañas electorales.

Lupita Murguía y Agustín Dorantes suman voluntades en el panismo local, tienen rato caminando la legua, recorriendo el estado reuniéndose con los militantes panistas, y claro, con muchos ciudadanos.

No hay fricciones, fracturas, por lo menos visibles, en este equipo que suma y cada vez toma mayor forma y ahora con Molina, con todo lo que se pueda decir a favor o en contra de él, es claro que la unidad panista se va dando, por lo menos en torno a Lupita y Dorantes, que tienen en Arturo a un panista que aporta.

En el PAN saben que para ganar ocupan la marca del partido y a candidatos reconocidos y a militantes comprometidos; son los elementos que están reuniendo, como el caso de los que van a competir por el Senado.

Mientras que en la tienda de enfrente las cosas son un caos.

Parece que en Morena le apuestan a perder por sí mismos, sin necesidad de que el PAN los confronte; la rebatiña, los dimes y diretes, los “posicionamientos” en redes de los y las aspirantes a la candidatura al Senado solo abonan al desastre.

Se duermen en sus laureles y le apuestan solamente a la marca, porque los tiradores que estaban puestos parece que reculan, o los van a hacer recular, como es el caso de Santiago Nieto y Ricardo Astudillo, a quienes parece que se les escapa la candidatura.

Que si la candidatura es para el Verde, que si es para una mujer, que si es para una priista-calzadista.

Lo cierto es que el único mensaje que mandan es que todos y todas buscan la candidatura con la ambición de llegar al Senado como primera minoría, perdiendo pues ante la dupla Murguía-Dorantes.

En primer lugar, todo indica que Santiago Nieto no va a lograr la tan ansiada postulación, y que Astudillo se conforma con el beneficio de la negociación en la Ciudad de México para perder la contienda pero ganar el Senado, si le dan chance.

Mientras que las mujeres morenistas hacen pactos de apoyo, y así, Carmen Gómez, Paloma Arce, Beatriz Robles, la diputada local Tovar van juntas, pero no revueltas, esperando la definición de género.

Pero pésimo mensaje de algunas de ellas, como Paloma Arce, que se inscribe también para la candidatura a la presidencia municipal de Querétaro, dejando en claro que lo único que la mueve es la ambición, creando división en Morena, y lo más seguro es que no va a lograr ninguna de las dos candidaturas.

Paloma Arce, lo mismo que Beatriz Robles, son delegadas federales, y la dos tiene en común que perdieron en la pasada elección como candidatas a diputadas federales; ambas ahora se vuelven a postular, pero no porque tengan mucho que aportar, las dos fueron ya legisladores, una local, Arce, y la otra federal; pasaron inadvertidas, de ahí la derrota que sufrió Morena.

Pero ni modo, vivir fuera del presupuesto es un error, más si ya se tienen 6 años gozando de ello.

Para abonar al caos, se suma Socorro García Quiroz, una priista a la que se le relaciona fuertemente con José Calzada, el exgobernador priista de negra trascendencia, y ahora se le considera parte equipo de Santiago Nieto.

Desde que se anunció que la candidatura al Senado en Querétaro le podría tocar a una mujer, empezó a brotar el nombre de una priista como posible candidata; ella es Coco García, exsenadora del PRI y que fue suplente de José Calzada Rovirosa, supuestamente apoyado por el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López, y ahora resulta que hasta por el PVEM; abría que preguntarle a Ricardo Astudillo si ya se bajó de la contienda.

El trascendido no confirmado ha creado malestar en la militancia de Morena, pues resulta imposible creer que una oportunista se quede con la candidatura.

La alianza de Morena con el PVEM y con el PT, al menos en Querétaro si va Socorro García, no es redituable, aunque en el reparto nacional de puestos de elección popular donde al PVEM le toca Querétaro, al menos en encabezar la lista del Senado, le dan en la madre no solo a morenistas como Gilberto Herrera o Santiago Nieto, o a Ricardo Astudillo, quien ya sentía segura su postulación, sino que le dan en la madre a la campaña al Senado, y en consecuencia, a la Presidencia de la República, a Claudia.

García Quiroz tiene una tradición priista y nunca ha sentido apego por Morena, menos por la 4T, y sería un gran error que el PVEM la imponga para encabezar la lista.

Pero es solamente un rumor; pero de ser cierto, solo beneficiaría al PAN.

Morena tiene oportunidad de ganar, sí, mínima, pero sí; pero es Morena mismo el que está construyendo su derrota, por lo menos para el Senado, y la rebatiña es porque creen que tienen segura la primera minoría solo con la marca del partido, de la alianza; un grave error que les va a costar caro.







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