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Durante la sesión extraordinaria del H. Consejo Universitario, la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) recibió oficialmente la declaratoria que establece al Patio Barroco como un inmueble bajo el régimen de dominio público de la Federación. El nombramiento oficializa la propiedad legal y académica en cuanto a uno de los espacios más simbólicos de la Institución, ubicado en la Facultad de Filosofía (FFi) y con amplia carga cultural e histórica.
En su intervención, la rectora, Silvia Lorena Amaya Llano, destacó la coincidencia entre la entrega del documento y la conmemoración de los 400 años del inicio de los estudios humanísticos en la entidad. Subrayó que dicho lugar no solo representa un edificio, sino una memoria activa que ha acompañado la evolución del pensamiento crítico.
Asimismo, expresó su gratitud hacia las autoridades que facilitaron el procedimiento, reconociendo el papel del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin) como pieza clave en esta gestión. Recalcó que este hecho es un paso fundamental que brinda formalidad jurídica sobre el uso colegial del predio, que es un componente esencial de la historia e identidad.
El titular del Indaabin, Pablo Israel Escalona Almeraya, mencionó que este testimonio constituye más que un trámite legal; es un acto de reconocimiento trascendental y de justicia patrimonial. Señaló que el Patio Barroco es un espacio emblemático donde convergen siglos de actividad formativa y cultural, al reafirmar el compromiso del Estado mexicano hacia esta casa de estudios, con la cesión del uso formal de la estructura que ya es por derecho histórico y por mérito instructivo.
Por su parte, el director de la FFi, José Salvador Arellano Rodríguez, ofreció una reflexión en torno a la historia de este sitio, al que definió como un símbolo vivo de las transformaciones sociales e intelectuales de la universidad. A través de un recorrido por sus orígenes, remarcó que el Patio Barroco es mucho más que arquitectura: es escenario de luchas, raciocinio libre y encuentros que han forjado generaciones.
Finalmente, para dejar constancia del momento, se develó una placa conmemorativa que acredita al recinto como patrimonio en uso de la Universidad Autónoma de Querétaro, luego de un proceso de legalización que tuvo una duración de cuatro años. Con este evento representativo se refuerza el vínculo entre su legado y la responsabilidad institucional con la educación superior, así como la preservación de su herencia cultural.
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