Una vez más, los queretanos somos víctimas de la politiquería y la desinformación confeccionada a medida de los intereses del activismo oportunista, ordinario, ignaro y vesánico, pues como siempre, los de siempre, bajo el prurito de la representación social y el pretexto de la defensa del agua, se han encargado de montar un cuadro surrealista con tintes de tragicomedia en torno a la aprobación de la referida ley.

Aunque cause ámpula mi comentario, dudo mucho que alguno de los “tiernos sombrerudos color cartón” que se dieron cita en las afueras del Congreso del Estado a convocatoria de algún soez alborotador, hayan echado una somera ojeada al proyecto de ley, lo que los convierte en “manifestantes de oídas”.

Pero no son los únicos, también están los indómitos entes que desde el privilegio que otorga la Internet y la democratización de la opinión pública, colmaron todo espacio digital a su alcance con la perorata del “derecho humano al agua”. Y ni qué decir de los que acompañan su nombre con el título otorgado por una AC, “moscas de todos los truños”, que tienen el tiempo para protestar en horas en las que el 90% de la población de este país está preocupada y ocupada en llevar sustento a su familia. Pero bueno, ese es otro tema y no quiero que alguna dama pendenciera se sienta aludida y envíe sendas cartas a mis editores en tono de reclamo, luego de que su adicción a la atención la llevó a deducir que hablo de ella, aunque en realidad hablo de cualquiera, hasta de mí.

Estoy seguro, porque los conozco, que ninguno de los referidos en el párrafo anterior se dio el tiempo de leer a conciencia el contenido de 98 páginas, 9 capítulos y 199 artículos que comprenden la famosa ley, porque si así fuera, se darían cuenta de que, en efecto, contempla el vital líquido como derecho humano y que habla de sanciones para quien lo desperdicie y contamine, además de que regula de manera efectiva las concesiones para que no sucedan casos como los del fraccionamiento La Pradera, ubicado en el feudo de Enrique Vega (perdón, perdón, en el municipio de El Marqués), donde los vacíos legales hicieron vulnerables a los pobladores porque el desarrollador entregó el control del abasto a un particular.

En verdad, lo invito a que lea, no se vaya con la finta; pero sobre todo: “No sea carne de cañón de rencores ideológicos” que ni sus promotores son capaces de definir.

Los zurdos nomás no entienden

Quiero, amable lector, que este párrafo sea tomado a manera de sincero reconocimiento a la tozudez de los militantes de Morena, pues a pesar de que no han pegado uno solo de sus armadijos legales contra leyes y decretos aprobados en lo que va del sexenio, siguen empecinados en promover juicios de amparo ante el Poder Judicial de la Federación. Pero más que a ellos, mi distinción va dirigida a los crédulos mecenas que a la menor provocación suministran su patrocinio a razón de 250 pesos por sujeto, para que los mercaderes de la ilusión resuelvan el “Nudo Gordiano” y recojan lo suficiente para subsistir en lo que se inventan otra cruzada épica.

“Perro que le da por comer huevos, aunque le quemen el hocico”.

Cosas de morenos

Quien anda muy activo en el vecino estado de Aguascalientes es el delegado nacional en funciones de presidente estatal, Mauricio Ruiz Olaes; pero no crea que va en carácter de delegado político como otros dirigentes partidistas, no se confunda. Ruiz Olaes va de tropa, a la bola, al más puro estilo reaccionario.

Solo esperemos que en caso de que gane la candidata marrón de aquel estado, como parece indicar la tendencia, “El Mau” no venga a decir que “nadie es profeta en su tierra” y venda resultados que con, sin o a pesar de él, se obtendrán en aquel estado.

“A falta de caballos, que troten los burros”.

Gobernabilidad garantizada

Quien ha resultado una revelación es el secretario de Gobierno de San Juan del Río, Diego Cabrera Leal, pues en lo que va del mandato de Roberto Cabrera ha sabido sortear los embates políticos y sociales en aquel municipio, convirtiéndose en pieza clave del proyecto trans-trianual proyectado por el presidente municipal.

Dicen los cánones de la política clásica que “el mejor secretario de Gobierno es del que no se habla”, pero qué mejor que se hable y sea para bien, pues Diego ha demostrado la capacidad suficiente para ser un enlace confiable con el gobierno de Mauricio Kuri y contribuir con la gobernabilidad del estado.

“Como canta el Abad, responde el sacristán”.

¿Y dónde está el Meño?

Hace unas semanas trascendió que Arturo Maximiliano García Pérez, notario y excandidato a la presidencia municipal de Querétaro por Morana, andaba en busca de presidir la “Asociación de Colonos del Campanario”.

De antemano no creí semejante disparate, pues Arturo podrá tener muchos defectos, que en política se maximizan, pero algo que no tiene es ser imbécil e ignorante, por lo que difícilmente en sus planes de recomposición estaría hacerse de la presidencia de una asociación que no sirve para nada y que lo único que da son impasses.

Pero para no quedarme con la maldita duda, le pregunté por su futuro. Me dijo que, por lo pronto, tenía que echar a andar la notaría que estuvo parada; y respecto a lo político, que no diera lata.

“Sabia virtud de conocer el tiempo”.

Garbanzo de a libra

Así resultó para el gobernador el nombramiento de Arlette Elizabeth López Ruiz, el pasado 4 de mayo, al frente del Registro Público de la Propiedad en el estado, en sustitución del polémico Carlos Olguín González, quien en menos de 6 meses en el cargo mostró la incapacidad y el cobre, además de poner en entredicho la honorabilidad de la institución, por andar cuidando inscripciones y trámites de su amigo el notario litigante.

La novela apenas empieza y seguro veremos más de un proceso ante la Contraloría del estado.

Por lo pronto, Arlette ha demostrado la capacidad para organizar el desorden institucionalizado de su antecesor.

“Al amo listo y avisado, nunca lo engaña el criado.”

Lenguas viperinas

Si el PAN pierde todo, Pancho gana el PAN y el PAN gana más. ¿Será?

“El que avisa no es traidor”.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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