[Me Lleva el Diablo] Kuri va con AMLO a revivir el tren rápido, y la inseguridad, el tema pendiente

Dos temas nos ocupan en esta colaboración, uno extenso, el de la inseguridad, y el otro sobre el tren rápido Mex-Qro.

Tren rápido

En el primer tema, ha trascendido que el gobierno federal busca inversionistas para la ejecución del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro.

El gobernador Francisco Domínguez y el gobernador electo, Mauricio Kuri, cuentan con toda la información de la obra que dejó inconclusa Enrique Peña Nieto.

Ahora bien, hoy Mauricio Kuri se reúne con el presidente de la República. Hablarán de varios temas; pero podemos aventurar que Kuri puede tener buenas noticias sobre el tren rápido, y es que recientemente, AMLO anunció hace unas semanas que hay fuertes posibilidades que en 2021 arranque su construcción.

Ojalá y así sea, porque Mauricio Kuri podría con ese tema, casi seguro, encontrar a los inversionistas que el gobierno federal anda buscando.

Inseguridad

En el primero, la seguridad es un tema de todos, dicen los políticos de todos los partidos: del gobierno, de los partidos y de la ciudadanía. Sí, es verdad, pero quien tiene el monopolio de la seguridad pública es el gobierno en sus tres niveles.

El tema de la inseguridad se puso nuevamente en la agenda nacional después de que el pasado fin de semana se vivió el peor día en décadas en la materia: 117 homicidios en un día.

Hace poco más de 31 meses que este gobierno –federal– es el gobierno. Y fueron gobierno después de meses de transición donde pudieron analizar, estudiar, planear cómo solucionar el más grave problema del país desde hace más de una década.

El gobierno federal, el presidente de la República, efectivamente tiene una herencia brutal con el tema de la inseguridad. Pero hace rato ya que se viene cuestionando si la estrategia en seguridad que propone AMLO es la correcta o si nos encontramos empantanados por la idea de “abrazos, no balazos”.

Al margen de los cuestionamientos electoreros, o con sesgo político, partidista, la verdad es que no hay manera de que los de Morena que llegaron al gobierno no la conocieran –la herencia de inseguridad–, y por lo mismo, no es la mejor de las salidas apelar a ella cuando ya lleva en el poder más de dos años y medio.

El asunto lleva tiempo en su cancha, y si bien se reconocen algunos avances, los problemas se mantienen y en muchos casos se vienen repitiendo con perspectivas similares a lo que hemos venido viviendo; volvemos al tema de la estrategia, la cual no se ve que esté dando resultados integrales.

Lo peor es que como en muchos otros asuntos –el tema económico, por ejemplo–, el presidente le da la vuelta.

La seguridad no es un tema que se pueda remitir constantemente a “eso nos dejaron, ellos la crearon”; tampoco es un tema que se resuelva diciendo que se tienen “otros datos”.

Los muertos están ahí, los delitos se cometieron contra ciudadanos de carne y hueso, no contra datos estadísticos.

La razón está en que el tema de la seguridad, de la inseguridad, ha sido ampliamente estudiado y padecido, se han desarrollado investigaciones y estudios de la mano de una infinidad de testimonios que confirman el estado de las cosas.

A pesar de estudios, investigaciones, estrategias y programas de seguridad, ciertas cosas no se han podido cambiar, a pesar de la voluntad vía el discurso presidencial.

Continuamos con masacres, en el vecino estado de Guanajuato (en Salvatierra, Celaya) y Zacatecas, Michoacán, Baja California, Morelos, Reynosa, para confirmar que está siendo realmente difícil revertir las cosas.

Los gobiernos estatales y municipales no están exentos de responsabilidad, pero la estrategia que propone el gobierno federal: el bienestar (los programas sociales) y el fin de la corrupción, por un lado, no se ve que tenga resultados.

Casi tres decenas de millones de familias mexicanas, ha dicho el presidente, reciben desde hace unos años, desde hace tiempo, los programas sociales. Y siguen viviendo las penurias de la inseguridad.

Y para efectos del argumento, ya hay menos corrupción, que es verdad, pero sigue la inseguridad y la violencia en niveles iguales o mayores que los heredados.

La otra parte de la estrategia fue la creación de la Guardia Nacional; es decir, la federalización de la seguridad, y con ello, se terminaron las ayudas, el presupuesto para los estados y municipio para crear cuerpos policiacos locales de calidad.

La estrategia falla y se argumenta que un civil no puede manejar la Guardia Nacional, entonces el gobierno federal plantea la militarización de esta.

Lo anterior no tendría nada de raro, si viniera la propuesta de un gobierno de derechas; pero viene de un gobierno autoetiquetado como de izquierdas, y las izquierdas nunca, nunca han tenido simpatía con los militares. Pero en Morena ellos aceptan, y lo peor, defienden una propuesta que va contra sus principios.

Finalmente, para demostrar no se qué, que sí hay mano dura contra la inseguridad, detienen a Luis Cárdenas Palomino, mano derecha del exsecretario de Seguridad de Felipe Calderón.

Pero, ahí viene el pero, esa detención solo se inscribe en una narrativa que le conviene al gobierno federal, porque esa detención, si bien se reconoce, no influye y baja la inseguridad que los mexicanos día a día viven en las calles, y hasta en las casas.







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