Caliente está el ambiente político nacional, en los partidos y en Querétaro, pero se presagian tormentas en el PAN, PRI y en el ámbito local.

El exgobernador Pancho Domínguez anda con todo: ya tiene grupos de apoyo, redes de militantes panistas y simpatizantes “ciudadanos” con su proyecto, listos para lo que venga: ya sea la dirigencia nacional del PAN, ya sea una eventual candidatura a la Presidencia de la República, ya sea “madrear” a Ricardo Anaya, o ya de perdis, ganar la candidatura al Senado.

Puede ser por el PAN, lo de la candidatura, o no faltará otro partido que lo postule; solo hay que ver que Movimiento Ciudadano ya le dio la espalda a la Alianza por México, a Ricardo Anaya; y en el partido naranja tienen un discurso similar al de Pancho, en eso de que ganan más los partidos cuando van solos.

Mientras, Pancho anda en campaña impulsado por sus allegados, entre ellos la diputada federal Paulina Aguado, quien fue su secretaria de Cultura durante su sexenio, igual que el regidor capitalino José Luis Aguilera Rico, que también fue secretario del Trabajo con Pancho.

Otros panchistas agazapados trabajan subterráneamente desde el gobierno del estado, pero la realidad es que Pancho anda con todo, por lo menos en Querétaro parece que sigue con el poder.

Lo más reciente es que Pancho ofreció una conferencia con el tema “Derechos Humanos en Querétaro”. Es neta, sean serios y asimilen esto. Fue en el Tec de Monterrey, ¡dónde más!

Aunque valdría la pena que el exgobernador se parara por la UAQ a conferenciar sobre el mismo tema.

Así, mientras pasan los meses y se acorta el tiempo en donde se habrán de definir las cosas que se jugarán en 2024, Francisco Domínguez, un hombre con popularidad, dicen sus llegados que replicaron en redes sociales su conferencia en el Tec de Monterrey, se ha encontrado con un grupo político adverso encabezado por Ricardo Anaya, que tiene secuestrados los órganos de dirección del panismo nacional y no le permitieron ni siquiera contender por la dirigencia como era su aspiración, pero no quita el dedo del renglón.

Por eso ha seguido otras vías para no desaparecer de la escena pública. Por lo pronto, el lunes Pancho Domínguez estuvo en el Tecnológico de Monterrey, donde impartió la conferencia “Derechos Humanos en Querétaro”, aunque no lo crea.

Por otra parte, también en lunes, se dio el extraño retorno de Ricardo Anaya a Palacio Nacional, y el presidente Andrés Manuel López Obrador –después de Pancho Domínguez, el peor enemigo de Anaya– resolvió rescatar del olvido a Ricardo y le dio en la mañanera del lunes el nivel de interlocutor válido en materia energética.

Ricardo Anaya, sorprendido, no tuvo más remedio que darle las gracias al presidente por la bocanada de oxígeno.

Pero no es de gratis, no es casualidad el “levantón” que le dio AMLO, en realidad no, el presidente quiere a Ricardo Anaya en el ring porque al excandidato presidencial panista le entran todos los golpes.

Es un rival a modo como para zarandearlo sin temor a la respuesta, ya que Anaya se ha venido quedando solo y su alma, no representa a nadie, a pesar de ser el panista más conocido dentro de las encuestas, de ahí que el presidente sea el principal promotor del extraño retorno de Ricardo Anaya a Palacio Nacional.

Por último, dentro de la bancada del PRI en el Senado se gesta una rebelión por la determinación de la dirigencia de su partido con la cúpula de las otras dos fuerzas, el PAN y el PRD, que integran la alianza “Va por México”, para aplicar una moratoria legislativa –que con bombo y platillo anduvo promoviendo otro exgobernador de Querétaro, el ahora diputado Ignacio Loyola–, que impida cualquier cambio a la Constitución.

Se ve venir el fracaso de la iniciativa de Ignacio Loyola y comparsas; primero, ya senadores tricolores han manifestado que están en contra de la decisión, se encuentran molestos porque no fueron consultados, consideran que esta medida va en contra de la ciudadanía, pues impide el análisis y debate de temas que afectan la sociedad, y sobre los cuales, si no se está de acuerdo, pueden ser votados en contra.

Los inconformes que van a romper esa mal llamada “moratoria constitucional” señalan que un ejemplo es la estrategia que construyeron los legisladores de oposición y que acaba por impedir la reforma eléctrica del presidente, sin necesidad de recurrir a ninguna moratoria.

Así las cosas con los panistas queretanos que quieren “brillar” en lo nacional.

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