El gobierno de México, a iniciativa del Presidente de la República, pretende apropiarse de cuentas bancarias inactivas, congeladas, abandonadas que no estén produciendo rentas, que no generen ningún beneficio.
Así lo dijo Andrés Manuel López Obrador, por lo tanto, deben utilizarse esas cuentas (el dinero) para beneficio de la gente. El robo será legalizado. No habrá mayor diferencia entre lo que realice un común delincuente en agravio de un cuentahabiente cuando retire dinero del banco y sea asaltado, con la acción que realice el mismo gobierno federal, al quedarse con el dinero de cuentas bancarias, serán confiscadas; total, en ambos casos es para beneficio de otra gente, de acuerdo al criterio presidencial. ¿Recuerdan aquello de que no es delito tomar lo ajeno? Así lo promovió López Obrador en campaña. Así de absurdo e inverosímil es el razonamiento depredador del Presidente de la República.
No cabe duda que Andrés Manuel López Obrador está dispuesto a cometer toda clase de atropellos en contra de unos para favorecer a otros. El Presidente va por los bienes privados para volverlos, transformarlos en públicos. Poco a poco avanza en sus locuras comunistas ante la pasividad social, lo anticipa como acto de beneficio social. El gobierno de la 4T se está acabando el recurso público y no sabe de dónde echar mano para conseguir más dinero, no se está generando riqueza, la recaudación fiscal baja, no hay inversión, en tanto que Andrés Manuel piensa seguir dilapidando lo que no es suyo. Una más de sus hilarantes propuestas de la semana en su conferencia mañanera.
Por lo estúpida de su propuesta, poco interés le han puesto, no han calculado el daño que se puede causar a millones de cuentahabientes, a quienes por simpe equivocación les pueden sustraer todos sus ahorros; estamos ante un demente y verdadero peligro que corren todos los cuentahabientes de bancos. Otro aviso de los absurdos atropellos que está cometiendo el Presidente en agravio de quienes con esfuerzo lograron construir en años un patrimonio.
Primero lo hicieron con las reformas en materia de extinción de dominio, por medio de las cuales el gobierno federal, sin sentencia alguna, con violación al artículo 16 constitucional, puede adjudicarse bienes muebles e inmuebles que se relacionen con la simple presunción de actos delictivos. Así de salvajes son los atropellos del Presidente de la República, y todo por acceder fácilmente a dinero que pronto regala a los que, dice, menos tienen. Así funcionan los regímenes comunistas, su fuerte son las expropiaciones y extinciones de dominio, populismo extremo.
López Obrador no tiene llenadera. Y eso que aún no anuncia sus acciones expropiatorias de bienes inmuebles y de empresas. Por eso le urge garantizar su triunfo en las elecciones intermedias. De ser así, endurecerá sus políticas confiscatorias en agravio del pueblo trabajador. Está haciendo uso de las reservas, de los ahorros de estabilización para dilapidar esos recursos que son de todos los mexicanos. Se apropió del fondo público del Seguro Popular, que también son miles de millones de pesos, por supuesto, de manera totalmente ilegal, dadas las reglas para la recaudación de esos recursos públicos que deben ser destinados, de uso exclusivo, para los servicios del Seguro Popular en beneficio de quienes no tienen la prestación del IMSS o ISSSTE.
El bárbaro populismo que implementa López Obrador, atropella derechos en aras de beneficiar a los mexicanos pobres, esos desvalidos que necesita Andrés Manuel López, aquellos que serán su plataforma electoral. Por supuesto que esos ciudadanos pobres le aplauden para que les de dinero de los cuentahabientes que por diversas razones no mueven sus cuentas (dinero) en los Bancos. Esta aberrante propuesta puede ocasionar una masiva fuga de capitales y descapitalización en los Bancos, ya nadie tendrá seguro su dinero ahorrado.
El gobierno de la 4T bien sabe, por medio de Hacienda, qué mexicano tiene y cuánto dinero tiene en los bancos, cuánto recibe de las rentas por sus inversiones o por ser cuentahabientes que guardan su patrimonio en las instituciones financieras. Hacienda aplica los impuestos a todos los que tienen dinero y reciben rentas en los bancos.
En lo sucesivo, esas cuentas no estarán seguras; esos dineros, en cualquier momento, el gobierno se los podrá apropiar. Ahora que, si el afectado no está de acuerdo, como lo dijera el mismo López, que se inconforme, que demande y posteriormente se le regresarán lo que le quitó el gobierno, si acaso llegan a ganar el juicio. Vaya burla, esquizofrénico abuso.
Lo cierto es que Andrés Manuel López Obrador no encuentra de dónde sacar más recursos económicos para financiar sus caprichos y regalar dinero, incluso donar a países extranjeros millones de dólares. Así no puede haber confianza en el gobierno, nadie puede ser feliz. Excepción hecha de los millones de beneficiarios que solo esperan recibir dinero de forma gratuita, sin esfuerzo alguno.
Por eso la delincuencia hace de las suyas, a fin de cuentas ambos son muy parecidos, gobierno y delincuentes; los dos quieren vivir a costa del pobre pueblo, a grado tal que el mismo gobierno pretende legalizar actos ilegales para exaccionar (cobro injusto y violento) a la sociedad que sí trabaja, que produce y se esfuerza a diario por un México mejor. Gobierno corrupto es aquel que legaliza y formaliza actos ilegales para hacerlos parecer buenas acciones. La justificación: regresar al pueblo lo robado. La única esperanza de que no prospere el atropello propuesto por el Presidente de la República será la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
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