Así se llevan de fuerte los aspirantes a la Presidencia de la República. Quien se había mostrado como el más respetuoso de los contendientes, estalló en cólera y calificó a Ricardo Anaya Cortés, como un “vulgar ladrón”. Sí, José Antonio Meade Kuribreña, ya no soportó tanta ofensa proferida por el candidato de la alianza “Por México al Frente”; quien incluso amenazó con crear una fiscalía especializada para que investigue al Presidente de la República, como parte de sus ofertas políticas, calificando al mismo Peña Nieto, como un corrupto, sin presentar prueba alguna, lo que se entiende como una campaña sucia de parte de Ricardo Anaya y así subir sus bonos.
Las cosas se le descomponen al candidato de la alianza formada por el PAN, PRD y MC, con la denuncia formal que presentó esta tarde de lunes, el Presidente del Senado de la República, el panista Ernesto Cordero Arroyo, ante la Procuraduría General de la República, por el delito de lavado de dinero; ante la prensa calificó a su compañero de partido, como un corrupto y pide que la PGR, mande llamar a los hermanos Barreiro, así como al denunciado; dijo Cordero que Anaya que ha contribuido a destruir al PAN. En el imaginario, muy lejano imaginario -por supuesto-, es mucho mejor que en estos momentos se investigue a un candidato a la Presidencia de la República, que, a un Presidente de la República, en el supuesto de ser electo como tal. Ernesto Cordero pidió a la PGR, tome en consideración el video que corre en redes sociales, en el cual uno de los hermanos Barreiro, reconoce y confiesa la manera en que Ricardo Anaya, por medio del tráfico de influencias, se hizo de predios a precios de regalo, para después revenderlos ya con una construcción a precios estratosféricos. De tal manera pidió Ernesto Cordero se inicien las investigaciones en contra de su compañero de partido. Por eso no debe extrañar el por qué, José Antonio Meade, se haya referido a Ricardo Anaya, como un “vulgar ladrón”. La PGR no podrá considerar como prueba los videos de redes sociales, dado que no hoy responsable de ellos y serían consideradas no idóneas esas pruebas; pero la evidencia ahí está y no puede ser negada.
Por si lo anterior no fuese suficiente, de manera esquizofrénica el mismo Anaya ha justificado como parte de sus mentiras y más, que hay un acuerdo entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López, para que éste perdone a aquel todos sus delitos y le brinde inmunidad, en caso de llegar a la Presidencia de la República. Al borde de la “locura” Ricardo Anaya. Por supuesto que los acusados negaron la existencia de tal acuerdo. Discurso banal, sin embargo, ahí está como parte de la estrategia de desgaste para los contrincantes del candidato que ha caído al tercer lugar en las preferencias electorales; su desesperación lo hunde. Al no ser opción de triunfo el electorado que había pensado en votar por él, deberá voltear hacia otro lado.
Mañana martes el INE desarrollará el último y tercer debate entre los aspirantes a la Presidencia de la República. Seguramente se incorporarán a los tres bloques de preguntas –economía, educación, desarrollo económico, etc.-, lo relacionado con la denuncia penal presentada por un panista en contra de otro panista. Nada de guerra sucia, como lo ha llamado Ricardo Anaya, simplemente es una realidad y lo he señalado con toda puntualidad en mis columnas, al menos existe la presunción con base en las evidencias que existen en contra del aspirante a la Presidencia de la República, no son inventos del Presidente Peña Nieto, como lo aseguró Anaya. Nada de eso, es verdad lo de las evidencias en su contra; solo faltaba que alguien presentara la denuncia para que, ahora sí, la PGR, pudiera intervenir legalmente. Por supuesto que no lo detendrán ni lo citarán a tontas y a locas, Ricardo ya puede aparecer en la carpeta de investigación como inculpado, presunto responsable, indiciado, aspirante a delincuente o simplemente acusado de un delito, o bien, como lo vaya a calificar la autoridad competente; es una realidad jurídica. Debe precisarse y aclararse por quien pretende acabar con la corrupción, si es o no corrupto y busca la “inmunidad” presidencial para no ser investigado ni detenido. Antes no había nada en su contra y se jactó de haber sido absuelto por un juez, lo cual por supuesto fue una mentira más a las que nos tiene acostumbrado Ricardo Anaya ¡Proceso electoral inédito! Jamás se había presentado una denuncia penal en contra de un aspirante a la Presidencia de la República, en plena campaña y en vísperas de la elección. Nuestra incipiente democracia cada vez más sucia.
Ante la cercanía del día final, es preciso que los mexicanos sepan con claridad si Anaya es o no presunto delincuente; ello ayudará a despejar dudas a millones de electores para decidirse si lo siguen apoyando o, por el contrario, voltean hacia otro lado el primero de julio para sufragar por una mejor opción; esa opción es clara, es a favor de José Antonio Meade, no Andrés Manuel López; eso pasaría en el rejuego en la búsqueda de los votos que pueda dar el triunfo electoral. Por eso la presentación oportuna de la denuncia penal de hechos que ha realizado Ernesto Cordero, Presidente del Senado de la República, en contra de su compañero de partido, Ricardo Anaya y de una vez por todas se actúe en consecuencia. Los mexicanos deben saben que no hay congruencia entre los ingresos “legales” de Ricardo Anaya y sus gastos, hay una enorme diferencia, un desfase que hace presumir la entrada de dinero sucio en su peculio; los hermanos Barreiro lo confirman y deben declarar, esos sí, de manera inmediata para que describan con claridad cómo hicieron las operaciones financieras para “lavar dinero” y hacer un periplo internacional el producto de la venta de una nave industrial de más de 50 millones de pesos, para después caer ese dinero en los bolsillos de Anaya, mientras que la nave industrial -de la cual era propietario- fue entregada por el prestanombre de los Barreiro, a la autoridad hacendaria, dado que es producto de un delito; el chofer confesó que él no era el dueño del inmueble, que solo era un prestanombre. A pesar de ello, no hay ningún detenido ni nadie que reclame legalmente una nave industrial de más de 50 millones de pesos. No existe congruencia legal. Por lo tanto, es sano se investigue al “vulgar delincuente” como ha sido calificado por su contrincante político. Sobre todo, en vísperas de la elección, no es democráticamente idóneo que, en un estado de libertades, una parte del pueblo elija a un delincuente, sin saber que lo es y con la posibilidad de que poco más de 120 millones de mexicanos fuésemos gobernados por ese “pillo” durante 6 años; y todo por no actuar conforme a derecho; seguramente Anaya utilizaría el poder para eliminar a sus opositores, como él mismo lo ha advertido y eso no debe permitirse, sería otro peligro para México.
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