El poder presidencial los aglutinó, les dio sentido a su vida política; y el poder presidencial los desapareció, los dividió y los condenó a la muerte política.
Ese fue el error de la alianza antinatural del PAN-PRI-PRD: se unieron para confrontar al presidencialismo, no para ganarse a la ciudadanía, al pueblo, a los electores, ante quienes nunca presentaron una real alternativa.
En la perspectiva de que la ruptura de la alianza Va por México pudiera ser la sepultura de la oposición es solo la punta de un desmoronamiento total de la oposición.
La iniciativa de la diputada priista Yolanda de la Torre para extender hasta 2028 la participación del Ejército en funciones de seguridad pública cambia el escenario político-partidista.
Ello deriva no solo en el rompimiento de la alianza, sino que igual ha dividido al PRI –más de lo que se encontraba– y principalmente al PAN; el PRD no existe ni como partido, menos como oposición.
La reforma para que la Guardia Nacional sea adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional fue aprobada en cuestión de horas en la Cámara de Diputados sin contratiempos.
La reforma de la discordia alcanzó a dividir la dividida oposición, y a la discusión le entró hasta el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri.
Pero vamos por partes: miles de priistas están en descontento con el liderazgo de Alejandro Moreno y en las próximas semanas se ingresará el oficio en el que se solicite la renovación de la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional, luego de la pausa que se dio en la alianza Va por México, tras el apoyo que mostró el dirigente del PRI al proyecto de militarización de la Guardia Nacional.
Lo poco que quedaba del PRI se acabó a cambio del perdón al dirigente Alito, y eso pega duro en Querétaro, donde la dirigente local del tricolor, Abigail Arredondo, para tapar su fracaso ya se veía firmando una alianza local con el PAN.
En realidad, en la entidad el PAN no requiere del PRI, pues todos, o casi todos los militantes del tricolor ya trabajan para el gobierno del estado, para los intereses del grupo de panistas que tienen el poder, no solo del blanquiazul, sino del tricolor y de una buena parte de Morena.
La realidad es que el PRI es un partido sin futuro –tanto en lo nacional, pero más en Querétaro– y que más les vale ser funcionales a quienes van a seguir en el poder: Morena en el país, y el PAN en Querétaro.
En el caos que desató el apoyo tricolor a la militarización de la Guardia Nacional, alcanzó a dividir a los gobernadores panistas porque, por un lado, el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, pidió públicamente romper con la alianza con el PRI, y se manifestó en contra de que la guardia fuera operada por el Ejercito Nacional; y por el otro, el gobernador, también panista, de Durango, públicamente manifestó su apoyo la iniciativa, y con ello su apuesta a que la alianza con el PRI siga.
Otros gobernadores y gobernadoras panistas guardaron silencio, un silencio cómplice, porque saben que sin el apoyo de la Guardia Nacional no tienen elementos para medianamente garantizar la seguridad pública, no pueden solo con sus elementos locales, y en ese sentido están todos los gobiernos estatales.
Mauricio Kuri, por primera vez, se suma a la posición de su amigo Francisco Domínguez, exgobernador de Querétaro que, ese sí, nunca creyó en la alianza partidista del PAN, PRI y PRD.
El exgobernador panista consideró que los partidos políticos están hechos para competir unos con otros, además de que las alianzas se deben hacer en las cámaras legislativas, además de que no llevan siglas. “Igual opino del video del gobernador Kuri, nunca he creído en la alianza, creo que los partidos políticos nacieron para competir solos y creo que las alianzas se hacen en las cámaras de facto, no se usan siglas”, dijo Pancho en apoyo a Kuri.
Lo único claro y real es la división interna del PAN, de sus militantes, de su dirigencia y de sus gobernadores.
Parece que lo que le queda al PAN es verse a sí mismo, apostar por sí mismo. No es algo sencillo, no tendrá triunfos electorales en 2023, pero sí podría recuperar su dignidad –si es que tiene– y la construcción de una oposición, que no le alcanzaría para 2024, pero sería una oposición real.
Porque Morena, con la posible alianza Va por México desintegrada, se enfilaría sin problemas a la conquista de los gobiernos de los estados de México y Coahuila en 2023, pues separados ningún partido tendría la menor oportunidad de ganar esos cargos, y tampoco en alianza les alcanza.
Y en Querétaro está en veremos la viabilidad tanto del PAN como de Morena, por eso no descarte que en la entidad en lo “oscurito” se dé una alianza Morena-PAN; total, de todos modos el poder solo quedaría dentro del mismo grupo que actualmente los controla.
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Sep 22
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