En espera del recuento que por ley se va a dar en por lo menos 4 distritos locales, dos en manos del PAN, uno en manos de Morena y otro en mano del PT, donde la diferencia del ganador es menor a los votos nulos o menor a un punto. En espera del recuento que por ley se va a dar en el municipio de San Juan el Río, en donde aún faltaban 5 paquetes electorales por abrir, y en otro municipio por lo menos, con los datos actuales del IEEQ y con pocas posibilidades de que cambie el nuevo escenario político en la entidad, podemos señalar que en el Congreso del Estado hay una nueva mayoría.

No le encuentro lógica al “festejo” panista en Querétaro, principalmente porque Morena se convierte en la primera fuerza electoral, esto de acuerdo con los resultados que tiene el Instituto Electoral del Estado de Querétaro, y no vayan a salir con que tienen el gobierno del estado; son los nuevos datos electorales.

En lo nacional les dieron una paliza a los panistas y gobiernan solo 4 estados, y en lo local pueden dejar de ser la primera fuerza política.

El Partido Acción Nacional en el estado es el que pierde, y mucho; Morena tiene una votación que, quieran o no los detractores del morenismo, lo hace emerger como la primera fuerza política en el Congreso del Estado; y recordemos que los diputados representan a la población, no territorio.

El 29 de mayo, tres días antes de las elecciones, en este espacio señalamos que en la entidad después del 2 de junio habría una nueva cartografía política.

Efectivamente, hay un nuevo mapa político en Querétaro, donde Morena es el partido ganador y el PAN el gran perdedor.

La narrativa del PAN es que son “ganadores” porque no perdieron los municipios conurbados, incluyendo San Juan del Río, en donde no está nada definido.

Porque “le ganaron a Chema y a Santiago”, el consuelo de la narrativa azul.

Hay que ver de qué manera conservaron Querétaro y otros 5 o 6 municipios: a punta de una campaña del miedo y a billetazos, muchos billetes, que salieron del erario y, obvio, de los patrocinadores inmobiliarios, que se cobrarán con el agua y los cambios de uso de suelo.

Tuvo el panismo triunfos importantes, sí, pero no se entiende el optimismo panista cuando perdieron más de la mitad de los espacios que tenían.

Hasta el día 2, día de las elecciones, el PAN mantenía en su poder 15 diputaciones locales, 14 municipios, 5 distritos federales y el Senado.

Sobrerrepresentados en el Congreso local, los panistas pierden esa mayoría, y de 15 que tenía solo le quedan 7; obvio, más las pluris, para alcanzar solo 9 o 10.

Morena mandará en el Congreso local, desde donde tendrá la responsabilidad de hacer contrapeso, cogobernar. Morena no tenía ni una diputación de mayoría y ganó 8, más las pluris, y podría llegar a 11 o 12, y sume las de sus aliados; mayoría simple, pero mayoría.

Y aún pueden ganar el VII distrito, si es impugnado seguro se lo lleva Ulises Gómez de la Rosa. Igual están otros tres distritos, y sí puede cambiar la tendencia, difícil pero sí.

Morena no tenía ni una diputación federal y ahora tiene 3, el PAN pierde esas 3.

Con las diputadas pluris: del PAN, Tania Palacios Kuri –en los apellidos lleva la prosapia y la bendición para ser la próxima candidata del PAN en el 27–; de Abigail Arredondo, por el PRI, sin comentarios, y tal vez de Rufina Benítez, por Morena, Querétaro tendrá 9 legisladores federales, con un Congreso federal de mayoría morenista.

El PAN pierde más de la mitad de los 18 municipios de la entidad, al momento contando San Juan, donde no hay definición; se queda con 7 de 14 que tenía, y aunque se llenen la boca de haber retenido Querétaro, Corregidora y El Marqués, la realidad es que pierden territorio en los municipios y población en las diputaciones locales.

Como se publicó en este espacio el 29 de mayo: Hay una nueva cartografía política en la entidad, en la que se incluye –como se comentó en esa colaboración– a Movimiento Ciudadano, el PRI y el Verde, del que dijimos que perdería Huimilpan, pero ganaría otros espacios.

Lo que sí no comentamos es que Morena se convertiría en una fuerza política de contrapeso real, por el número de votos que en general se van a contabilizar al final; y eso es una derrota para el PAN, una llamada de atención para que, en el PAN, en el gobierno, se pongan la pila, se pongan a trabajar, porque el 27 ya empezó y así les puede ir.

O si quiere ver el mapa con la visión optimista del panismo, con la narrativa mediática para que con júbilo se pregone que: el PAN ganó la mitad de lo que tenía, pues allá ellos y su corta visión.

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