El coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal Ávila, y el mismo presidente electo, piden prudencia y calma a los empresarios con sus declaraciones, ya que ponen nervioso a los mercados financieros. Eso es una desvergüenza después del anuncio de la cancelación unilateral y sin fundamento jurídico alguno de la mega obra aeroportuaria en Texcoco, obra que desde sus inicios fue presupuestada en 13 mil 500 millones de dólares; se han invertido 100 mil millones de pesos y de la noche a la mañana, por medio de una conferencia de prensa los empresarios de enteran que la obra será cancelada. Lo responsables del nerviosismo de los mercados financieros son esos irresponsables políticos al mandar señales negativas y de inseguridad a los inversionistas ¿Qué quería Monreal y López Obrador? ¿Que les aplaudieran por semejante bajeza?
Los dirigentes de cámaras de industriales, con justa razón, se han inconformado y millones de mexicanos también lo han hecho, por la absurda medida que tomará el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, una vez que inicie su gobierno el próximo 1o de diciembre; cancelar una obra que pondría a México entre los mejores países con un aeropuerto de primera envergadura a nivel internacional; pero no, por decisión de unos cuantos echan por la borda un proyecto de crecimiento para generar miles de empleos directos e indirectos por la construcción de la mega obra. Resulta que el mismo Andrés Manuel se queja de que, se desató una campaña en su contra por esa decisión ¿Qué esperaba de su unilateral, arbitraria e ilegal decisión de cancelar docenas de contratos de obra con el gobierno federal? Contratos que fueron licitados internacionalmente y fueron aprobados; así las cosas, no resulta entonces ni lógica, ni política, ni jurídicamente apropiado cancelar unilateralmente esos contratos. El Presidente electo justifica que es por decisión del pueblo ¿Cuál pueblo? El pueblo de México lo conformamos más de 120 millones de habitantes y apenas 744 mil de ellos deciden apoyar la propuesta de López Obrador, para suspender la obra, cancelar contratos y empezar una obra distinta en otro lado. Eso es eminentemente arbitrario e ilegal, por eso la molestia y el nerviosismo de los mercados, por eso la depreciación del peso, por eso la enorme inconformidad de empresarios y millones de mexicanos. Gobernar no es un juego, no es una diversión; aun lo sistemas populistas como el que se avecina respetan los derechos de terceros, de tal suerte que el gobierno de Andrés Manuel, debe respetar esos derechos adquiridos mucho antes de que fuese electo.
Este día, López Obrador afirmó que se trata de una campaña orquestada por los afectados de los contratos; están molestos porque ya no van a poder hacer negocios; se deben ir adaptando a la nueva realidad, ya no podrán hacer negocios, se acabó la corrupción y la impunidad ¿Ignora Andrés Manuel que el empresario hace negocios? Por su parte, Alfonso Romo, dijo que se van a ir tranquilizando las aguas y habrá una comisión negociadora para arreglarse con cada uno de los empresarios; participarán 3 de los empleados de López: Romo y dos Secretarios, el de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Spriú y de Hacienda el Dr. Carlos Urzúa. Afirmó Romo que van a cumplir todo ¡Es mentira! La ilegalidad está presente, el abuso rebasa cualquier imaginación de arbitrariedad ¿En qué piensa Andrés Manuel López? ¿Qué pretende cancelando inversiones y miles de empleos bajo la supuesta voluntad popular? Por eso el nerviosismo de los empresarios. Se acabaron los contratistas rapaces, afirmó Andrés Manuel. El empresario invierte y lucra, esa es una actividad lícita; ahora que, si hay abusos o corrupción, que se les denuncie y se les castigue, pero no se les puede calificar de corruptos sin prueba alguna
Reiteró el presidente electo que se acabó la corrupción y que en esa obra hubo corrupción. En su calidad de futuro gobernante de México, su obligación es denunciar, acusar para que se inicien los procedimientos en contra de esos corruptos; pero no actúa, solo alude, acusa sin prueba alguna, pareciera que sigue en campaña y le interesa convencer al inocente electorado; más no es así, él ya es el Presidente electo, no puede acusar sin pruebas, salvo que su propósito sea socavar y enterrar su prestigio, prestigio que le costó ganar 18 largos años de campaña ¡Inconcebible e inasequible su actuación! Vaya opacidad. Y su consulta irregular avala todo este cúmulo de arbitrariedades. Por eso el nerviosismo de los mercados y de los empresarios que invierten para generar empleos. Si López Obrador tiene pruebas de corrupción en contra de empresarios y autoridades, que las presente y no solo utilice el desgastado discurso de campaña que ya nadie cree. Andrés López Obrador y su equipo fueron los que han puesto nerviosos a los mercados, ellos son los responsables de la depreciación del peso y se corre el riesgo de la salida de inversiones extranjeras por la inseguridad que está generando López Obrador, al cancelar contratos multimillonarios sin causal en el clausulado de esos contratos; México perderá cientos de millones de pesos por su soberbia, por su capricho de cambiar la construcción de un aeropuerto de un lugar a otro como si se tratase de mover ladrillos de un lugar a otro o camiones de arena. Esa acción genera responsabilidad civil, causa daños y en un estado de derecho eso se paga, se indemniza a la parte afectada. Aquí y en cualquier otro parte del mundo tiene las mismas consecuencias legales. Si lo anterior es de suyo de gravedad, se suman las mentiras del Presidente electo, quien pretendió sustentar un dictamen, al aludir al gobierno de Francia, dijo López Obrador, que les dieron el aval para la construcción del aeropuerto en Santa Lucía; más tarde que pronto, la embajada francesa desmintió lo dicho por Andrés Manuel. ¡Qué vergüenza!
Lo risible. El mismo presidente electo les dice a los empresarios que no se preocupen, que les darán el mismo volumen de obra en la construcción del aeropuerto ¿Qué? Se necesita ser retrasado mental para no saber que legalmente eso no se puede hacer. Se tratará de otra obra, otras licitaciones, otro lugar, otras especificaciones, etcétera; tiene que indemnizar a los empresarios. ¿Pensará Andrés Manuel que los empresarios son retrasados mentales?
Lo que pretende hacer el gobierno de Andrés Manuel López Obrador es una canallada sin respaldo jurídico alguno. Tampoco tiene el respaldo del pueblo de México. No hay respaldo político a una acción eminentemente ilegal. Pretendió adelantar la decisión al anunciar ayer lunes, que de inmediato se cancelaba la obra; sin embargo, se le olvidó que aún no es Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Aunque de manera tibia, Enrique Peña Nieto, ayer mismo anunció que la obra continuaría hasta el último día de su mandato y que, la medida de cancelar la obra, traería consecuencia financieras y económicas para México ¡Obvio! Esa decisión unilateral hasta un niño de primaria lo sabe, causa perjuicios a terceros. Esa arbitrariedad anunciada con poco más de un mes de anticipación al inicio del gobierno de López (para ponerla en práctica en diciembre) molestó y puso nerviosos a los mercados nacionales e internacionales que invierten en México. Ese inconcebible enuncio y no la molestia de los empresarios, es lo que incomoda y preocupa, además de que genera desconfianza en México, a los inversionistas extranjeros y nacionales. Los empresarios con justa razón se manifiestan y se quejan. No les quedará de otra más que emprender acciones de tipo legal, unas serán nacionales, ante los tribunales locales; otras seguramente internacionales. Los corporativos de asesoría y defensa legal internacionales, estarán preparando las correspondientes demandas. El gobierno de López Obrador, tendrá que notificar legal y oficialmente las causas de la cancelación de la obra ¿Cuáles serán las razones legales de las cancelaciones de los contratos? No hay una sola de carácter legal ¿Habrá cancelación de pagos para presionar a empresarios? El simple anuncio de Andrés Manuel de que ya no continuará la obra, no es notificación legal para dejar de trabajar y continuar con la obra. Los empresarios tienen que ser notificados del término de los contratos, hasta entonces se pueden emprender acciones legales, antes solo es una amenaza y esa no tiene validez jurídica alguna. Destino incierto el que espera a los contratistas y al mismo gobierno, de paso a los mexicanos que cargarán con los costos de los daños. De última hora el actual Secretario de Turismo, Enrique de la Madrid Cordero, este día anunció que hay empresarios nacionales y extranjeros que están dispuestos a comprar el aeropuerto en construcción y continuar con la obra hasta poner a funcionar el aeropuerto de Texcoco. El asunto no ha concluido. Hay muchos pendientes.
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