El proceso de selección de candidata del Frente Amplio por México fue accidentado y no estuvo dentro de lo previsto el anuncio de Alejandro Moreno, Alito. Así, el PRI primero abandona, luego dobla y deja humillada a su candidata Beatriz Paredes, poniendo en evidencia la legitimidad y legalidad del proceso.

Ayer quedó establecido que la candidatura del frente opositor le corresponde a Xóchitl Gálvez, después de que Beatriz Paredes doblara su voluntad cediendo a la presión de su dirigente de partido, Alito Moreno.

Era de esperarse que Xóchitl ganara la encuesta. Tal vez a algunos les resultó sorpresivo, pero no, lo sorpresivo fue el agandalle de Alito.

Porque Beatriz podría haber disputado la candidatura a través de la elección primaria, mínimo no la dejan tan humillada; pero no se iban a arriesgar a que les pusiera un susto y les tumbara sus acuerdos. Porque sin lugar a dudas Paredes es una política mejor preparada y con mayor capacidad que Gálvez, pero ya estaba arreglada la candidatura de Gálvez; si no, pregunten a Lilly Téllez.

Los dirigentes de los partidos del frente quisieron evitar el riesgo de que hubiera una ganadora en la elección primaria y otra diferente en la encuesta.

El asunto que cambió todo fue que el presidente del PRI, Alito Moreno, señaló que al estar Beatriz en desventaja en la encuesta, quizá sería oportuno que declinara y le dio el respaldo del PRI a Xóchitl, lo que prácticamente marcó el final, porque no habrá “consulta” o “elección” primaria.

Declina Beatriz dejando en duda su participación, si fue cómplice de Moreno y pandilla, dejando en el aire la duda de la legitimidad del proceso con su falsa participación; porque todos saben que ella es una política del viejo cuño, que no se dobla fácilmente, solo hasta que encuentra un punto de acuerdo.

El final de la “contienda interna”, el final del PRI y parece que el final de una candidatura frustrada, la de Xóchilt, y tal vez el final del PAN, donde la dirigencia cree en la palabra de un cínico sin palabra como es Allito Moreno; si no, al tiempo.

Del proceso interno de Morena, de sus corcholatas, hablaremos en la siguiente entrega, porque ahí también se cuecen habas.

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