Desde que AMLO mandó la iniciativa para destruir el sistema de impartición de justicia en México, se han venido presentando problemas que solo evidencian la cloaca que les dejó el expresidente.
Publicadas las listas de los aspirantes a ocupar algún cargo en el Poder Judicial federal –juez, magistrado o ministro–, vuelven a repetir actos que reafirman lo sucio y manipulado del proceso electivo, acompasado con la tradicional tómbola cargada de preferencias para asegurar los cargos en manos de personas afines a la transformación.
Claro, una vez más, evidenciados los errores que han cometido los manipuladores, vienen las disculpas y justificaciones para culpar a terceros. Las listas de nombres de aspirantes registrados en la Cámara de Diputados, plagadas de errores.
Los miembros del respectivo Comité de Evaluación, que nada saben de impartición de justicia, de inmediato culparon al sistema de captura, a la base de datos del área de informática ¿Serán ellos los responsables de todas las trampas? Aquí algunos de los errores; repetición de nombres y denominaciones como “PRUEBAS, PRUEBAS, PRUEBAS” o “JORGE1, JORGE1, JORGE1”. Estos son algunos de los nombres de los aspirantes publicados según la lista que dio a conocer la Cámara de Diputados.
Todos meten mano, bueno, solo los que ejercen el poder. La presidente Claudia Sheinbaum, por ejemplo, afirma que serán los miembros de los Comités, “los que definan los criterios para seleccionar los candidatos de elección judicial” ¿Cómo? Efectivamente, poco les importa la normatividad, prevalecen los criterios personales, no las normas ¿Así aplicarán la justicia?
Uno de los miembros del Comité de Evaluación, de apellido Briseño, culpó de los problemas de las inconsistencias en las listas de aspirantes en la Cámara de Diputados, a la “alta demanda”, lo que provocó el “colapso parcial” del sistema. Otra pésima justificación, que, de ser cierta, denota una vez más las sucias improvisaciones para el proceso de selección y después elección, de los aspirantes a ser jueces o juezas.
Lo curioso que la “alta demanda” se dio a unas horas de cerrarse el registro de aspirantes. Días antes se suscitó la crítica por la poca participación o interés en el proceso, no llegaban a 5 mil los interesados. Fue cuando, precisamente, se difundió el audio de una diputada morenistas incitando a militantes de su partido a inscribirse y ella se hacía responsable de incorporarlos a las listas; al otro día de vencerse el plazo para el registro, los interesados casi alcanzaron los 50 mil aspirantes ¿Curioso verdad? La cloaca se abrió y las heces flotaron.
Veamos las sorpresas. Con el Poder Ejecutivo se inscribieron 18 mil 447 aspirantes; con el Poder Legislativo fueron 27 mil 146; y, en el Poder Judicial, 3 mil 805 abogadas y abogados ¿Por qué las enormes diferencias en los inscritos en cada uno de los Poderes públicos? Creo que la respuesta es simple. Unos son los manipuladores, el otro la formalidad.
De los 49 mil 398 aspirantes, los miembros de los Comités de Evaluación deberán analizar toda la documentación ¿Les alcanza el tiempo? Por supuesto que no. Por ejemplo ¿Alguien verificará si las cartas de recomendación son verdaderas o falsas? ¿Podrán leer los ensayos de los casi 50 mil aspirantes? Imposible ¿Corroborarán si las cédulas profesionales son reales o falsas? ¿Les alcanza el tiempo para conseguir información sobre si alguien tiene antecedentes penales? Falacias envueltas en suciedad.
¿Y las entrevistas a los que hayan pasado los filtros de selección? Será el penúltimo trámite de “depuración” antes de enfrentar el año próximo las primeras elecciones amañadas y fraudulentas de la historia. Sheinbaum, dijo, no queremos parientes. Cuando que su gobierno está saturado de la parentela política.
El próximo 15 de diciembre serán publicadas las listas definitivas de aquellas y aquellos que lograron pasar los filtros políticos.
En particular, confío en el trabajo que viene realizando el Comité de Evaluación del Poder Judicial. Los miembros que lo integran sí son profesionales del Derecho; los otros son políticos mañosos que nada saben, solo desean apoderarse del “valiosísimo tesoro” que representa el Poder Judicial federal, por medio de sus candidatos.
El sucio proceso de elección judicial continúa, a pesar de todo.
09
Dic 24
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