Mauricio Ibarra García, también conocido como “El Centenario”, es un ejemplo de tenacidad y éxito. Nacido en Aguafría, en Peñamiller, desde muy joven migró de mojado a los Estados Unidos, al jale a trabajar en los campos de cebolla como jornalero; sin embargo, había algo en ese joven que logró cumplir el sueño americano. No solamente eso, sino que llegándose a convertir –pese a no terminar siquiera la educación primaria– en un exitoso empresario con una diversidad de negocios que hoy en día van desde grupos musicales a restaurantes, inmobilarias y empresas de la construcción en Georgia.

Tras su primer negocio, compró un centenario que –como talismán– cuelga de su cuello desde hace ya quince años y le ha dado suerte en abundancia. Obtuvo con los años la ciudadanía americana y fue el único real candidato migrante en la elección que acaba de transcurrir.

Pero la Patria llama, los dólares son bonitos pero el centenario es mexicano; el cariño al terruño y la nostalgia por Peñamiller lo hicieron incursionar en la política. No pudo llenarle el ojo al senador Gilberto Herrera, hoy diputado federal electo, por lo que no quiso fuera el candidato de Morena. Sin embargo, sí lo aceptó un partido de la Cuarta Transformación, un partido político con muy escaso arraigo en Peñamiller, nulo le diría, y no se diga en Querétaro. Le hablo del Partido del Trabajo, mismo que lo abandera para ser su candidato a presidente municipal de Peñamiller para el periodo 2024-2027.

El “priyista” Pancho Pérez Rojas denunció simulación en el PRI estatal por parte de Abigail Arredondo, la presidenta del tricolor en el estado de Querétaro, misma que es actualmente diputada federal electa por el principio de representación proporcional por la quinta circunscripción, de quien por cierto dicen las malas lenguas y sus redes sociales que está de visita en España, donde coincidió de manera casual y fortuita –nos dicen– con el candidato perdedor del municipio de Colón, el también priísta Manuel Montes. Pero bueno, retomando la idea, menciona el también notario público –que fue acompañado por Isabel Aguilar, una reconocida y muy apreciada líder histórica del priismo queretano, durante la rueda de prensa que dieron en el prestigioso Restaurante 1810, ubicado en Plaza de Armas– que se trata de oscuras maniobras para que “Alito” Moreno –actual dirigente nacional del tricolor–, mediante actos de simulación, obtenga otros cuatro años más al mando de la oficina principal en Insurgentes del otrora partidazo, mientras que en lo local “la estampida” trata de imponer como sustituto de Arredondo nada más y menos que al exedil de Tequisquiapan, Antonio Macías Trejo, amigo cercano del diputado de representación proporcional, Paul Ospital, quien sintiendo segura su reelección, fue señalado por propios morenistas de apoyar a Morena en Corregidora con Mireya Fernández, mediante viejos operadores del tricolor como Víctor Tobilla.

Si el PRI en Querétaro es noticia por esos señalamientos, ¿por qué lo comentamos? Pues porque un partido que no aportó más allá del siete por ciento de la votación sí está muy presto –pese al magro resultado– a cobrar a los panistas, si se dejan, su desinteresado apoyo (sí, es sarcasmo), entre ellos al presidente municipal electo de la capital, Felipe Fernando Macías “Felifer”.

Sin embargo, le adelanto, topan con pared. Felifer, aunque joven, tiene camino recorrido y una vasta experiencia en temas políticos. Hubo priistas o expriyistas que no aportaron, como Manuel Pozo; pero también hubo priistas que aportaron, como María Alemán, Gaby Monjaraz y otras líderes que no les alcanzó, como el caso de Rosy Pacheco; y priistas que en lo individual podrían haber hecho un esfuerzo pero no en lo colectivo.

Le digo, por ejemplo, el PRI y no Morena fue el que realmente derrotó a figuras del blanquiazul como Ana Paola López Birlain o Enrique Correa. Y ahora, pasado el proceso, hasta secretarías quieren, cuando a lo mucho estarían bien pagados con una de las seis delegaciones de la capital. Y aun así, honestamente, los del PAN le pierden.

Pero como le decía, Felifer es joven pero no es fácil que lo mareen, más cuando la idea es impopular entre los propios albiazules y aliados coyunturales, como la gente de Armando Rivera, que iba arriba con Claudia y abajo con el joven diputado federal.

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El sábado pasado, el también joven dirigente de la CATEM en Corregidora, Julio González, inauguró sus oficinas en Prolongación Ámsterdam, muy cerca del Fraccionamiento Tejeda, quien recibió el respaldo del dirigente estatal de la organización sindical, Érick Osornio, hombre de todas las confianzas del líder nacional, Pedro Haces. Pero además logró conjuntar a líderes de Corregidora con toda la pluralidad, pues entre otras figuras asistieron Alejandro Cabrera, Gaby Moreno –regidora en funciones de Querétaro Seguro–, pero también Alfredo Mendoza –regidor electo de Morena– o Beto Sánchez –operador del PAN–, hombre cercano y mano derecha de Chepe Guerrero –actual alcalde electo–, de quien sobra decir que es muy cercano al gobernador Mauricio Kuri. Comentan que además de las actividades sindicales, tendrán un ambicioso programa social.

Por cierto y antes de que se me olvide, sin corroborar por el alcalde electo, se dice que el licenciado Blandina –hijo del reconocido activista y promotor de la dignificación de las personas con discapacidad, Manuel Blandina– llegará junto a la nueva administración a la Secretaría de Gobierno del municipio metropolitano. Enhorabuena y el mejor de los éxitos.

El brillante y preparado abogado cadereytense, Iván Fabela, quien entre otros temas de carácter jurídico electoral que ha patrocinado, le debe Santiago Nieto el volver a subir a la contienda al Senado, cuando lo bajan, denunció importantes irregularidades en la elección a la presidencia municipal de Peñamiller, entre otras el robo de más de seis mil boletas, además de la destrucción de material electoral en el Seccional 247 en sus casillas básica y contigua. Sin embargo, resulta grave que pese a que las treinta y un casillas tuvieron incidentes –la peor, le decía, la destrucción del material electoral realizada por delincuentes electorales que convirtieron boletas y urnas en cenizas–, sorprendentemente aparecieron –casi de manera milagrosa– como ave fénix, y como recién impresa un acta de cómputo, misma que de manera irregular fue incorporada al conteo.

Peor aún, le cuento que había un acuerdo previo para no hacerlo. Súmele que la cantidad de votos nulos es mayor a la diferencia entre el primero y segundo lugar, La Reina del Sur y El Centenario. A mí no me diga nada, pero pensé igual que usted, que no era Peñamiller, sino Peñaloa. Usted sabe que siempre he mencionado que si Kafka fuera mexicano, sería un escritor costumbrista; sin embargo, la prima del actual alcalde, Ana Karen Jiménez, quien abanderó la candidatura común de PAN, PRI y PRD, resultó electa a pesar de perder casi dos mil votos –comparado a la elección pasada que obtuvo su exjefe y primo– sobre el petista Mauricio Ibarra, “El Centenario”. Por escaso margen, entre otras cosas gracias precisamente a esa acta de escrutinio, sin boletas y urnas que la respalden, pues por decir lo poco, son todas cenizas.

Al parecer ni Tere Calzada y César Cadena eran cada uno su media naranja. Le soy honesto, el líder fosfo, junto a Nora Amaya, logró conjuntar un verdadero trabuco electoral con Toño Cerbón, Iliana Luna, Caro Íñiguez, en lo federal; pero también en lo local con Óscar Pérez y Gaspar Trueba, alcaldes electos de Amealco y Colón; Caro Flores en Huimilpan, Paty Ledesma en Cadereyta, y no se diga, Paulina Aguado en la capital, obteniendo al fin –tras casi una década– el registro estatal para el partido de Dante Delgado, ejerciendo algo así como catorce millones de pesos de prerrogativas que les dará a partir de ahora el IEEQ.

La realidad fue que pocas candidatas –menos de la mitad– obtuvieron el triunfo por mayoría relativa, por lo que para garantizar la paridad de género, misma que –como dice la activista y feminista Vanesa Garfias– es piso pero no techo, tuvieron que compensar con la representación proporcional, siendo Cadena el único líder de partido que en la pasada elección obtiene el registro pero sin alcanzar ningún cargo.

Simplemente no coincido con los epítetos que le dan a Cadena, al cual se tacha hasta de misógino; pero sí creo que hay momentos en la vida que puedes retirarte de la mesa como campeón, “majo” diría mi amiga Chucha. Pero en fin, cada quien su perro y que lo bañe.

Dos temas rápidos ya para terminar, si me lo permite. Uno, que en Morena, mediante redes sociales, existe la queja de que a los representantes de casilla de la última elección no les pagaron, y como diría don Teofilito, “ni les pagarán”; aunque queda poco claro quién o quiénes son los que deben, digo, además del propio partido guinda, pero sí hay molestia pues les aplicaron la del ratón loco. Total, que nadie sabe y nadie supo. A ver si la ahora la diputada federal por lista, Rufina Benítez, logra desenmarañar el entuerto, pues solitos –me queda claro– no llegaron.

La otra. Con un gran mensaje político, pero también de pluralidad, liderazgo y apertura, resultó la asistencia al evento de “Con Claudia Llegamos Todas”, donde la presencia de la rectora de la UAQ, la doctora Silvia Lorena Amaya Llano, quien hasta se tomó una “selfie” con la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, durante el evento realizado en la Ciudad de México en el Patio Central del “Claustro de Sor Juana Inés de la Cruz”, fue nota. Por cierto, también asistió la exrectora del alma máter queretana, la profesora Margarita Teresa de Jesús García Gasca. Ambas, mujeres líderes que lograron romper el techo de cristal, y lo más importante, sin haberse cortado con los vidrios.

Las lluvias llegaron, ¿y qué cree?, mejor se inundó Bernardo Quintana que 5 de Febrero. Bueno, al menos algo es algo.

Isaura 29:14

Por eso he aquí que yo sigo haciendo maravillas con ese pueblo, haciendo portentosas maravillas; perderé la sabiduría de sus sabios, y eclipsaré en entendimiento de sus entendidos.

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