Sigue adelante la política de destrucción que dejó AMLO como herencia maldita al gobierno de Claudia Sheinbaum.
Terminó el sexenio de López Obrador, pero sigue mandado, es indudable. A grado tal que la presidente aún se refiere a él como el presidente, cuando lo alude en sus mañaneras; la herencia de aquel que sigue ejerciendo el poder.
Los diputados federales se aprestan a demoler a los organismos que gozan de autonomía constitucional, fueron creados para controlar al poder público, hecho que incomoda al régimen morenista; por ello AMLO encontró el recoveco de declarar algunas de sus obras de “seguridad nacional”, para esconder toda la información pública, entre ella el altísimo costo que tuvieron y aún siguen sangrando al erario. La Corte llegó a declarar la inconstitucionalidad de algunos de esos acuerdos, de ahí la enorme molestia del presidente de Claudia Sheinbaum; quien, sin embargo, incumplió con las resoluciones de la SCJN, por eso la demolición constitucional.
Otra razón más que omiten reconocer: la falta de dinero. AMLO saqueó el presupuesto y dejó endeudado al gobierno de su alumna Sheinbaum, por ello urge la desaparición de esos organismos autónomos; presupuestos que serán absorbidos por el Poder Ejecutivo; además, eliminan a los organismos que los supervisan y controlan por medio de información pública, entre otros. No quieren ser incomodados, no toleran la supervisión ciudadana, por eso eliminan a todo aquello que resulte un problema, bajo el eslogan de actuar en nombre del “pueblo”.
¿Por qué no hacen lo mismo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos? Sencillo. Ese organismo autónomo dejó de ser una molestia para el gobierno federal. Se transformó en protector de los derechos del gobierno, abandonado los derechos humanos de las y los mexicanos. La señora Piedra, presidenta de la CNDH, quien fue recientemente reelecta, favorece al gobierno en perjuicio de los gobernados. La enorme mayoría de sus recomendaciones son en contra de aquellos que se quejan de abusos del gobierno. De ahí que esa institución sea intocable. Además, la señora Piedra, es morenista abierta y descarada. Como lo es la presidenta del Consejo General del INE, Guadalupe Taddei, otra morenista que consolidó el fraude cometido por AMLO y su delincuencia organizada electoral.
Al desaparecer al INAI, no habrá quién, de forma independiente, obligue a las autoridades a proporcionar toda la información de programas, actividades y gastos. AMLO y Sheinbaum, sustentan el atraco con la fatua argumentación de que, ellos, por medio del mismo gobierno, brindarán la información sin necesidad de mayor gasto en el presupuesto. Varios miles de millones se los quedan y no proporcionarán la información. Serán juez y parte al desaparecer al organismo autónomo del gobierno. Así de cínicos y tracaleros los morenistas.
No todo les resultó como esperaban, acorde a lo ordenado por AMLO. No eliminarían al Instituto Federal de Comunicaciones ni a la Comisión Federal de Competencia Económica. Usted se preguntará el por qué. Se les empieza a complicar todo con aquello de los tratados internacionales, entre ellos el T-MEC. En Canadá se abrió la inquietud y proponen –hay quienes piden– “sacar” del Tratado a México, a razón del cambio de reglas con la sacudida al Poder Judicial Federal y la desaparición de organismo autónomos reguladores, en los que, los socios de los tratados tienen basada su confianza, no en el gobierno que les cambió las reglas.
Donald Trump también amenaza a México. Si bien por otras razones del mismo peso, como el problema de los inmigrantes y el desorden promovido por el gobierno morenista, los empresarios también desconfían por el cambio de reglas que deja de estar en manos de organismo autónomos. Ya se dieron los cambios a la Constitución que favorecen a Pemex y a la CFE, en detrimento de los empresarios que invierten; volvió la rectoría del Estado en perjuicio de la iniciativa privada. La estatización de empresas, siempre en perjuicio de los inversionistas y de la misma población.
El coordinador de la bancada de Morena y de la Jucopo de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, se ha dado cuenta del error y problema que están generando por instrucciones del AMLO. De ahí que ahora recule y proponga que se reformen y se “achiquen” las estructuras de esos organismos. De tal suerte que pretende, si bien ya no la eliminación, si reducir las atribuciones y ahorrar para darle más dinero al Poder Ejecutivo. Veremos con qué sandes nos resulta.
Lamentable que, de toda la destrucción que están cometiendo en el Congreso de la Unión, a instancias de AMLO y ahora de Sheinbaum, que la enorme población mexicana no esté interesada, no le preocupe y no conozca absolutamente nada.
Toleran con desdén la destrucción de las instituciones que mucho costó a las y los mexicanos, no fue idea de los políticos; no, fue impulso de la población, como la creación del IFE, hoy INE, para que dejara el gobierno de manejar y manipular las elecciones. Sobre todo después de la caída del sistema de Manuel Bartlet que dio el triunfo al PRI: El expresidente y presidente de Sheinbaum, tuvo esa perversa idea, que el gobierno volviera por sus fueros y manejar las elecciones. Así lo expresaba en sus mañaneras.
Al final no fue necesario, se apoderaron de las estructuras de mando del INE. Ya controlan al organismo electoral y las elecciones. Lo mismo sucedió con el TEPJF, manipulan a 3 de los 5 magistrados; por ello los mega fraudes, el de la sobrerrepresentación legislativa y la elección constitucional. Qué decir de la Fiscalía General de la República; supuestamente autónoma; el gobierno la controla por medio del fiscal Alejandro Gertz Manero.
El control y autoritarismo continúa avanzando a pasos agigantados con los gobiernos morenistas. Y la mayor parte de la población sin inmutarse.
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