AMLO y SG se caracterizan por el incumplimiento a la Constitución y demás normas vigentes. Gobernantes reacios a al Estado de Derecho, gracias a ese orden legal, llegaron a presidente y gobernador. El populismo es el estilo que los caracteriza. El desorden es el motor que los impulsa.

No sorprendió el rechazo de la terna propuesta por el presidente para que el Senado hubiese electo a cualquiera de las morenistas como nueva ministra de la SCJN.

María Estela Ríos, Bertha Alcalde y Lenia Batres no pudieron disimular en las entrevistas que en lo individual tuvieron en el Senado su proclividad hacia López Obrador más que la defensa de la Constitución; las tres fueron reprobadas y rechazadas. Ese era el guion a seguir y a nadie sorprendió.

AMLO sabía que serían rechazadas no solo por su inexperiencia en la impartición de justicia, sino por su descarda identidad con su partido y la subordinación. El presidente quiere una empleada, subordinada, no una ministra independiente que se subordine a la Constitución y todas las normas que de ella emanan.

Muchos senadores morenistas, incluso, no estuvieron de acuerdo con la terna de las damas; de 120 senadores que componen el Pleno, solo 113 pasaron lista. La hermana de las secretaria de Gobernación fue quien más votos obtuvo, pero no alcanzó la mayoría calificada.

Todo estaba preparado para que ninguna de las propuestas de AMLO fuera electa y así cumplieron con el guion. Y cómo elegir a cualquiera si no tienen experiencia y su cercanía partidista con el poder las inhabilita. Bien lo sabe el presidente y poco le importa faltar a la Constitución.

Desde la mañanera, el titular de la tribuna de Palacio Nacional se deshacía en halagos a su terna. Posición política, no apegada a la Constitución. El coordinador de la bancada morenista no se molestó en buscar los consensos. ¿Cómo para qué? Era imposible alcanzar cualquier acuerdo. El perfil profesional de las damas propuestas no llenaba los extremos de la norma constitucional.

AMLO va por la línea que le permitirá nombrar desde la comodidad de su oficina a quien le plazca. Sería una sorpresa para todos que, ante el rechazo de su terna, en su segunda propuesta acomode un nombre de algún o alguna profesional en la materia, no subordinada a López, que sí cubra el perfil para llenar la silla en la SCJN.

Al presidente le urge una o un ministro leal a su proyecto político, que vote siempre a favor de sus ocurrencias y no en pro de la defensa de la Constitución. AMLO quiere un perfil de subordinación y no un constitucionalista profesional. El presidente seguirá luchando por controlar a la SCJN, aunque no le asista la razón y reiteradamente viole el principio de independencia, creyendo que él tiene la razón, aunque de justicia y Derecho ignore lo más elemental: el respeto a los derechos humanos y a la Carta Magna.

Samuel García, gobernador de Nuevo León, sigue los mismos pasos del presidente, violar el Estado de Derecho, pretendiendo imponer su voluntad a pesar de estar equivocado y fuera de la ley.

Este miércoles, el gobernador intentó boicotear la sesión de la Cámara de Diputados de su estado, generando violencia por medio de sus simpatizantes y seguidores. Los mandó, como Donald Trump, a generar caos. Después de causar caos, violencia y daños materiales, la mayoría calificada de los diputados volvió a elegir al gobernador interino que cubrirá la ausencia de Samuel. El interinato dará inicio a partir de las 0:00 horas del sábado 2 de diciembre, acorde con el escrito de licencia para volverse a ir de campaña y dejar la gubernatura.

El gobernador García insiste en que los diputados neoleoneses nombren al hombre de su confianza, subordinado a él; además, que sea militante de MC. Igual de necio que AMLO. Exigencia que no contempla la constitución de Nuevo León.

La crisis constitucional que advertí en otra de mis columnas se ha hecho presente y puede agravarse. El nefasto gobernador dio instrucciones de no recibir el decreto enviado por la cámara de diputados para su publicación y efectos consecuentes.

Samuel insiste y se resiste a que desempeñe el cargo de gobernador alguien que no sea de su confianza, un subordinado, un simple florero, y que siga gobernando a distancia el gobernador con licencia.

El gobernador, en desacato. La SCJN dejó en claro que es la Legislatura la competente para el nombramiento, sí, del gobernador interino. No hay duda. Samuel sigue intentando conseguir la suspensión por medio de juicios que le permitan violar la ejecutoria de la Corte.

Ahora bien. En el terreno de la práctica, ¿qué sucederá cuando el gobernador nombrado por la Legislatura asista a las oficinas y no le permitan la entrada al palacio de gobierno? Sí, que nadie le obedezca, dadas las instrucciones del gobernador con licencia. ¿Y qué sucederá si el designado como encargado del despacho sigue ejerciendo funciones? ¿Bajo qué mandato estará la fuerza pública cuando depende del gobernador? ¿El resto de los secretarios a quién obedecerán? Eso sí será un problema de gobernabilidad muy serio.

Si la fuerza pública, respaldo legal y constitucional para hacer cumplir las sentencias de jueces no cumple, la crisis constitucional en puerta. ¿Qué sucederá si dejando entrar al gobernador interino de la Legislatura, nadie le obedece?

Vaya lío constitucional y legal en que el violento del gobernador, Samuel García, ha metido a los neoleoneses.

De consecuencias impredecibles. Todos saldrán perdiendo, incluso el rebelde gobernador que estará fuera de funciones a partir del primer minuto del 2 de diciembre próximo.

Tan sencillo que es someterse al imperio de la ley. Estos gobernantes son los que nunca debieron ni deben llegar al poder público.

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