Las “estrellas del espectáculo periodístico” una vez más se quejan de la “espotización política” que, por medio del INE –antes el IFE- son difundidos por la radio y la televisión. Sin embargo los defensores de la audiencia jamás emiten opinión negativa en contra de la “criminal espotización comercial”.
Apenas comenzó el periodo de la “espotización política” –del 10 de enero al 18 de febrero- algunos periodistas iniciaron las críticas a través de los medios de comunicación ¡Siete millones de espots nos recetarán los partidos políticos! ¡Qué horror! ¡Habrá que cambiarle de canal con tanto espot de mentiras de los partidos políticos! Y así por ese tenor.
Seguramente lo que más molesta a esos periodistas es el tiempo oficial que no les permite ingresos económicos desde la reforma del 2008 y en realidad nada tiene que ver con el contenido de los mensajes políticos. Recordarán que esos tiempos oficiales representaban varios miles de millones de pesos cuando los legisladores autorizaron nuevas reglas de comunicación durante los tiempos electorales, en diciembre de 2007. Probablemente sea esa la razón, dejaron de cobrar más de dos mil millones de pesos.
Y todo porque los mismos medios de comunicación cobraban cantidades exorbitantes para acceder al privilegio de ser promocionados en los medios de comunicación; la mitad de las multimillonarias prerrogativas para los partidos políticos se iban al bolsillo de los dueños de la industria de la radio y la televisión, por eso se quejan amargamente de la “espotización política”. Esa es la razón de su virulenta molestia. No lo asimilan. Incluso el viejo artículo 48 del Cofipe obligaba a los concesionarios a cobrar igual spots políticos que espots comerciales.
Según los “defensores de la audiencia”, tendremos que soportar esos horribles “espots políticos”; pero nada hacen por la misma audiencia que también debe aguantar horribles comerciales publicitarios denominados “publicidad agresiva” y el consumidor compre compulsivamente, sin pensarlo ¿Cómo? ¡Esos sí pagan! La audiencia que se aguante.
Lo cierto es que en ambos casos la audiencia debe aguantar toda la publicidad que mande la industria de la radio y la televisión en materia comercial, es mercadotecnia y la industria debe generar recursos, es empresa; también aguantan la publicidad que los partidos políticos -marketing político- quieran recetar como agradable medicina subliminal que mágicamente terminará con todos los males. Pero ninguno de ha sido capaz de aliviar nada. Como aquella de la honestidad valiente.
Conclusión, la audiencia se encuentra entre dos avasalladores fuegos; uno producto de la mercadotecnia que busca la manipulación en el consumo y el marketig político que pretende conseguir el voto ciudadano el día de las elecciones. Al final, parece que no hay mucha diferencia entre ambas estrategias publicitarias: son comerciales ¡iguales!
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