Triste panorama el de los mexicanos en el inédito proceso electoral para la renovación del titular del Poder Ejecutivo y el Congreso de la Unión. No hay liderazgos fuertes y naturales.
La candidata del presidente López, más gris que cualquier día nublado. Sin ideas propias, no se cansa de repetir los mismos discursos de AMLO, va por la misma senda de destrucción de las instituciones. Su trillada frase: construir el segundo piso. ¿De destrucción?
La señora promete continuar por el mismo rumbo, ese que desalienta la inversión y derrocha los recursos púbicos en dádivas electorales; promete seguir dando abrazos a los delincuentes, cuando en el gobierno de la transformación, ese que será su plataforma de gobierno, ha llegado a los 175 mil homicidios; promete seguir la violencia. La nación en manos de la delincuencia.
La señora que dice coordinar los comités de defensa de la transformación, también ofrece a los mexicanos empeorar el sistema de salud, pues no hay manera de superar las deficiencias ocasionadas por su mentor. También ofrece continuar con las escuelas cerradas de tiempo completo, sin guarderías para madres y padres solteros en dónde dejar a sus pequeños mientras trabajan; sin energías limpias, sin poder contener el flagelo de la inflación que reduce la capacidad económica de millones de familias. Eso promete.
No cumplieron con la promesa de aumentar el PIB que tanto criticaron. Por el contrario, con denodado esfuerzo lo echaron abajo y en 5 años apenas alcanzarán el 1%, si bien nos va, después de llevarlo a menos 8%, culpando a la pandemia, cuando que en 2019 lo tiraron a menos del 0%. Así de mal el gobierno de la “deformación” y promete la candidata de Morena seguir con la misma política de destrucción.
Todos pobres, todos iguales como en cualquier régimen socialista. Nada de aspiraciones. El objetivo de AMLO: la felicidad sin dinero, sin seguridad pública, sin salud, sin seguridad jurídica. Pero de su familia y allegados, ellos sí se han enriquecido de forma criminal.
La morenista, aspirante a la presidencia, ofrece lo mismo, seguir sin medicamentos, sin construir más hospitales para otorgar el anhelado servicio gratuito de salud universal para todos. En lugar de impulsar el mejoramiento de la política de salud, dejan en manos del IMSS la responsabilidad, institución que no tiene capacidad para atender a su propia “clientela”. Más de 50 millones de mexicanos sin el servicio de salud.
La señora no es capaz de salirse del (guion) discurso marcado por el presidente López, director de la campaña, real coordinador, quien orquesta desde la misma tribuna presidencial la campaña. No hay posibilidad de mejorar durante el siguiente sexenio. A eso apuesta AMLO. Aun así, dicen encabezar las preferencias del voto. Quieren destruir al Poder Judicial de la Federación y romper el equilibrio de los poderes públicos.
La aspirante sigue con el desgastado discurso de acusar, culpar de todos los males al pasado, parte de su plataforma política. Simple y sencillamente echar culpas de sus propias ineptitudes, inculpar a otros de lo que no han podido hacer en 5 años de gobierno. Cinco años tirados a la basura en el desarrollo del país, lo que significa un enorme retroceso en el avance que tenía nuestro país a nivel internacional.
En el Frente Amplio por México no andan tan bien como se suponía que debieran estar con el inesperado arribo de Xóchitl Gálvez. La señora senadora con licencia irrumpió con un nuevo modelo de hacer política; alegre, dicharachera, sencilla, inteligente, contestataria, oportuna, con frases cortas y certeras en contra del necrótico régimen de izquierda.
Sin embargo, parece que las ideas se le terminaron y no es capaz de adminicular un buen discurso. Más se le complica al tener que mezclar ideas de tres partidos políticos de ideologías distintas. Quedarán en el recuerdo los equívocos cometidos en el Monumento a la Revolución, cuando no le funcionó el “telepromter”; se le acabaron las ideas, equivocó las frases históricas de dirigentes de los partidos que la apadrinan. En otro momento, los lapsus de la aspirante llegaron al equívoco de vituperar al dirigente del PRI, para después argumentar un equívoco y pedir perdón por ello. La traicionó el subconsciente.
Xóchitl tiene que, debe mejorar sus discursos. Sigue insistiendo en su historia de pobreza y lucha para salir delante de la marginación. Ese discurso dejó de ser atractivo.
Los miembros del Frente Amplio han dejado a un lado a la sociedad civil organizada, la cual algunos desprecian y otros aplauden. La alianza es con la sociedad apartidista, esta es la que dará el triunfo o la derrota en las urnas.
Cierto, los únicos con capacidad de registrar candidaturas en el INE y demás organismos electorales son los partidos políticos; estos no ganan sin el respaldo social. La base militante es risible en todos los institutos políticos, por sí solos pierden cualquier elección. La alianza es fundamental.
Hay que convencer al electorado sin partido. A eso le apostó el Frente Amplio con la irrupción de Xóchitl Gálvez, por eso la hicieron candidata común. Quedaron en el camino los aspirantes que militan en los tres partidos, decidieron por una candidata “ciudadana”, sin filiación partidista.
Si bien es cierto que Xóchitl continúa en ascenso, ha sido muy lento, tan lento que pudiera no alcanzar en las preferencias electorales a la candidata oficial de AMLO, candidata del gobierno federal, la oficialista que inició campaña hace 5 años y cuenta con todos los recursos públicos y humanos para comprar voluntades, como ya se ha demostrado. En su misma elección de encuestas admitieron oficialmente el sucio apoyo a la candidata con personal y recursos de los gobiernos. El operador de Palacio Nacional le acerca simpatías y antipatías.
Xóchitl debe despegar ¡ya! Los tiempos de precampaña se agotan. La vergonzosa salida de la competencia electoral de Samuel García, de MC, vino a favorecer su candidatura y al Frente Amplio.
Dante Delgado, dueño de MC, en total desconcierto. Los ilusos creen que pudiera entrar de relevo Marcelo Ebrard, lo cual no será así. Otros candidatean a la señora Mariana, la experta en redes sociales. No sabe nada de política, lo suyo es la vanidad en redes sociales.
Sin embargo, tanto a López como al esquirol de MC les urge encontrar el sustituto del desordenado y locuaz gobernador neolonés Samuel García para intentar “cachar” el voto de los jóvenes inexpertos que se mueven en redes sociales y que, irresponsablemente, votan por emoción, no con la “cabeza fría”. Xóchitl debe ir por esos millones de jóvenes.
El destino de nuestra nación, en manos de inexpertos para dirigir un país de casi 130 millones de mexicanos y mexicanos. No hay más. La mejor opción en manos de Xóchitl. Falta que se deje arropar de un excelente equipo con experiencia en la gobernanza. No explican en qué consiste el gobierno de coalición que formarán cuando ganen, es fundamental.
El reparto de las demás candidaturas fortalecerá o hundirá a la mejor opción para México: Xóchitl Gálvez Ruiz.
No son tiempos de complacencias ni tibiezas. No es tiempo de jugar a la política para dirigir los destinos de nuestra nación.
03
Dic 23
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