Cuando Claudia Sheinbaum parecía haber desmadejado el grupo de diputados “marcelistas”, al quitarle la mitad de ellos después de una reunión que sostuvieron, pensó haber obtenido el triunfo político. Le fallaron los cálculos a la consentida de AMLO. El grupo disidente volvió a crecer.

Marcelo recibió una bocanada de aire fresco; sí, para su movimiento se volvieron a mover los números de legisladores para meter mano en el presupuesto; se suma a su causa una veintena de diputados “monrealistas”. Volvieron a emparejar los cartones.

En la inteligencia de que el bloque denominado “El Camino de México”, integrado por inconformes con el resultado de la mentirosa encuesta ordenada y promovida por el presidente López, aún no tiene un destino claro. ¿Hacia dónde se dirigen Monreal y Ebrard, Ebrard y Monreal? Fueron los que siempre reclamaron piso parejo en la “contienda” que sostuvieron. Todos sabían que la preferida de AMLO sería la designada, así que los “inconformes” se unieron a un juego truculento manipulado desde “Los Pinos”, hoy sede de Palacio Nacional.

¿Mover los números en el presupuesto para 2024 es su único objetivo?, ¿y después qué? Ambos inconformes siguen en la misma “canasta de huevos” propiedad de López Obrador. ¿Entonces? Todo indica, hasta hoy, que los “rebeldes” se resisten al “fuete” de AMLO, ya que van en contra de su iniciativa de presupuesto de egresos. No hay otra pretensión política hasta este momento. Solo mover 100 mil millones, asegura el grupo de legisladores morenistas disidentes.

Con la sumatoria de los “monrealistas”, el movimiento de triunfo de Claudia se vino abajo. Sheinbaum había hecho el trabajo al coordinador de la bancada de Morena, al pretendiente de la gubernatura de Puebla, Ignacio Mier, quien fue rebasado. Al parecer perdió el control de la “bufalada”. Dentro del grupo disidente hay petistas y verdecologistas. Pero nadie da color hasta dónde pretenden llegar. Vuelven a ser más de 40 legisladores que podrían mover el tablero a López, de aliarse con la oposición al momento de votar.

Ahora bien, Ebrard sigue con el proceso de la impugnación del sucio juego del proceso de las encuestas que dieron el triunfo a la Clau, de las cuales siempre desconfiaron los “rebeldes”; las mismas encuestas que, “curiosamente”, también dan el triunfo anticipado a la pupila de López Obrador. ¿Manipulación con tendencia electoral? Por supuesto que sí.

El resultado de la resolución de la Sala Superior fue el esperado. Si bien Marcelo no perdió, el “pirrio” triunfo consistió en haber ordenado a Morena que resuelva el recurso interpuesto por Ebrard lo más pronto posible. Vaya, la queja regresó al inicio del juicio. Nada para nadie. Desde ahora puedo anticipar que el resultado será la negativa y no le concedan la razón al actor de la impugnación. Imposible que Morena revoque el viciado proceso. Luego entonces, Marcelo volverá a impugnar ante el TEPJF. Mientras tanto, los tiempos procesales continúan avanzando. Dentro del mismo tenor electoral, al INE le revocaron su truculento acuerdo violatorio de la ley electoral y le ordenaron corregir la plana. El proceso electoral lo ensucian por dentro y por fuera.

Movimiento Ciudadano, con el esquirol Dante Delgado al frente, se frota las manos para que Marcelo se vaya con ellos. Pero, Ebrard no da color sobre su futuro político. Por lo pronto presiona por medio del proyecto de presupuesto de egresos. ¿Lograrán hacer alianza “marcelistas y monrealistas” en la Cámara de Diputados con la oposición para doblegar al presidente López? ¿En qué momento recularán los inconformes? Seguramente una vez que logren acuerdos con AMLO, no con Claudia, quien anda tendida en millonaria campaña publicitaria y de encuestas.

A Claudia la han dejado con la mano tendida. Marcelo no le acepta plato de segunda mesa. El “malandrín” Ricardo Monreal, con doble jugada en la mesa. Es ayudante de Claudia y a la vez respalda a Ebrard. ¿En qué momento lo quiebran (no piensen mal) políticamente para apaciguarlo? ¿En espera de qué? ¿Acaso una pobre diputación federal cuando aseguró insistentemente que su nombre estaría en las boletas de 2024?

Y mientras, la “guerra” intestina entre morenistas sigue en pie por medio de las nuevas “tribus”; el juego de las encuestas pagadas y no pagadas sigue su incontenible marcha. Detrás de muchas de las encuestas “cuchareadas” está el poder presidencial; quiere cambiar la percepción de la población, inducir para lograr la idea de hacer creer que Claudia ya ganó la elección y Xóchitl perdió, acorde con sus encuestas.

Aún no hay precampañas, no se deshoja la margarita, mucho menos han iniciado las campañas; pero ya se arrogan el triunfo electoral los morenistas. Vaya desesperación por ganar con trampas. Esa ha sido la tónica de AMLO desde que arribó a la titularidad del Poder Ejecutivo. Si tan seguros están de ganar con tanta anticipación, ¿por qué entonces López sigue haciendo campaña ilegal desde la Presidencia?

No perdamos de vista que AMLO es un experto en el engaño y la mentira. Por eso puso en movimiento la campaña de las encuestas. Vamos, ni en su propio partido están de acuerdo con la candidatura de Claudia Sheinbaum. Lectura entre líneas nos llevan a la conclusión: el presidente López y su movimiento están sumamente nerviosos. Por eso la campaña mediática de encuestas amañadas. Es muy temprano para conclusiones.

AMLO y sus huestes deben atender sus problemas internos y luego declararse ganadores de una contienda que aún no comienza. Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal son una molesta piedra en el zapato del presidente y no puede sacarla. Le están generando una ampolla de inimaginables consecuencias.

El juego de las vencidas apenas empieza. López Obrador irá perdiendo fuerza, su sexenio va en claro declive; por ello echó a andar la caballada de gobernadores para que operen en favor de su aprendiz de política. Las encuestas son la mascarada. Nada tiene seguro. Si los dos “rebeldes” son una pequeña piedra, Xóchitl Gálvez le significa una roca en su zapato. Así las cosas al inicio del mes de octubre. El juego de las fintas y los amagues.

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