Como ya se ha hecho costumbre a lo largo de su mandato, Luis Bernardo Nava Guerrero sigue ocupando los primeros lugares en los rankings nacionales, siendo uno de los presidentes municipales de ciudades capital con mayor aprobación entre sus gobernados.

Y es ahora la prestigiada casa encuestadora Consulta Mitofsky lo pone en el segundo lugar nacional con el 55.5 % de aprobación, cifra que, sin lugar a dudas, debe ser tomada en cuenta sí o sí por los aspirantes a sucederlo, ya sea para bien o para mal, pues la presencia de la administración municipal en el imaginario colectivo será diferenciadora en el momento del sufragio, más aun si los números se cierran cerca a la jornada electoral.

“El hombre no puede saltar fuera de su sombra”.

Consejos que nadie me pide

Dicen que “perro no come perro”, pero como no soy perro y poco o nada me importa lo que opinen de mí, asumo previamente y sin chistar todos los adjetivos de origen hepático que el siguiente párrafo producirá.

Verá. No sé si fue por mutuo propio o a petición de parte (por aquello de que en tiempos electorales no hay casualidades), ¿pero a quién se le ocurre golpetear a José María Tapia Franco a través de Latinus? Primero porque Latinus, al igual que Atypical, va dirigido a un mercado en contra de Morena y todo lo que de ello emane; únicamente contribuye al rumeo gregario. Y segundo, porque conceder reflectores nacionales al segundo lugar es una mala inversión, pues como diría don Carlos Salinas de Gortari, a los adversarios “ni los veo ni los oigo”.

Y de verdad no es que tenga algo contra Carlitos Loret, ni lo conozco y dudo que algún día eso suceda, ¡yo soy más pedestre! Es más, esto del realismo político no es para él. Mi comentario es más bien dirigido aquellos que toman decisiones, pues el voto duro a favor de cada una de las dos candidaturas punteras no va a cambiar, porque simplemente le van y ya, sin mayor explicación.

Por otro lado, a los indecisos tampoco crea que les impacta, pues el grueso de ellos no está en “Twitterlandia” ni en “Facebook Town”, y a los que llega a alcanzar, sus argumentos se les van como arena entre las manos, resultando –en el mejor de los casos– un ejercicio estéril, y en el peor, una señal cruzada.

Por otro lado, los cánones de la política dicen que el que va arriba no voltea para abajo. ¿Entonces?

“Un consejo se da y se recibe por convicción”.

5 de 5, 8 de 8, 9 de 9 ,10 de 10 y así sucesivamente

Mucho se habla de las famosas declaraciones 5 de 5, 8 de 8 y de más secuencias numéricas que se le puedan ocurrir. Pero la materialidad es que son ejercicios sobrevalorados que solo aparecen en tiempos de campaña, cuya importancia y valía se reduce al círculo rojo y uno que otro activista obnubilado que lo tomará como bandera de momento. ¡Y ya!

Ya sé que ahora mismo algún asesor me está mentando la madre por sacrílego, pero la realidad es así, sin maquillaje, sin tintes fantásticos. Siendo francos, ¿quién demonios las consulta? En serio, pregúntele a su vecino, al taxista, a su proveedor o proveedora de la fritanga de su preferencia. ¿Cuántas veces ha usado la Plataforma Nacional de Transparencia? Le aseguro que ni siquiera sabe que existe. Entonces, quitémonos de liturgias y demos el justo valor a las cosas; las famosas declaraciones son únicamente un instrumento más de márquetin cuya significación y caducidad están supeditadas al periodo de campaña y nada más.

Eso, claro, sin contar que estas están revestidas de un chingo de fe; porque a final de cuentas, nada de lo expresado por el autor de la misma ha sido ni será medianamente comprobado y/o comprobable por el consultante. Así que no se clave en eso y vote por quien se le dé la gana; y si es político, no se enganche en ese tema, porque haga lo que haga, va a salir raspado.

“Tres cosas no se pueden ocultar: el amor, el dinero y lo pendejo”.

Camionetas en llamas

Cada proceso electoral tiene sus propias sorpresas que vienen a poner la “sal y la pimienta” al mismo, pero los actos de violencia cometidos en contra de los vehículos de campaña del candidato de Acción Nacional a la presidencia municipal de San Juan del Río, Roberto Cabrera, no tienen nada de risible y sí mucho de reprobables.

Y aunque muchos amantes de las teorías de conspiración ya han echado a andar sus estultas mentecillas argumentando autosabotaje con miras de victimización, lo único cierto es que se tiene que ser un completo idiota para creer que un candidato con la experiencia de Cabrera mandaría a quemar sus propios vehículos, cuando estos representan un gasto contabilizado en campaña, en pleno proceso electoral, porque sí, aunque se los preste su amigo el de los coches o se los done su tía Chonita, son gastos de campaña. Y créame que nadie quiere desperdiciar un peso en estos tiempos.

Lo que sí, si usted quiere más o menos darse una idea de quién pudo haber sido el autor, eche un ojo a los discursos de campaña y verá quién puede beneficiarse de la violencia en el estado.

“Desde que me quemé con la leche, hasta al jocoque le soplo”.

¡Piedra en el zapato!

Parece que al secretario de Gobierno estatal no le enseñaron que el mejor secretario de Gobierno es el que no se siente, pues Carlos Alberto Alcaraz Gutiérrez está empeñado en generar “tema donde no hay tema” ¬–cual doctorado en la búsqueda de ubres viperinas¬–, por lo que ya hay molestia entre los miembros del gabinete estatal, ya que se mete en todas las áreas y no para bien.

“Guajolote que se sale del corral termina en mole”.

Lenguas viperinas

Cuentan que los quemacamionetas no eran “oriundos” de San Juan del Río y eran menores de edad, que venían a pagar favores concedidos por cierto exburócrata de la Procuraduría de Hidalgo. Entre más le rascan, más le sale.

“La miel no se hizo pa’los marranos”.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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