El gobierno de Andrés Manuel López Obrador no moverá un dedo para cumplir algunas de sus propuestas de campaña, solo le servirán para conservar la confianza en el electorado que lo apoyó, aunque al final no sirvan para nada. Bastan algunos giros de 360 grados de propuestas como aquella de sacar a las fuerzas armadas de las calles y después arrepentirse para cambiar de opinión y siempre sí seguirán en las calles en apoyo a la seguridad pública de los mexicanos; o lo relativo a los gasolinazos que solo les cambiará de nombre para llamar a los incrementos “nominativos”, acorde a la inflación.
Este día Andrés Manuel pidió en su segundo foro para la pacificación, en medio del griterío de los asistentes, “unidad”, que no haya “sectarismo en el pueblo”. Lo malo que él fue quien impulsó ese acre odio y fomentó el sectarismo. La campaña terminó desde julio pasado, ahora es tiempo de gobernar, pero no lo puede decir. Por eso es imposible echar marcha atrás sus foros para la pacificación, sobre todo cuando tendrá el día de mañana la justificación, cuando fracase, al argumentar que fue la sociedad la que dijo cómo combatir la inseguridad; por lo pronto, la ciudadanía se volcó en contra de su propuesta del “perdón”; nadie quiere perdón, todos piden castigo. Por supuesto, cuando termine los foros dirán que no hay perdón, que se aplicará la justicia y la promesa de la amnistía será para casos intrascendentes. Estará cumpliendo su promesa de campaña. En este segundo foro matizó sus propuestas de campaña y “sutilmente” les dio un giro de distinta interpretación. Ahora dice que al llegar a la Presidencia “él pedirá perdón” (ya no habló de la amnistía); así sostuvo la promesa del perdón; sí, pero no lo hará legalmente, él pedirá perdón en su calidad de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. López Obrador se alteró cuando los asistentes al foro gritaron que no al perdón, por eso cambió el sentido de ese perdón; ahora él lo pedirá, no serán amnistiados los delincuentes. No podía faltar la crítica al gobierno actual, al afirmar que en su gobierno no habrá el contubernio entre autoridades y delincuentes como hoy sucede (por qué no denuncia penalmente si tiene pruebas de ello; no cabe duda que sigue en campaña). En fin, los foros solo son un escaparate para seguir manteniendo la atención mediatizadora, son una entretención; no conllevan la estrategia de abatir ni el crimen organizado ni el desorganizado. La materia es asunto de expertos. El Presidente electo requiere del apoyo político de las víctimas a las que les ofrece investigar todos los asesinatos; indudablemente que esa promesa no podrá ser cumplida jamás. En muchos de los asesinatos o desaparecidos los cuerpos fueron “literalmente desaparecidos”, el caso del “pozolero” es emblemático: destruía los cuerpos con ácido. Muchos de los asesinos también han sido asesinados entre las mismas bandas delincuenciales; otros más asesinados en la persecución por parte de las autoridades: esos no hablarán. Está el caso de los 43 normalistas asesinados, delito que ha sido politizado y a pesar de las evidentes pruebas acumuladas en el expediente, los padres y organizaciones sociales y políticas como la CIDH, pretextan y se resisten a creer que están muertos y sus restos desaparecidos. Es más rentable tener “vivos políticamente” a los 43, que aceptar que fueron asesinados por la delincuencia organizada en contubernio con algunas autoridades. Si se acepta la muerte de los normalistas, el movimiento político se termina, se agota y desaparece, deja de tener razón de ser, los homicidas están detenidos y siendo procesados; estos aviesos grupos lo han convertido en un asunto emblemático y lo utilizan cada vez que les es necesario en sus acciones de proselitismo político; ellos siguen avivando la ilusa, falaz esperanza y castigo a las autoridades del gobierno federal, es su objetivo, aunque estas nada hayan tenido que ver en el asunto. Los foros sobre la pacificación son de naturaleza política, nada que ver con la estrategia de abatimiento de la delincuencia, eso es de expertos.
El asunto del nuevo aeropuerto sigue siendo un tema por demás polémico que ha sido abordado en exceso (todo un espectáculo) por los medios de información, sobre todo en los televisivos. También hacen foros, invitan a “expertos” e interesados en la continuidad de la obra y los que tienen la instrucción de no aceptar. Políticamente se ha vuelto altamente rentable el asunto. Todos opinan y en verdad pocos saben del asunto. Parece sencillo, pero es en verdad de lo más complicado. En uno de los “mini foros” organizados en televisión, uno de los futuros empleados de Andrés Manuel, quedó en franca evidencia de su ignorancia cuando otro de los invitados que participó en el debate de opiniones y trabaja en la obra, dijo que tan solo para la conexión de la energía eléctrica requerían miles de voltios (hay quien dice que requerirá de 23 KV y cada KV significan mil voltios; energía de media tensión) y la CFE necesitaba fuentes especiales para suministrar esa cantidad; las instalaciones van bajo tierra. Sin embargo, el empleado de Amlo dijo que de ese asunto no sabía nada, ni idea de la propuesta en la alternativa de Santa Lucía, no se había considerado hasta entonces o al menos él no sabía de ello. Así están las cosas de tirantes y confusas; cada vez es peor, el tema es “manoseado” por legos en la materia en su mayoría, todos, sin saber, con derecho a opinar. Indudablemente que se trata de un conflicto de intereses tanto económicos como políticos, no de carácter técnico, mucho menos tienen en mente los beneficios que conlleva la construcción del aeropuerto que podría ser el segundo más grande del mundo. También despertaron a los “muertos” del pueblo de Atenco. Ahora resulta se oponen a la construcción, en supuesta defensa por la tierra; otro movimiento político intencionalmente desempolvado, estaban tranquilos los pueblerinos; sin embargo, alguien los despertó y ahora se oponen a la mega construcción. Ninguno de sus argumentos es atendible. Por eso la insistencia del Presidente electo a ser sometida la continuación de la construcción a consulta popular, misma que también se le ha complicado, dado que no hay norma legal que sustente su propuesta, más que su capricho, la multicitada consulta popular legalmente no puede tener efectos vinculatorios, pero él insiste en ello y ni idea tienen del procedimiento, nada sobre las preguntas, nada sobre quién podrá llevar a cabo el proceso “vinculatorio”; el INE no tiene atribuciones legales y en él se quería recargar López Obrador. La “maraña” ha crecido y puede estallar en otra cosa. Los millonarios empresarios de oposición que quieren la obra, asesoran y confunden al Presidente Electo. Todo estriba en un “mega capricho”, son parte de sus promesas de campaña. Ni pies ni cabeza. En tanto “su proyecto personal” del tren Maya transita sin problema alguno, a pesar del enorme presupuesto que se requiere para ello, hasta hora podría presupuestarse en 160 mil millones de pesos, ah, pero la obra no será sometida a consulta popular, esa es decisión del Presidente electo. A nadie importa la mega destrucción del hábitat de aquella zona. El NAICN, sería recordado como obra de Enrique Peña Nieto, eso le incomoda en sumo al Presidente electo, por eso su empecinada negativa. El tema también es político. Andrés Manuel López Obrador, a pesar de que la transición del Poder Ejecutivo es (dicen) de “terciopelo”, lo cierto que cada vez que puede no duda en descreditar al actual gobierno y calificarlo de corrupto. Todo es confusión. Y aún hay más. Al tiempo.
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