El pasado viernes, Luis Bernardo Nava Guerrero tuvo a bien festejar en grande medio siglo de vida; y aunque no fue en la fecha exacta —por temas de agenda—, aquello fue un verdadero “jolgorio” al que acudieron alrededor de mil almas de todos los sectores sociales, dejando en claro las buenas relaciones que ha ido construyendo a lo largo de 50 años de vida y que están ahí para lo que se ofrezca, en este caso, su cumpleaños.

Divididos, o mejor dicho acomodados de acuerdo a las diferentes etapas de convivencia con el festejado, se vieron felices desde sus compañeros de kínder hasta miembros del gabinete estatal, pasando por presidentes municipales, magistrados y uno que otro colado “come cuando hay” que por cortesía fue bien recibido a la entrada del lugar.

Y aunque muchos traviesos y excluidos apostaron y alegarán que se trató de un evento meramente político en un sincretismo muy forzado desde la incapacidad de entender que la dicotomía de lo personal y lo público, déjeme decirle que a pesar de la presencia de actores políticos y chocarreros como el que escribe, Luis no dirigió ningún discurso, todo fue camaradería, bohemia y rock and roll; ya lo demás que pueda leer o quiera ver si es que asistió, es meramente subjetivo y bajo el impulso que brindan las pulsiones por ver una sucesión adelantada y la necesidad encontrar “mamas en las briscas”.

“Tan joven y tan viejo, like a rolling stone”.

Anaya recargado, versión sepa cuál

Como se veía venir desde que Ricardo Anaya Cortés apareció en la lista de candidatos al Senado del Partido Acción Nacional, el pasado 30 de enero fue designado por el presidente nacional de su partido como coordinador de la bancada en la Cámara Alta —suscribo y para que no haya confusión, por el presidente nacional, ya que la designación de coordinadores legislativos es facultad exclusiva del presidente del Comité Ejecutivo Nacional, así que lo que piensen o pujen los compañeros de bancada es romanticismo y simulación democrática para ilusos que no conocen la movida.

Dicho lo anterior, me parece infantil (por decir lo menos) que los distinguidos miembros de Acción Nacional esperen resultados diferentes a los de siempre cuando en la fórmula aparece Ricardo Anaya, más cuando durante casi 16 años este les ha hecho la misma jugada: hacerse de las dirigencias partidistas, dejar a sus cercanos, hacerse de fuero y operar para lo que sigue. ¿No me cree? Haga memoria.

Sin embargo, parece que ahora la estrategia le falló o no calculó el timing, pues más tardó en sacar la cabeza para retomar protagonismo, que la Fiscalía Especializada en Materia de Combate a la Corrupción en revivir el añejo tema de la presunta empresa “facturera” JUNI SERRA, de la que son socios él, su suegro y su esposa, como queriendo pelear o, quizá, a manera de atento aviso, por si “Ricky Riquín” quiere jalarle de más desde su flamante coordinación.

Y ya en temas más locales, aunque el control del CEN siempre le favorecerá para las designaciones de candidatos y OJIVA está operando las encuestas de márquetin, lo cierto es que su posicionamiento pinta más como patraña para encarecer la negociación con el gobernador que como una genuina pretensión de sucederlo.

Ricardo podrá tener muchos defectos, pero la temeridad no es uno de ellos y sabe que no es momento de correr riesgos, y sobre todo, exponerse al escarnio propio de una campaña estatal con el gobierno federal en contra, así que desde ahora delo por descartado, que no es lo mismo que darlo por muerto.

“Para uno que madruga, hay otro que no se duerme”.

Pancho las huele

Dicen que en política no hay espacios vacíos, y si los hay, se llenan. Por eso es que Pancho Domínguez —fiel a su instinto— ha retomado un inusual pero necesario protagonismo de parte de un exgobernador del sexenio inmediato anterior.

Le explico. Si bien en la ortodoxia de la política y el editorialismo rancio (ese que repite “ya siéntese, señora” a la menor provocación) puede verse mal y hasta ser criticada la presencia de Francisco Domínguez Servién en el escenario local, no cabe la menor duda de que resulta indispensable para equilibrar fuerzas al interior de Acción Nacional, ya que ante el “abrupto” pero nada sorprendente posicionamiento y posibilidad de “agandalle” que representa Ricardo Anaya, alguien que conoce las entrañas y manejos del blanquiazul como Pancho “echando chingadazos” puede resultar cómodo incluso para el propio gobernador Mauricio Kuri González.

“Pa’ los toros del jaral, los caballos de allá mesmo”.

Luego por qué pierden

Resulta que la regidora y excandidata del PRI a la presidencia municipal de Pedro Escobedo, Paloma Silva, anda muy enojada con don Beto Nava. Y todo porque no le quiere dar contratos a su esposo Adolfo Hernández Rodríguez y demás familia. Por eso los golpeteos y memes de su autoría.

En lugar de perder el tiempo en esas nimiedades, debería de ocuparse en ir pensando qué va a argumentar para justificar el despojo cometido a un nonagenario.

“Pa’ tener el pico largo hay que tener la cola corta”.

Lenguas viperinas

Cuentan que no cayó nada bien en el gremio periodístico la detención del exvocero calzadista. Y no por otra cosa que por la posición del fiscal, que dice no haber estado enterado, cuando los hechos ocurrieron desde el 9 de enero y el oficio de colaboración forzosamente pasó por su escritorio.

“El lobo cree que todos son de su condición”.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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