Conforme termina el tiempo del gobierno al presidente López Obrador, acrecienta su ira en cada discurso, arrecia sus ofensas que dirige a cualquiera que osa criticar alguna de sus acciones. No se requiere ser opositor para recibir vituperios de AMLO.

Habría que distinguir y resaltar algo verdaderamente inusual en un mandatario como lo es López Obrador. A los delincuentes no los molesta. Incluso los respeta. Por ejemplo, no se atreve hablar mal de “El Chapo Guzmán”. Poco le falta para confesar su admiración y contubernio con los delincuentes.

En la semana que concluye se confrontó groseramente con la comunidad judía, la grey religiosa y propietaria de líneas aéreas. No faltaron los acostumbrados vituperios para todos.

Las comunidades se vieron en la necesidad de responder al presidente de la República, a razón de su grosero proceder. Propietarios de las líneas aéreas simplemente ignoraron las mentiras de AMLO.

El presidente López hizo uso de expresiones xenofóbicas al afirmar que el publicista Carlos Alazraki tiene un pensamiento “hitleriano”, porque, a pesar de que no viven Hitler, Mussolini, Franco o Stalin, “sus pensamientos e ideas existen”. Al traer a colación al sanguinario de Hitler, pasó a molestar a la comunidad judía, dado que en la Segunda Guerra Mundial asesinó a millones de judíos. De ahí que no tenga ningún ápice de razón el presidente.

Marcos Shabot, presidente del Comité Central de la Comunidad Judía en México; Mauricio Lulca, director general del Comité Central de la Comunidad Judía en México; Elías Achar, presidente de Tribuna Israelita, y Renée Dayán, directora de Tribuna Israelita, expresaron su indignación por los descalificativos de López Obrador. De ahí que hayan difundido un comunicado con el siguiente texto: “Toda comparación con el régimen más sanguinario de la historia es lamentable e inaceptable”. Fin del texto.

AMLO asegura que su pecho no es bodega, reviró con más mentiras. Con el cinismo que le caracteriza, dijo: “Respeto a la comunidad judía, pero no tiene patente de corso para dañar la transformación”. ¿Patente de corso? Sí, utilizó ese calificativo en contra de la comunidad judía. Patente de corso, frase utilizada en la época de los “piratas”, tiempos de la Edad Media. ¿Qué quiere decir la expresión patente de corso? La expresión, tener patente de corso: “Actuar una persona con total desprecio de los derechos de los demás”. Vaya desprecio del presidente de la República hacia la comunidad judía en México.

Luego pretendió suavizar el vituperio, la agresión, la ofensa, al asegurar que él respeta mucho a la comunidad judía y tiene amigos judíos. El mal estaba hecho en su acostumbrada mañanera. Alazraki tuvo que dar respuesta a las acostumbradas agresiones del presidente López, a la vez que le abrieron diversos micrófonos a nivel nacional para replicar. Le fue mal a López.

AMLO realizó la misma escena, pero en contra de otros. Esta vez la disputa fue en contra de la grey católica al calificarla de hipócrita y expresar que: “Y esas expresiones de que ya no nos alcanzan los abrazos. ¿Qué quieren entonces los sacerdotes? ¿Que resolvamos los problemas con violencia? ¿Vamos a desaparecer a todos? ¿Vamos a apostar a la guerra?” ¡Nadie sugirió lo dicho por el presidente! Y siguió con la retahíla de mentiras: “¿Por qué no actuaron, cuando Calderón, de esa manera? ¿Por qué callaron cuando se ordenaban las masacres, cuando se puso en práctica el “mátalos en caliente”, cuando se decía a los altos mandos del Ejército? Ustedes hagan su trabajo y nosotros nos encargamos de los derechos humanos. ¿Por qué esa hipocresía?”

El presidente continuó con su discurso de división entre creyentes y religiosos: “Eso no se debe permitir a nadie y mucho menos a un religioso, sea pastor de una Iglesia evangélica o sea sacerdote. La verdad. Y cuidado con la politiquería. Una cosa es que tengan simpatías con los partidos conservadores y otra cosa es la mentira y la calumnia, y el levantar falsos testimonios”. La demencia acompaña al presidente.

Tranquila y contundente respuesta de los religiosos, mediante una simple y dolorosa pregunta al presidente López Obrador, por medio de un comunicado: “La Iglesia católica se pronunció porque el gobierno escuche a la ciudadanía, a los familiares de víctimas, así como a los cuerpos policiacos maltratados por el crimen”. Por supuesto que el gobierno de la 4T hará caso omiso a la propuesta de los religiosos.

Por último y para cerrar la semana, el titular del Poder Ejecutivo se lanzó en contra de las aerolíneas que no quieren utilizar el AIFA.

En conferencia de prensa desde Palacio Nacional, el titular del Poder Ejecutivo, o sea AMLO, terminó por aseverar (justificación sin sustento) que sí hay un exceso de tráfico aéreo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), por eso los retrasos en salidas y llegadas, incluso en la entrega de los equipajes. Volvió a recurrir a la mentira una vez más. López Obrador aseguró que los problemas son ocasionados por la “resistencia de las aerolíneas para volar desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles”.

Olvidó que por segunda vez fue reprobado su gobierno por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos. Estas fueron las razones que no quiere entender el presidente del porqué es inseguro su AIFA y demás espacio aéreo en México, problemas ocasionados por sus erróneas y desatinadas decisiones.

Una, el país carece de leyes o reglamentos necesarios para respaldar la certificación y supervisión de las compañías aéreas de acuerdo con las normas internacionales mínimas. Dos, la autoridad de aviación civil carece de la experiencia técnica, los recursos y la organización para otorgar licencias o supervisar las operaciones de los transportistas aéreos. Tres, la autoridad de aviación civil no cuenta con personal técnico debidamente capacitado y calificado. Cuatro, no proporciona una orientación adecuada a los inspectores para garantizar la aplicación y el cumplimiento de las normas internacionales mínimas. Y cinco, la autoridad tiene documentación y registros de certificación insuficientes y una supervisión y vigilancia continua inadecuadas de las operaciones de los transportistas aéreos ¡Reprobado!

El presidente Andrés López Obrador terminó perdiendo las disputas generadas durante la semana. Todo por mentiroso y pretender seguir dividiendo a los mexicanos. Obtiene malos resultados de la rigidez de su política del vituperio y la mentira.

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