El Partido Acción Nacional cuenta con 25 diputados en la actual Legislatura local, donde los legisladores tienen bien claro cuál es su función: solo levantar el dedo para autorizar lo que les digan desde el Poder Ejecutivo.

Parece que el puesto de diputado local está destinado para los cínicos y sinvergüenzas, en general, y en este caso particular para los diputados dizque de Morena, diputados y diputadas que nada tienen que ver con el compromiso, la convicción o el proyecto de gobierno del partido de Andrés Manuel López Obrador.

Hablamos del caso de la “autorización”, así entre comillas, que dieron a la propuesta que viene en la Ley de Ingresos del Poder Ejecutivo local, el del reemplacamiento.

Obvio es decir que los legisladores del PAN, del PRI, Querétaro Independiente y del PVEM no tienen voluntad propia, que de ellos solo se debe esperar incondicionalidad, sumisión a lo que les indiquen desde el Palacio de Gobierno.

Ahí no hay mayor problema porque desde hace tres legislaturas se instaló el cinismo y la sumisión con ellos, no son más que títeres del Ejecutivo.

Los legisladores actuales de Morena se van por “la libre”, y se burlan del comunicado de la “dirigencia estatal” que encabeza Mauricio Ruiz Olaes, comunicado sin contenido; bueno, ni a demagogia llega el libelo.

Entonces, al no haber conducción política, pues Mauricio Ruiz Olaes –dizque dirigente estatal– fue lo mismo que ellos como diputado en la pasada Legislatura, se van por la “libre”.

Sin caer en la ingenuidad, pensamos por un momento que los actuales diputados de Morena –entre ellos un tal Armando Sinecio, un tal Juan José Jiménez, ambos de hueso tricolor bien colorado, o de un tal Christian Orihuela, o de Laura Andrea Tovar, que en su casa saben quién es, o de Yasmín Albellán, ¿la conocen?– por lo menos simularían ganarse la chuleta que les avientan, pero no, al contrario, salieron más papistas que el Papa, y justifican con argumentos sin fundamento el reemplacamiento.

El reemplacamiento puede ser que se requiera o no, esa es otra discusión, pero que los diputados de Morena lo acepten de la manera en que lo hacen es de dar pena ajena; no sé qué dirá Celia Maya, que impuso a la mayoría de ellos, o Mario Delgado, dirigente nacional de ese partido.

En Morena aplauden a quien los derrotó feamente, por culpa de gente como sus diputados locales, y dice Armando Sinecio desconocer el proyecto de cambio de placas que se proyecta para 2022.

Pero eso sí, argumentó que es una facultad del Ejecutivo, como diputados “solo autorizaron la Ley de Ingresos y en el Presupuesto de Egresos y se autorizó el reemplacamiento porque es necesario, independientemente si se hará general o no”.

¡Cómo la ven! Ellos, los diputados, todos los diputados, “solo autorizaron la Ley de Ingresos”, “es necesario el reemplacamiento”: y sí, solo autorizan, no analizan si afecta o no a la población, a los ciudadanos que dicen representar.

Bueno, más claro ni el agua de Tlacote, porque Sinecio no dijo nada que no se supiera, solo describió lo que son los legisladores locales: levantandedos.

Mientras los legisladores, los 25, se regodean en su cinismo, su dieta, y lo más lógico, en el bono que les han de haber dado en el gobierno del estado, hay voces, pocas, pero las hay, en Morena que tienen claro que los legisladores que “coordina” Sinecio son todo menos de Morena.

Esto es lo que postea en sus redes sociales un destacado miembro de Morena, Luis Bárcenas: “No me sorprende que los diputados usurpadores que llegaron por Morena al cargo voten en el mismo sentido del PRI o del PAN o de ambos. Está en su naturaleza y en la de quienes los propusieron y apoyaron para ser candidatos de Morena. Lo que sí me sorprende es que integrantes del mismo grupo que validó su candidatura se rasguen las vestiduras con declaraciones cargadas de hipocresía, simulación y vileza. El daño que han causado a Morena no termina y no parece haber nada que los detenga”.

Y tiene razón, en ese comentario describe exactamente cómo son los 25 legisladores locales, pero más los de Morena.

Ni modo, luego no pregunten por qué pierden en las elecciones locales y por qué Andrés López Obrador tiene la aceptación más baja de todo el país en Querétaro.

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