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Este día, el Tribunal Electoral determinó como válida la elección de gobernador en el Estado de México, de Alfredo del Mazo Masa. Y es que mañana es el último día en el gobierno de Eruviel Ávila. A lo sumo se movieron los números, pero el triunfo fue para el PRI a pesar de los berrinches de AMLO, quien perdiera la elección y no precisamente Delfina Gómez, la maestra que dejó en manos de AMLO toda la campaña política electoral.
 
Algunos se pusieron nerviosos debido a que, el mismo Tribunal Electoral había ordenado el recuento de votos en algunos de los distritos electorales locales; lo que podría cambiar, dijeron los nerviosos,  los resultados del cómputo estatal. No podía ser de otra forma, el resultado electoral se dio desde la pasada jornada electoral del 6 de junio. Los argumentos desgastados y trasnochados de siempre de Amlo, no tuvieron resultado alguno dado que no pudo probar nada en las instancias legales correspondientes; lo mismo le sucedió al PAN, quienes más avezados en la cuestión legal, dejaron el asunto por la paz, y la rabieta de Ricardo Anaya solo quedó en eso, toda vez que él había asegurado que ganarían la en ese Estado de México, craso erro de cálculo que los llevó casi al cuarto lugar en las preferencias electorales.
 
Así las cosas, no les quedó más remedio que aguantas. Tienen la esperanza de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, anule la Elección en Coahuila y reponerse de las derrotas que anunció Anaya como triunfos. Allá andan litigando los panistas.
 
De tal suerte, el 16 de septiembre Alfredo del Mazo Masa, entrará en funciones, designando entre otros de sus funcionarios a quien fuera Delegada del PRI, en Querétaro, Alejandra del Moral, como Secretaria de Economía. Se cierra un capítulo más en materia electoral con muchas interrogantes para los partidos políticos. El PRI casi pierde  la elección ante una total desconocida; el hartazgo de los mexiquenses es el mismo que permea en toda la República Mexicana; el PAN no está tan fuerte como pensaba; Morena dio muestra clara de un constante crecimiento como alternativa del cambio; el PRD, con un buen candidato como Juan, puede cambiar el destino de cualquier elección; y el chiquillerío si no se cuelgan de cualquiera de los tres grandes partidos políticos, pueden perder el registro como le sucediera en la pasada elección federal al PT, que gracias a votos del PRI, logró la recuperación del registro pedido. Así quedó el mosaico electoral, nada para nadie está seguro, por eso la alianza desesperada del PAN-PRD, para tratar de alcanzar triunfos electorales, saben bien que solos les será mucho muy complicado que se queden con la Presidencia de la República. PRD necesita respiración de boca a boca para subsistir y Anaya en la histeria por alcanzar la candidatura que se volvió su obsesión.

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