Escuchamos algunos posicionamientos de las bancadas de legisladores de la novísima LXIII Legislatura Federal, sobe el emblemático caso de Ayotzinapa, de los diputados federales quienes apenas inician sus trabajos del primer periodo el pasado 1° de septiembre.
De verdad, dan pena los legisladores por el cómo se lucen hablando de un asunto de naturaleza penal, tan delicado, en el que han opinado “peritos y científicos” en algunas materias, para dar con el paradero de los 42 “desaparecidos” –uno fue declarado muerto por el hueso encontrado-; para saber qué pasó esa fatídica noche del 26 de septiembre de 2014. Como buitres –literalmente- en pos de la carroña y todo por desprestigiar el trabajo realizado por la PGR y sus equipos de profesionales en diversas materias. Ese es el objetivo de estos “parlanchines” en tribuna”.
Sin saber de medicina legal, de peritajes en diversas materias, simplemente desacreditaron y desacreditaron en tribuna. Como luciendo su “verbo vituperino” del discurso más “florido”. A la fecha el expediente que desconocen se compone de miles de fojas –seguramente no sabrán qué es una foja- y estas arman 85 tomos; así como 13 anexos de peritajes y otras documentaciones. Sumado ahora el dictamen de más de casi 600 hojas, emitido por el “Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes” de la CIDH, Alejandro Valencia Villa (Abogado y experto en Derechos Humanos, Colombia), Ángela María Buitrago (Magister en Derecho Penal y Doctora en Sociología, Colombia), Carlos Martin Beristaín (Médico y Doctor en Psicología, España), Claudia Paz y Paz Baile (Abogada y ex Fiscal de Guatemala) y Francisco Cox Vial (Abogado penalista de Chile). Dictamen que seguramente no tuvieron tiempo de leer –ni las conclusiones- debido a lo voluminoso y conceptos técnicos que en él se contienen y si lo leyeron no lo entendieron, salvo las fotografías y croquis. Nada extraordinario.
Bien, este nuevo peritaje –con sus anexos-, como todos está lleno de hipótesis que puede cambiar cualquier otro peritaje; no es ciencia perfecta. En palabras llanas se trabaja con especulaciones que científicamente se desglosan por medio de deducciones. Y así lo hicieron, por ejemplo con todos los peritajes médicos que practicaron a los detenidos, los que, por las lesiones que presentaban, dicen existir probabilidades de haber sido torturados ¿El Protocolo de Estambul? Ese no lo practicaron, ese sí es reconocido para saber si una persona fue o no presumiblemente torturado en una detención, que no necesariamente significa que lo dicho por el detenido sea mentira; una cosa es tortura y otra la verdad de los hechos.
De todo esto, lo lamentable, insisto, es el hecho de subir a la tribuna de la Legislatura Federal un asunto tan delicado y lleno de tecnicismos; asunto que pervirtieron en “presa” de animales ávidos de alimento que los fortalezca ¿Ganaron o perdieron con el tema? Seriamente perdieron y muy pronto a sabiendas que el asunto no está terminado, que una parte está en manos de los investigadores de la PGR y otro en poder de los jueces que ya procesan a los detenidos por la comisión de los homicidios.
Ya me imagino las divertidas que deben darse los detenidos con este “grupos de expertos leguleyos en tribuna” tratando un asunto que desconocen y con la probabilidad de que sus “defensores” pudieran lograr su libertad por la serie de barbaridades que exponen.
Lamentable el espectáculo que ofrecieron los legisladores este jueves 10 de septiembre ¿Acaso así será la nueva Legislatura Federal? Y así quieren transformar al país de leyes que vive momentos intensos de diversos conflictos y de naturaleza distinta. Ojalá corrijan el camino ahora que apenas inician, aunque lo considero difícil, más bien han enseñado de lo que son capaces o mejor dicho “incapaces” de hacer.
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