Un día sí y otro también vemos a través de los medios de comunicación que supuestos militantes de Morena se deslindan de sus candidatos, sea en Corregidora, El Marqués o Querétaro, a quienes acusan de ser beneficiarios de acuerdos políticos o de simples imposiciones.

Algunos dicen que van a apoyar a su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum, pero otros definitivamente abandonan el barco de la Cuarta Transformación. Al parecer no entienden que la única manera que tiene Morena de ganar es precisamente ganando. Nunca en la historia reciente habían tenido la gran oportunidad de concretar victorias tan contundentes en el estado de Querétaro, donde solo gobiernan un municipio, a diferencia de su aliado y socio electoral, el Partido Verde, que al menos tiene dos; pero el miedo al éxito al parecer los paraliza, un síndrome parecido al del “Jamaicón” Villegas, pero político y electoral.

Vaya, de tener en la bolsa al menos cuatro distritos federales, hoy apenas pueden presumir cierta ventaja en dos, aunque un par más esté en empate técnico de acuerdo a sus propias encuestas.

Mal empieza la semana para quien ahorcan en lunes, pero es peor comenzar mal dos semanas seguidas. Primeramente, al prestigiado doctor León –y no lo digo con sarcasmo, su trayectoria se respeta– se le olvida el nombre de su candidato, y posteriormente, confunde en una rueda de prensa una manifestación en contra de la violencia de género con una de carácter patrimonial.

Y es que deje le digo, al arranque de las campañas veíamos una elección muy pareja entre Felifer y Chema, pero tanto las victorias como las derrotas son la suma de decisiones. Me queda clara la voluntad de Chema Tapia de hacer las cosas bien y de ganar, pero se requiere también que alrededor se tenga personas capaces, pero también con hambre de ganar. Hoy el doctor Marco, que es un hombre capaz, ya ganó, el proyecto aún no.

¿No me cree? Mire. Si hoy Felifer fuera el alcalde electo de Querétaro, lo acompañarían en el Cabildo su planilla, obviamente, pero también Chema Tapia, Marco León, Edwin Medina, Paulina Aguado, Paloma Arce y Frida González, por lo que la única manera, y ahora sí me entenderá, de que Morena tiene de no perder es ganar, ganar la campaña del candidato común, no que uno gane perdiendo.

Hace varias elecciones que Diego Fernández de Cevallos no aparecía en ninguna campaña en Querétaro; menos aun –sepa usted el motivo– se hablaba con Pancho Domínguez. Sin embargo, Agustín Dorantes logró casi lo imposible, logró unir en torno a su candidatura al Senado de la República a estos personajes. Cierto es que Marko Cortés rehúye aún del exgobernador, quien le dio una tregua durante el proceso electoral a petición de Xóchitl Gálvez, pero dele un poco más de tiempo a Dorantes. Mientras Lupita Murguía sigue hilando fino, la fórmula de experiencia y juventud le da dividendos a Acción Nacional, pero la suplencia también; se le ve a Sonia Rocha –suplente de Murguía– un día en Cadereyta, mediodía en San Joaquín y por la tarde en Jalpan, mientras que el “Sherif” Enrique Vega, ni en su primera campaña se le había visto tan movido.

En tanto, en los distritos federales, Lorena García en el tres, Roberto Sosa en el cuarto y Bety Marmolejo en el sexto buscan resolver sus distritos antes de la fase final de las campañas; no quieren sorpresas y en algunos casos ya no las va a haber.

Por parte de Morena, insisto en que Bety Robles se puede considerar como la gran revelación de la campaña y del presente proceso electoral. Encabezar la fórmula al Senado no es producto de la causalidad; mujer de trabajo y convicciones (cosa que no compartimos) tiene discurso, pero también está haciendo piso de manera muy efectiva, mientras que a Santiago Nieto se le acaba el tiempo; podríamos certificar que al inicio tenía objetivos definidos claros, salía jugando, hoy lo vemos al pelotazo sin ton ni son. Sin embargo, pese a lo que pudiera imaginar, no es el dúo dinámico de Agustín y Lupita el que le está metiendo presión, el mercado electoral se lo está peleando la dupla de Movimiento Ciudadano, integrado por el magistrado en retiro, Antonio Ortega Cerbón, e Iliana Luna.

Usted me dirá que la marca (branding) de Morena es fuerte. No se lo discuto, pero Morena va solo, Carlos Rentería es el abanderado del Partido del Trabajo, mientras que Gaby Argüelles es por el Partido Verde. Además de la muy posible confusión en la boleta, ambos no juegan a ser comparsas, tienen prestigio y suman al proyecto nacional de la Cuarta Transformación cada quien a su manera.

Pero las elecciones no solamente tienen relevancia en el plano nacional, lo que se haga en el ámbito local cuenta y cuenta mucho. Le voy a platicar de los distritos locales dos y cinco.

Empezamos por el dos. Rosy Pacheco, mujer de trabajo y líder indiscutible que está abanderada de la candidatura común PAN, PRI y PRD, la va a tener muy complicada con el candidato de Morena, Homero Barrera. ¿Sabe por qué? Porque cuando no había aún definiciones, Rosy se encargó de “placear” tanto a Maribel Barrón como a su hoy contrincante Homero Barrera en el distrito; no vio venir que sería candidata y que tendría hoy de adversarios en la boleta a los aliados de ayer. Dicho en otras palabras, en el pecado está llevando la penitencia.

Mientras que en el Distrito cinco, Juliana Hernández hoy puede cosechar el trabajo de muchos años; lo advertimos en el último de sus informes como regidora síndica, no se trata de rellenar eventos ni hacer líderes a los amigos, sino de ser amigo de los líderes. No me crea, pero compruébelo, los propios liderazgos de Morena se están sumando a su proyecto.

Hablando de adhesiones, para nadie es un secreto que el “Gordo” Armando Rivera construyó una estructura en todo el municipio de Querétaro que le permitiera servir de plataforma para su proyecto de regresar a la alcaldía capitalina. Visiblemente hacen poco Barragán y Zumaya del Distrito siete local; anunciaron que se sumaban al proyecto del candidato común del PAN, PRI y PRD, el diputado con licencia Felipe Fernando Macías, del que dice Santiago Nieto que no conoce; pues bueno, lo que le quiero decir es que sí, muy pronto, el resto de los coordinadores distritales uno, dos, tres, cuatro y seis aparecerán en Plaza de Armas en alguna rueda de prensa anunciando que se suman a un proyecto distinto del que había en Morena, PT y Verde.

Ya se la sabe, lo que hace la mano hace la tras. Le puedo asegurar que en política no hay sorpresas, sino sorprendidos; Armando Rivera no es un animal político, es lo que le sigue, una auténtica bestia política; y lo peor que puede haber es un hombre de palabra con muchos agravios por cobrar, agravios políticos y cuentas por cobrar electorales.

En Corregidora casi nadie puede objetar –porque sería un objete– la muy presumible victoria del panista Chepe Guerrero. El municipio metropolitano no solamente es el municipio más panista del estado de Querétaro, sino de prácticamente todo el país. Alejandro Olvera, “Pluma de Platino” y terror de las víboras, afirma que el puro logo basta. Sin embargo, casi tampoco nadie dudaba que Morena se haría de tres regidurías ahí mismo, quizá excepto una persona, la candidata del PRD Lis Olvera, misma que no solamente está dispuesta a disputarle a Mireya Fernández –si es que sigue siendo la abanderada de Morena, dicho por sus propios correligionarios– una regiduría, sino que hasta pueden ser dos. Si le añadimos que Gaby Moreno, de Querétaro Seguro, y Nora Amaya, de Movimiento Ciudadano, avanzan fuerte en sus propuestas. No me olvidó de Eli Olvera, pero difícil trabajo le dejaron al cargar con el desprestigio del otrora partidazo, pese a que Pepe Calzada buscaba dos regidurías, la propia del tricolor y la de Chantal, que va en la fórmula de Chepe.

Deuteronomio 32:35

“Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo el pie de ellos resbalará, porque el día de su calamidad está cerca, ya se apresura lo que les está preparado”.

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