Ayer sábado se dieron cita algunos priistas en la sede de ese partido político. Poco se supo de la visita de Claudia Ruiz Massieu, dirigente nacional. La razón de ello, desahogar los “diálogos” que se vienen desahogando en todos los estados de la República Mexicana, con el propósito de encontrar las razones de la estrepitosa derrota (todos saben menos aquellos necios los priistas) sufrida en las pasadas elecciones que casi hacen desaparecer electoralmente al otrora invencible partidazo; pretenden reformarlo de fondo con el propósito de ser más competitivo en las próximas elecciones.
Los enterados de la reunión fueron pocos, no hubo convocatoria abierta ni cerrada, la dirigencia estatal a cargo de Juan José Ruiz Rodríguez no quería que se supiera para evitar que fuese criticado por la disidencia, que son la enorme mayoría de los priistas queretanos; quería garantizar que hubiera unidad entre los asistentes, sus “amigos”, para que la señora Claudia no se enterara de las fuertes divisiones que ha generado la nefasta dirigencia local, quien llevó a la extinción de militantes y simpatizantes; los resultados en las urnas hablan fuerte y abiertamente de ello. Sin embargo, no logró el objetivo la dirigencia estatal y sus “compinches”. La casi totalidad de los asistentes a la reunión alzaron la voz (lo que ya se sabía) para manifestar ante la dirigente nacional el malestar que existe por la pésima e inexperiencia dirección de la dirigencia local, que se ha empeñado y continúa su labor de zapa, en desaparecer al PRI queretano. No en balde algunos han pensado en crear un nuevo partido con la militancia priista, con lo que dejarían solo a JJ, su “padrino” y allegados al nefasto grupo que supo cavar la tumba para enterrar al priismo.
También se sabía cuál sería la conducta de Claudia Ruiz Massieu: tolerante. Lo acontecido en Querétaro, no es privativo de los queretanos, en otros estados ha sido la misma tónica; la respuesta a ello es muy sencilla, los nombramientos, que no liderazgos locales, fueron en su enorme mayoría imposiciones de gobernadores, como sucedió en nuestro Estado, para acaparar las candidaturas federales y locales; la consecuencia fue el haber perdido las elecciones de forma por demás vergonzante, a grado tal que el Partido del Trabajo, odiado por corrupto, alcanzó más triunfos que el PRI. A ese grado estuvieron las cosas. Hoy en día la pugna es terrible; las cúpulas del PRI, no quieren ceder los espacios a la militancia a pesar de los catastróficos y evidentes resultados. Las “castas priistas” no quieren ceder el paso a quienes dan vida a su partido, prefieren verlo desaparecer antes que ceder los espacios a la plebeyada; los pocos cargos de elección popular ganados, son una fiel muestra del “agandalle” de las candidaturas; se repitió lo de cada proceso electoral y hoy mucho más estridente. En los cargos de elección popular están exgobernadores y amigos del Presidente de la República, como Enrique Ochoa reza, que ni militante del PRI era cuando fue encumbrado a la dirigencia nacional y hoy se protege como legislador federal. Ante lo evidente no se requiere prueba alguna para demostrar la causa de lo causado, que fue la causa de tanta derrota.
Por eso la enorme molestia de los priistas queretanos, por eso fue que increparon a su dirigencia por varias horas, las que tuvo que aguantar Claudia Ruiz. Resulta vergonzoso que el actual dirigente estatal del PRI, se haya tenido que conformar con una regiduría plurinominal, no alcanzó para más; eso sí, aseguró el cargo por 3 años y aun así no piensa dejar la dirigencia hasta que concluya el periodo que le otorgan los estatutos, vamos ni por dignidad deja uno de los dos cargos (será que carece de ella) ¡Regidor plurinominal! Sí, regidor plurinominal, no fue capaz de ganar la competencia por la vía directa, por la uninominal. Morena hoy en día tiene más diputaciones locales que el mismo PRI, que pasó a ser la tercera fuerza, después de este y el PAN conserva la primera. Y las diputaciones uninominales que logró el PRI, fue gracias al liderazgo y trabajo de 2 mujeres de la zona serrana que alcanzaron los triunfos directos en las urnas.
Una de las voces disidentes en la reunión de trabajo de los priistas, fue la de María Alemán, actual diputada federal, aquella que fue encumbrada de la nada en el sexenio pasado, para después ser regidora y más tarde diputada de Nueva Alianza, en la Legislatura local, quien representó al partido que desapareció electoralmente y a nadie dio cuenta de nada; hoy diputada federal plurinominal, sin mayores merecimientos que sus relaciones políticas, no se le conoce trabajo partidista, sin trayectoria en las filas del PRI. Por eso la sorpresa de quien ha sido merecedora, sin méritos, de los beneficios del partido hoy vilipendiado por muchos. Fue dura crítica de los desaciertos de Juan José Ruiz Rodríguez, diputada federal que pretendió acallar un expresidente municipal de El Marqués, para que no siguiera enlistando la serie de abusos y torpezas del dirigente estatal y sus allegados, entre ellos precisamente quien pretendió, sin éxito alguno, acallara la voz crítica de María. Fueron muchas las voces inconformes las que tuvo que escuchar pacientemente la señora Ruiz (no es pariente de JJ Ruiz).
En tanto discurrían los inconformes, Ruíz Rodríguez dibujaba una mueca de cinismo, bien sabe que solo un movimiento de “golpe de estado” lo puede derrocar y eso no se avizora por ninguna parte; él tiene el control del Consejo y de la Junta Política; mientras tanto, él sigue deshojando la margarita, limpiando el padrón priista, eliminando a sus oponentes, a los que no convoca para nada; podrá volver a dirigir otra derrota más en las elecciones del 21. Lo que era de esperarse, nada pasó y todo continúa igual, la señora Ruíz se fue con sus apuntes y hojas que recibió de los insurrectos. La promesa de la dirigente nacional: que en su momento harán las evaluaciones correspondientes; que ella no quita ni pone dirigencias. Así que, el priismo queretano tendrá que aguantarse con la necrótica dirigencia local. Y luego se preguntan por qué pierden elecciones los partidos políticos. JJ de forma por demás cínica y burlona, dijo que seguirán trabajando y fortaleciendo al PRI y que no se va hasta el 2021.
La base del priismo tiene la última palabra, continuar con la nefasta dirigencia o dar un “golpe de estado”. Otra opción sería cavar la tumba del PRI en Querétaro: crear una opción política distinta con los mismos priistas ¡Formar otro partido político! O la inocua propuesta de la dirigente nacional: esperar a las conclusiones después del recorrido por todo el país. Mientras el PRI continúa desmoronándose en las mimas manos de siempre, esas cúpulas que se resisten a liberar al priismo de las amarras que no les permiten echar la nave a navegar en alta mar. Esas cúpulas, estatales y nacional, que prefieren ver al PRI como se enmohece lentamente, se pudre poco a poco y los beneficiarios de la “revolución” no terminan por reconocer que ellos son la causa y efecto del desastre electoral.
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