Hace algunos días posteaba –a través de la otrora red del pajarito– que lo que ha venido ocurriendo en el estado referente a la detención de altos mandos policiacos y la sorpresiva renuncia del fiscal parecía sacado de un guion macabro y lumpen, cuya víctima principal era el gobernador del estado. Al paso de los días, lo voy confirmando.

A estas alturas el relato ya cobra tintes terroríficos y fantasiosos, pues hay quien afirma, con voz clerical, que todo es parte de un elaborado plan para adelantar el nombramiento del fiscal. Sin embargo, mi lógica, mi maldita lógica y mi brutal realismo no me permiten compartir semejante estupidez, pues no creo que nadie en su sano juicio tenga la brillante ocurrencia de poner en crisis a tres instituciones del estado para adelantar un nombramiento que corre el riesgo de judicializarse de inicio, o en su defecto, ser removido por la Legislatura entrante en términos de la Constitución del Estado de Querétaro.

Por otro lado, ¿de verdad hay quien crea que el juez de control se prestó a esta elaborada farsa? Pregunto porque, de ser así, la crisis es más profunda de lo que se visualiza, y créame que tengo pánico legítimo al sistema judicial del estado, pues hoy hay tres personas sujetas a un proceso penal en el que incluso se dictaron medidas cautelares con toda las formalidades del caso, por lo que sería una profunda decepción para el ciudadano enterarse de que todo fue una tragicomedia policiaca de pésimo gusto. Si de por sí, pase lo que pase, ya hay más dudas que certezas, imagine usted el porvenir.

Ahora bien, déjeme decirle que sea como sea y “haiga sido como haiga sido”, la renuncia del fiscal durante el proceso penal que pinta para ser el más importante del sexenio no puede catalogarse de otra manera más que como ¡una verdadera putada! (antes de joder por temas de discriminación, vaya al diccionario), pues quitando las funciones intrínsecas a su encargo y que deja colgado al justiciable, pone la honorabilidad del titular del Ejecutivo en duda, y aunque los sabios digan que no pasa nada, sí pasa; la percepción popular es que le pidieron la renuncia por haber “enchiquerado a las tiras”.

En verdad no sé, o mejor dicho sí sé quién o quiénes son los autores de este capítulo de novela negra, que en su afán de ver quién es el que la tiene más grande ponen en crisis a su propio jefe y al estado. Ojalá y ya le paren o el gobernador los ponga quietos, porque con sus “muestras de poder”, lo único que hacen es dar sólidos argumentos a la oposición para que les revienten el hocico.

“Chocolate que no tiñe, claro está”.

Por cierto y por no dejar

Aunque el pasado viernes surgió la versión de que los tres mandos policiales estaban en libertad y no habían sido vinculados a proceso, lo cierto es que su defensa pidió que se ampliara el término constitucional hasta el día de hoy, y el juez de la causa dictó medidas cautelares –que no parecen concertadas ni de juego, pues consisten en suspensión del cargo, prohibición de salir del estado, prohibición de acercarse y tener contacto con cualquier miembro de la corporación policiaca y firma de control hasta en tanto se reanude la audiencia–, en lo que los elementos pueden ser vinculados a proceso y estas pueden variar.

“El que no conoce a Dios, a cualquier santo le reza”.

Errores de cálculo

Mucho se ha hablado en la semana de que si tenía que ir o no el gobernador Mauricio Kuri González al evento del gobierno federal el pasado domingo. Pero lo que no se ha dicho, quizá por el ego que implica la localía, ligado a la necesidad de justificar lo que no requiere justificación, pues como lo escribí hace una semana, era natural, “la arenga es a la izquierda como el capital a la derecha”, al final del día la falta de respeto de parte del candidato perdedor y ruidoso fue hacia la investidura presidencial y la presidenta electa, eso sin contar la autoridad moral al interior del movimiento que estos representan.

Seguramente y debido a los efectos que produjo su farsa al interior de Morena, es que el homúnculo bribón decidió recular, bajo el pueril argumento de que se dejó llevar, evidenciando una vez más y como siempre su inestable e inmadura personalidad.

Bien valdría preguntarnos: ¿Si no se gobierna ni él, qué carajos puede gobernar? ¡Qué bueno que no hubo intento de linchamiento!, pues de lo contrario, quizá hubiera lanzado alguna piedra, tirado una mordida al bajo vientre o pateado las espinillas del primer mandatario del estado, porque la inocente criatura “se dejó llevar” por los malos, malosos que lo rodeaban.

Pero a toro pasado, lo que sí debe de preocupar en la Casa de la Corregidora es que a la fecha la “inteligencia” estatal no haya detectado –por los motivos que sean– la verdadera agresión y las víctimas y se prefiera optar por “escurrir el bulto” y “echarse la pelotita” por partir de la falsa premisa de que tenían todo controlado, todo por hacer de lado la esencia primigenia de los asistentes y privilegiar el supuesto liderazgo de únicamente dos personajes dentro del movimiento, comprometiendo al gobernador en un absurdo.

Ojalá lo ocurrido quede como lección para los operadores estatales y entiendan que a veces la mejor solución es la más sencilla, con un movimiento no se acuerda y Morena eso es.

“A lo hecho, pecho”.

Lenguas viperinas

Cuentan que la jugada de mover al fiscal es para imponer a la presidenta del Poder Judicial del Estado. La verdad no cuadra, pues doña Mariela está a punto de jubilarse y sería un pésimo mensaje que sumaría más a la crisis vigente.

“Caras vemos, ambiciones no sabemos”.

Como siempre, la mejor opinión es la de usted. Y recuerde, no me crea a mí, créale a sus ojos.

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