La semana pasada, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) emitió una alerta por sequía, en el Diario Oficial de la Federación. Entre algunos estados, se menciona a Querétaro.

Aunque ha estado lloviendo en los últimos días, aún la mayoría de las presas y bordos en Querétaro se encuentra entre un 15 y 20 por ciento de almacenamiento en promedio, de ahí la alarma; pero también hay otro rostro sobre el tema del agua: el acaparamiento.

Durante los últimos días, la Conagua reportó que solo 20.4% del territorio queretano no tiene afectación ante la escasez de lluvias en esta temporada, que causa estragos en 13 municipios queretanos.

La alerta publicada dio pie a una fuerte denuncia, reportaje que publicó la revista Contralínea, y que llegó ayer lunes hasta Palacio Federal, a La Mañanera, donde sobre el tema fue cuestionado el presidente Andrés Manuel López Obrador por la periodista Érika Ramírez.

La periodista señaló que “en Contralínea documentamos que hay 10 empresas que principalmente acaparan el agua en la entidad administrada por Mauricio Kuri, de extracción panista, y entre ellas se encuentran Kimberly Clark, Manufacturas Kaltex, Bienes Raíces Juriquilla, Cartones Ponderosa, Michelin, Agrogen, Grupo Constructor ABDI, Fuentezuelas Agrícolas, Ingredion México y Fomento Queretano”.

La realidad es que entre estas empresas acaparan 39 millones 721 mil 356 metros cúbicos de agua y Kimberly Clark acapara 14 millones de metros cúbicos de agua, es decir, casi la mitad de agua que consumen todas estas empresas.

Aunque AMLO defendió, minimizó lo que sucede en Querétaro, por enésima vez, al asegurar que “no, no tenemos ese dato; sí hay una alarma, alerta; alerta por sequía”.

Lo que sí es cierto es que el estado se encuentra entre las cinco entidades del país que podrían llegar al llamado “día cero”, es decir, a una crisis severa de agua, según datos del Atlas de estrés hídrico Aqueduct, del Instituto de Recursos Mundiales de Estados Unidos.

Por ello, documenta el reportaje, especialistas alertan que el crecimiento desmedido de la industria y de los desarrollos de los bienes raíces podrían provocar un desabasto de agua similar al que sufre la población de Nuevo León, donde colonias enteras no han recibido ni una gota del vital líquido en semanas.

En Querétaro están –por documentar algunos– los casos de Carrillo Puerto, en la capital queretana, o Santa Bárbara, en el municipio de Corregidora –donde Roberto Sosa ha dado permisos para lotificar 400 mil metros cuadrados–, o el Pueblo Mágico de Bernal, en Ezequiel Montes, donde el agua escasea un día sí y otro también.

Pero el gobierno estatal advierte el problema y ha tomado, ha presentado dos propuestas fundamentales, no muy populares, pero es la propuesta estatal.

Una es la recién aprobada Ley de Aguas en el estado, que legaliza la entrega de la administración del líquido a particulares, a través de los mecanismos denominados organismos operadores de agua y saneamiento.

Actualmente en la Comisión Estatal del Agua se reconoce que hay 22 concesiones hídricas en Querétaro.

La otra es el proyecto del Acueducto III.

Así, el año pasado, en noviembre, se dijo que el proyecto del Acueducto III podría alcanzar un costo de entre 6 mil millones y hasta 12 mil millones de pesos, así lo señaló el gobernador Mauricio Kuri González, con lo que se garantiza el agua para los siguientes 50 años. Se prevé que el proyecto pueda estar listo antes de 2024.

Será la solución a la escasez y/o acaparamiento del agua. Es pregunta.

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