En las últimas semanas se han difundido una serie de rumores —por cierto, en muy mala leche— sobre la salud del primer mandatario del estado, los cuales —por respeto a su persona e investidura— no pienso repetir, además de que estoy en condiciones de afirmar que todo se trata de un añejo malestar relacionado con su habitual consumo de garnachas, ¡y ya!

Sin embargo, hay dos aspectos que sí vale la pena mencionar; el primero, directamente relacionado con el primer círculo del gobernador. Y es que resulta por demás evidente que se han filtrado hechos o circunstancias que nutren la habilla, permitiendo que habituales agoreros echen a volar su imaginación y construyan relatos medianamente lógicos respecto al futuro del gobernador, pues recordemos que a veces solo hace falta tomar un hecho que suene medianamente cierto para construir una narrativa medianamente creíble.

Y el segundo y más preocupante, que basados en esa mezquina diégesis, algunos personajes exterioricen en diversas mesas y a través de sus voceros sus intenciones de ocupar por medio del interinato la silla que democráticamente ganó Kuri González, como es el caso del presidente del Poder Judicial del Estado, quien incluso ha filtrado fechas en las que se tendría que llamar a elecciones extraordinarias y en las que la LXI Legislatura del Estado tendría la obligación de designar a un gobernador interino, quizá a sabiendas de que sería la única y muy lejana posibilidad de materializar su pulsión de presidir los tres poderes del estado y así abonar a sus épicas memorias.

“Dios no cumple antojos ni endereza jorobados”.

¿Entregas?

¿Usted cree en el mito de la llorona? Yo no. Y como no creo ni en ese ni en otros mitos, no los repito para no abonar a la distorsión de la realidad y la confusión colectiva. Y es por estas razones, además de mi extrema racionalidad, que considero un exceso y un despropósito que el gobernador Mauricio Kuri González, en su carácter de primer panista del estado, niegue en un entorno amigo y absolutamente controlado un hecho totalmente imposible, pues el que él refute un acontecimiento inexacto como el de haber entregado el poder desde ahora a Morena únicamente estimula la especulación de los estúpidos y robustece la ficción de quienes sostienen la hegemonía de su exigua camarilla en esa fantasía baladí.

Tengo que reconocer que a veces, con poco más de un cuarto de siglo desayunando, comiendo y cenando política los 365 días del año, me siento atávico en el tema o simplemente pongo en duda los conocimientos adquiridos, al ver ciertas declaraciones o acciones de los actores políticos. Y es que quizá, víctima de mi ortodoxia y los sesgos propios de la edad, pienso que desde el extinto imperio romano, pasando el medievo hasta la historia moderna, poco o nada se puede inventar en política.

Entonces y dicho lo anterior, entenderá que por más que le busco el porqué y para qué hablar del adversario en tu espacio y regalar visibilidad a un ente ajeno y de rostro incierto, no tiene razón de ser.

No quiero cuestionar a nadie ni lastimar el ego de ninguno, pero bien valdría la pena que más de algún asesor viera el documental o leyera sobre “La guerra de las colas”, quizá así entendería de lo que hablo.

Alguna vez lo dije al aire y hoy lo repito: “La obligación del columnista es pervertir al sistema”. Ya si alguien se lo toma personal y le da otro cariz es su problema, y mío, por firmar siempre lo que escribo. Pero lo que hoy suscribo y sugiero categóricamente es que “a los adversarios ni los vean ni los oigan”, como diría don Carlos Salinas de Gortari.

Por cierto y a manera de cierre, si usted, algún conocido, sesudo politólogo u opinador de Twitterlandia, tiene una explicación medianamente lógica que supere el “todos sabemos cómo”, al respecto de cómo se entrega un gobierno de elección, ¡por caridad, hágamelo saber!, pues yo no sé.

“El que no oye consejo no llega a viejo”.

¿Conoces a Marco?

Luego de que el secretario de desarrollo sustentable, Marco del Prete Tercero, se deslindó de las pintas que versan sobre el conocimiento de un tal Marco con los colores del PAN, solo queda pensar que o se trata de algún homónimo o de algún acomedido, que en un intento por quedar bien, decidió que era una genial idea pintar bardas para posicionar el nombre en el imaginario colectivo y así producir expectación respecto al personaje que ostente el nombre.

Por lo pronto, suena por demás verosímil la versión del funcionario, pues después de casi dos décadas en la vida pública, parece difícil que busque posicionar su imagen de manera tan “rústica”; aunque en honor a la verdad, todo puede ser.

“No por levantarse antes, amanece más temprano”.

Metropolitanos

Ha causado mucha polémica, particularmente en boca —o mejor dicho, en dedos— de los activistas de sillón, la presencia de los alcaldes Chepe Guerrero, Rodrigo Monsalvo y Felifer Macías en entregas de obras y eventos en municipios diversos al que presiden.

Pero lo que no dicen es que se trata de entrega de obras en la denominada zona metropolitana, acción que se encuentra contemplada en el punto tres del acuerdo firmado también por el presidente municipal de Huimilpan, Jairo Morales, el pasado mes de febrero, denominado “Cabildo Metropolitano”.

Así que no se confunda ni se deje confundir, nomás hay que leer un poquito y no dejarse ir a lo güey. Pero bueno, si no saben ni las limítrofes, ¡qué carajos van a saber de acuerdos y sus alcances!

“La miel no se hizo pa’ los marranos”.

Lenguas viperinas

Cuentan que más tardó el gobernador en abrirle las puertas del Palacio de la Corregidora a cierto personaje, que este en decir en sus ya tradicionales —¡hip!— tertulias entre amigos que ya negoció con él la transición porque es su candidato en Morena. ¡Salud!

“Alegre el indio y le das maracas”.

*Nota: Nos leemos hasta el día 28, a menos que algo suceda en estos “santos días”. ¡Agur!

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos; y si no le gusta lo que escribo ¡No me lea! Por favor, no me lea, no se mortifique.

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