El jueves, el gobierno de López Obrador, caracterizado por el desorden y los abusos, cometió dos actos por demás abusivos, arbitrarios e ilegales.

Ambas arbitrariedades sustentadas en decretos administrativos. Uno, volvió a repetir el acto que perdió frente al juicio interpuesto por el Inai, correspondiente al “decretazo” que no tuvo ni pies ni cabeza, violentaba diversas normas y logró ocultar información para acceder a la opacidad que tanto gusta al gobierno de la 4T, por más de un año, periodo que le permitió cometer toda clase de arbitrariedades en las construcciones insignes de la “transformación”. La SCJN determinó la inconstitucionalidad, y por tanto, la inexistencia del “decretazo”. Como se dice en el lenguaje del vulgo: “palo dado ni Dios lo quita”.

La repetición del acto violatorio de la Constitución también puede constituir un delito; acción contumaz del titular del Poder Ejecutivo. seguramente el Inai no procederá con la denuncia, sería perder el tiempo en la fiscalía general, tapadera de las arbitrariedades del Ejecutivo federal.

Como represalia política, al verse vencido, el gobierno de la 4T emitió otro “decretazo”, bajo los mismos términos, aunque en este acto administrativo solo protegió la obra inconclusa del Tren Maya, el resto fue ignorado. El Inai de inmediato volvió accionar la justicia frente a la SCJN. Será vencido nuevamente el Poder Ejecutivo, frente a otro acto inconstitucional. Al tiempo.

El segundo acto inconstitucional del día, fue el apoderamiento de propiedad privada por medio del Ejército, en este caso personal de la Marina; personal militar tomó posesión de los bienes propiedad de Germán Larrea, correspondientes a los trenes y toda su infraestructura, del sur de México; el transporte ferroviario fue declarado de “utilidad pública”, su uso, aprovechamiento, operación, explotación y demás mejoras en los tramos Z, ZA y FA, que corren de Medias Aguas a Coatzacoalcos, de Hibueras a Minatitlán y de El Chapo a Coatzacoalcos; propiedad de Ferrosur, AMLO ordenó la “ocupación temporal inmediata” a favor del Istmo de Tehuantepec, en su carácter de integrante de la plataforma logística multimodal a cargo del corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Así reza el encabezado del acto arbitrario.

¿Ocupación temporal por causa de utilidad pública? El decreto refiere a un acto de expropiación. Sin embargo, para efectos de la indemnización, en su artículo Tercero Transitorio menciona que la indemnización será conforme a la ley de la materia, solo en caso de controversia operará para fijar el monto. ¿Cuánto tiempo durará la ocupación de la propiedad privada? Otro acto jurídico abundante en irregularidades galimáticas.

Aquí algo sumamente interesante del segundo acto arbitrario. La empresa afectada es propiedad de Germán Larrea, el cual, en apariencia, podrá seguir dando el servicio sin problema alguno. ¿Para qué la ocupación del Ejército?

Ahora bien. A mediados del año pasado, AMLO canceló al citado empresario un contrato de obra anticipadamente; el contrato era multimillonario, por lo cual Germán Larrea amenazó con demandar al gobierno federal. Luego, en una de tantas mañaneras, López Obrador aseguró que había llegado a un acuerdo con Germán Larrea, sin especificar a cuánto ascendió el daño o si fue presionado. El presidente manifestó su enojo públicamente.

Una vez que fue declarada la terminación anticipada del contrato, AMLO ordenó dar la obra a la Sedena; de inmediato Fonatur firmó contrato multimillonario con los militares, trasladándoles 30 mil 455 millones de pesos. Se dijo que la obra a cargo de Larrea había subido en su costo 71% más en manos de los de traje verde olivo. ¿Coincidencia de lo sucedido? A su vez, los militares ceden la obra a otras empresas, entre ellas ICA. ¿Hubo diferencias económicas?

A Germán Larrea le cancelan el contrato multimillonario; el empresario amenaza con demandar; AMLO se molesta; los militares ceden la obra a otras empresas privadas; un año después, el gobierno de AMLO toma posesión de bienes propiedad de Germán Larrea por medio del uso de la fuerza militar. ¿Coincidencias?

Germán Larrea anuncia su pretensión de incursionar en actividades bancarias, su nombre figura en la compra de Banamex y el presidente se entromete en actos de comercio de particulares, entre quienes se encuentra el empresario que hoy fue agraviado con la “ocupación temporal” de una de sus empresas. Acorde con lo que ha sucedido, todo indica que se trata de acciones gansteriles para doblar al empresario.

Demasiadas coincidencias en las que se involucra al mismo empresario. ¿Fue porque no aceptó dar “moches” en la obra del Tren Maya? ¿Represalias del abuso del poder público? ¡Actos de autoritarismo y abuso de poder a cargo de López Obrador!

Sin duda alguna se trata de represalias por no subordinarse a las órdenes presidenciales.

AMLO da coletazos antes de morir su sexenio.

¡Aún es muy peligroso! Las Fuerzas Armadas a su disposición cumplimentando órdenes inconstitucionales. Vaya peligro para los mexicanos.

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