La semana pasada, una vez más, Marcos Aguilar Vega, presidente municipal de Querétaro, sorprendió con más cambios en su gabinete, en apenas poco más de un año. Hay dos respuestas en los queretanos a esos cambios; una, que se equivocó al escoger a su “gente”; dos, que los removidos son leales a otro grupo político.
Cualquiera que sea la verdadera razón de los cambios, lo cierto que el Presidente Municipal se volvió a equivocar; y como los políticos no saben reconocer sus errores, siempre se salen por la “tangente”, argumentan que es para mejorar la eficiencia de su administración, lo cual por cierto es una mentira.
Hay responsables de gobiernos que prefieren quedarse con sus malos funcionarios antes que reconocer que se equivocaron. Los ejemplos más claros fueron los gobiernos de Roberto Loyola y José Calzada, literalmente prefirieron “arrastrar” a varios de sus amigos antes que despedirlos; la consecuencia fue clara, la ineficiencia en el servicio público en algunas áreas, causal inevitable: la pérdida de ambas elecciones. El electorado sabe cobrar muy bien esas fallas.
Marcos Aguilar, por más que ha pretendido ocultar las deficiencias, no lo ha logrado. Una de ellas fue con el Secretario de Seguridad Pública, al militar que defendió cuando aquel abandonó el cargo, aun con ello el presidente municipal aseguraba que estaba convaleciente de una operación ante su desaparición; lo cierto que el general Rolando Hidalgo Eddy ya estaba trabajando en Aguascalientes. Todos se dieron cuenta de la mentira, menos Marcos Aguilar.
Luego vendría la remoción de su secretario de Gobierno y el de Administración, otra pifia del presidente municipal. Llegaron Manuel Velázquez Pegueros y Raymundo Gómez Ramírez. El primero, amigo del presidente, haciendo experimentos en la función pública; el otro, con mucha experiencia en el gobierno, venido hace algunos años del norte del país para trabajar en el gobierno priista de Enrique Burgos.
Marcos Aguilar diría durante la ceremonia de presentación de su gabinete que “serán los resultados de cada miembro de este equipo los que hablen por la administración”. Y todo parece indicar que no han hablado muy bien, por el contrario. ¿Por qué tantos cambios?
Ahora que hay quienes afirman que los últimos cambios tienen un trasfondo político y no un mal desempeño. Aseguran que se ha sacudido a quienes le son leales a Armando Rivera Castillejos, hoy diputado federal; “padrino político de Marcos Aguilar”, con quien ha roto lanzas, puesto que ambos estarán buscando las mismas candidaturas en las elecciones del 2018 y 21; sí, ambos pretenderán ser senadores y posteriormente ser el próximo gobernador de Querétaro; en el descanso de las elecciones del 2018, Marcos va por la senaduría, al igual que Armando Rivera. ¡Le crecieron los enanos!, dice un dicho popular entre los políticos.
Sumado a lo anterior, los panistas del grupo de los “duros” aseguran que Marcos Aguilar se acercó a ellos para tomar acuerdos, de ahí el despido de algunos elementos su gabinete, de gente afín al diputado federal Rivera Castillejos. Eso afirman algunos de los “duros”. Máxime al asegurar que Marcos haría perder la elección municipal al PAN si va por la reelección, dados los problemas que ha generado a los capitalinos –sigue incrementando el malestar– y parece que continuará la inconformidad.
¿Habrán terminado los cambios en el gabinete de Marcos Aguilar? Nadie lo sabe, más cuando aseguran sus colaboradores cercanos que tiene un carácter irascible y contrastante; no le agrada en lo más mínimo que lo contradigan; se hace lo que dice y como lo dice: manda, ordena y, si se equivoca, vuelve a mandar; no hay otra voz. Eso dicen sus allegados.
Lamentable experiencia por la que están pasando los capitalinos; sí, por lo que está sucediendo en el gobierno municipal de Querétaro. Primero fue la soberbia de “yo ya hice el esfuerzo para economizar”, no habrá más sacrificios, no más ajustes económicos, en respuesta al “gasolinazo”. Después, casi inmediatamente, más cambios en su gabinete. ¿Serán los últimos? ¿Fueron ajustes de cuentas entre políticos o un mal rendimiento de aquellos que dejaron la nómina? No se sabe y la versión oficial nadie la cree. Lo cierto que algo anda mal en el gobierno de Marcos Aguilar.
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